Castillo de Gorriti La juerga de Sugar y Santa Bárbara

En la cima del monte Malkorraundi se encuentran las ruinas del castillo de Gorriti, otrora emblema y salvocunducto del Reino de Navarra en su acceso desde tierras guipuzcoanas. Sus restos los corona la ermita de Santa Bárbara.

El castillo de Gorriti fue uno de los más de cien que defendieron el Viejo Reino de Navarra. De él quedan solo fósiles vestigios. Se ubicó en la puntiaguda cima del monte Malkorraundi (856 m de altitud) también conocido como Santa Bárbara y en el término de Gorriti, en el valle de Larraun. De banderín de su pasado, una humilde ermita, cuya titular es la Santa Bárbara, se arraiga a la roca y a los restos de la fortaleza. Un lugar con gruesa historia. En su vertiente norte se ubica la conocida como estela de Ezurmendi, lugar donde fueron enterrados los jefes militares muertos tras la batalla de Beotibar.

Santa Bárbara es un lugar estratégico por su condición de vigía y control de su este geográfico, donde otrora dominaba al mismo asentamiento de Gorriti y la diligencia hacia todo el valle de Larraun. Por occidente fue y es un mirador privilegiado de las tan escarpadas como espectaculares y bellísimas montañas del valle del Araxes. La cumbre y ermita de Santa Bárbara se alza al este de este valle. Forma parte de un largo cordal montañoso que se extiende hasta el hayedo y la cumbre del Elosta-Trotxaleku.

Excavaciones del año 2001 en Santa Bárbara demuestran que sobre este cerro existió uno de los castillos del Reino de Navarra: el castillo de Gorriti, sobre el cual se sitúa en la actualidad la ermita que da nombre a la montaña, Santa Bárbara. Su ascensión complace con una de los paisajes más bellos de la Navarra húmeda: esas míticas Malloas y el valle de Araitz.

hito con historia

Hay documentación sobre la existencia y vida del castillo de Gorriti en el siglo XIII, en tiempos del rey Sancho VII el Fuerte. De esa época aparecen los nombres de sus caballeros García Almoravid, Martín García de Eusa, Pedro Ximénez de Mirafuentes… Más tarde, este paraje fue marco en 1321 de la batalla de Beotibar. La fortaleza navarra debió ser rendida durante un corto periodo de tiempo por tropas guipuzcoanas. A finales del siglo XIV y comienzos del XV aparecen como alcaldes o tenedores de la fortaleza miembros de la familia García de Hualde, el señor de Azpilicueta, Miguel López y su mujer Teresa de Zarautz. Recuperado el castillo para Navarra tras su toma en 1430, figura que estaba en 1440 a cargo de Juan López de Eraso, alcalde de la tierra de Larraun. En 1444 el rey Juan II nombró alcaide a Martín Martínez de Errazkunsagasti. Tras medio siglo más bajo el control de los reyes y nobles navarros, llegó su fin. Probablemente habría sido, tras acabar a sangre y fuego con el estado navarro, demolido y convertido en polvo por orden expresa del cardenal Cisneros en 1516.

La investigación de historiadores y arqueólogos han determinado que la construcción tuvo su mayor esplendor a mediados del siglo XV. Y aunque su perímetro no era muy grande por las dificultades de la orografía, contó con tres torres: Una torre mayor, otra a modo de portalón y una tercera que podría haberse denominada Sugar Torre, debido a su orientación hacia el Araxes y el monte Balerdi, donde según la leyenda vivía la serpiente o dragón Sugar, una deidad de la mitología vasca precristiana. Culebra macho que debe habitar en las profundidades de la tierra y sale a la superficie por simas de los montes de Vasconia. Sugar provoca terribles tormentas. Incluso, en algunos lugares, se le ha visto cruzando el cielo como un rayo, con la cabeza y la cola en llamas. Y continuando con la mitología, en este caso cristiana, en la vida y martirio de Santa Bárbara se podría novelar ad hoc una correspondencia con Sugar.

En el santoral Santa Bárbara, natural de Nicomedia, actual Izmit (Anatolia, Turquía) y que vivió a caballo de los siglos III y IV, aparece con una espada, una palma y una corona. Por su fe, proselitismo y cultos cristianos fue maltratada, torturada y decapitada por su propio padre, Dióscoro. Fue atada a un potro, flagelada, desgarrada con rastrillos de hierro, colocada en un lecho de trozos cortantes de cerámica y quemada con hierros candentes. Finalmente, el mismo rey Dióscoro la envió al tribunal, donde el juez dictó la pena capital por decapitación. Su mismo padre fue quien le sesgó la cabeza en la cima de una montaña. Tras este terrible suceso un rayo alcanzó al verdugo, dándole muerte al instante. Es por este hecho que muchas personas rezan a Santa Bárbara para pedir su intersección y verse libre de los rayos de las tormentas. Encomiendas a Santa Bárbara cuando truena… Dióscoro fue un sátrapa, un déspota violento y asesino. En el nicho del universo más asqueroso hará pareja, seguramente con Cisneros: tal para cual.

La evocación y orgullo de ser navarro y vasco podría estar en el baile, juergón y desmadre de plantas alucinógenas, fuegos estremecedores y sexo desconocido que, bajo las lluvias y tormentas de estos días, están gozando los propios Sugar y Santa Bárbara. Para dormir la resaca seguro que la pareja se esconde en las mismísimas ruinas del castillo de Gorriti.

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