Noticias abrumadoras sobre infraestructuras. El rescate a plazos de las autopistas de peaje de Madrid se ha convertido en un asunto estrella. En un contexto en el que el ministro de Fomento ha viajado a EE. UU. para buscar recursos para su plan de Cooperación Público-Privada. En el mismo momento en que el alcalde de Madrid ha recabado el apoyo del gobierno central dada la postración que presentan las cuentas municipales de la capital.
Las cuatro autopistas radiales de Madrid fueron planificadas y ejecutadas bajo los gobiernos de Aznar. A ellas se añadieron la autopista a la terminal 4 de Barajas y la Madrid-Toledo. Siempre estuvo claro que carecía de sentido económico la idea de financiar con peajes nuevos accesos a Madrid, que contaba ya con seis accesos en autopista libre. Eso sí, fue una gran operación para las empresas constructoras de esos proyectos de cobro garantizado -triste sino de las infraestructuras en España-. Pero entre costes de expropiación y demanda muy inferior a la esperada (¿esperada?), su sostenibilidad financiera se ha convertido en un vía crucis. Y lo que había de llegar ha llegado: rescate o quiebra. Será rescate.
Esto en el mismo momento en que se busca financiación privada para el plan de inversión que el Gobierno comenzará a pagar en el 2014. Las actuaciones estelares del plan son la terminación del AVE de Galicia a Madrid, el AVE de Santander a Madrid y, parece, el AVE de Alicante a Albacete, también para llegar a Madrid. En este caso no hará falta rescate: va por delante que las obras serán pagadas por el presupuesto central, en cómodos plazos y con sobrecoste por el modelo de financiación elegido. Todo sea por avanzar la radialidad del AVE.
Y en estas llega el asunto del rescate global de la capital, cuya deuda asciende a 7.200 millones de euros más que el resto de capitales provinciales sumadas. Se propone, por ejemplo, que el Gobierno central asuma la M-30, y con ella una deuda superior a 2.000 millones. Quizá ya no viene de aquí. Aunque, bien mirado, un moderado aumento de impuestos municipales permitiría financiar esa deuda; por algo Madrid es el municipio más rico de España, la capital económica. Pero ya se oyen voces que acusan a los “gastos de capitalidad” de provocar las inversiones que una “capital de dimensión europea” necesita. Por tanto, se sigue, todos debemos arrimar el hombro para pagar la deuda de nuestra capital.
Creo que una buena idea sería organizar el día de la Solidaridad con Madrid. Para ello, por ejemplo, se podrían desempolvar las huchas que se usaban para la cuestación del Domund, e incluso organizar mesas petitorias en todas las capitales de provincia. Al cabo, tener nuestro propio París local no es barato, como siempre que se quiere aparentar lo que no se es….. De acuerdo: subir los impuestos municipales en Madrid para financiar su deuda sería mucho más serio y ortodoxo (y también que doña Esperanza ponga algo más que consejos). La cuestión es: ¿estamos preparados para que cada cuál sea responsable de las consecuencias de sus decisiones? ¡Menudo dilema!
Germà Bel. Catedrático de Política Económica de la Universitat de Barcelona (UB).
Publicado por La Vanguardia-k argitaratua