Un libro que se presenta esta tarde recoge datos e historias de 1.587 personas que emigraron del Valle de Aezkoa en el siglo XIX, un tercio mujeres
Familiares emigrantes de Abaurregaina. Cedida
El valle de Aezkoa suma otro capítulo más a su memoria escrita. Y lo hace con la publicación La Aezkoa que se fue. Fan zen Aezkoa, que se presenta esta tarde a las 19.00 horas en el espacio Kultur Ola de Orbaizeta. Se trata de un libro de 364 páginas escrito y maquetado por el historiador José Etxegoien y coordinado por Maite Ancho, ambos de Aezkoa Kultur Elkartea e Irati Bortuak Elkartea, el cual recoge un laborioso trabajo sobre los y las emigrantes aezkoanas que partieron al continente americano entre los años 1860 y 1970 en busca de un futuro mejor. “Hacer un trabajo sobre la emigración es un sueño de hace años, pero nunca salía porque hacía falta horas y gente interesada”, lamenta el historiador José Etxegoien.
Los colaboradores. De pie, de izquierda a derecha, Tere Barberena, Mikel del Río, Maite Ancho, Lourdes Zabalza y Rafael Larrañeta. Sentados, de izquierda a derecha, José Etxegoien, Mirentxu Elizondo, Blanca Carballo y Blanca Iribarren. Faltan Kontxesi Pedroarena, Araceli Erreka, Raquel Juango, Miguel Ángel Lorea, Juantxo Merino, Edurne Vidador y Ion Retegi. Patricia Carballo
Aunque en alguna edición del Aezkoako Eguna intentaron ahondar en este asunto, no fue hasta 2021 cuando trece personas comenzaron a recabar pueblo a pueblo, con ayuda de familiares y amistades, datos, fotografías e historias sobre posibles emigrantes, a revisar documentación en archivos y a hacer un inventario lo más amplio posible. Un altruista y exhaustivo trabajo en auzolan mediante el cual han logrado elaborar un listado de 1587 personas. “Es un estudio que se tendría que hacer en todos los pueblos. Uno de los problemas que hemos tenido con la tradición oral es que la bajada demográfica y la ruptura de comunicación familiar trajo consigo una ausencia de datos. Aun así, hemos conseguido mucho más de lo que pensábamos”, confiesa Etxegoien.
Féminas también
De esas 1587 personas se conoce que cerca del 40 % emigraron a Argentina, en torno a un 33 % a Estados Unidos y el resto a otros países como México y, en menor medida, a Canadá, Uruguay, el Estado Francés o Venezuela. Muchos iban con la idea clara de trabajar para regular la economía familiar, enviar dinero para pagar las casas hipotecadas y volver. Pero otros muchos establecieron allí sus vidas. “Las guerras, la pobreza que había, el cierre de la fábrica de municiones, los incendios, la confiscación del ganado, que era el principal sustento de aquí… Todo eso era favorable para tener que salir de casa”, expresa.
Pero lo más curioso de todo es que un tercio de los emigrados fueron mujeres. “Siempre han sido las grandes olvidadas. La migración femenina no fue un movimiento tan organizado como el masculino, era más individualizada y más gradual. Por eso, es una pasada haber encontrado tantos datos”, admite el historiador.
Se conoce que la diáspora femenina aezkoana estaba muy vinculada a trabajos en el hogar, en el ámbito familiar o incluso en el campo. Sin embargo, también han constatado que un alto porcentaje se convertían en monjas o terminaban casándose y abandonando su tierra, lo que también las convierte en emigrantes. “Hemos encontrado datos interesantes y hay indicios de que hay historias muy bonitas. Queremos reactivar el estudio de la emigración femenina; es un trabajo que nos queda pendiente”, asevera.
25 euros
Por lo pronto, hoy se presentará el resultado de esta bonita investigación, cuyo ejemplar se podrá adquirir en el espacio Kultur Ola o en la Junta de Aezkoa al precio de 25 euros. Agradeciendo la financiación por parte de Euskal Artzainak Ameriketan y la Caja Laboral para la impresión del libro, el historiador también hace hincapié en la apuesta por traducir los textos en el euskera del valle. “Edurne y Ion han hecho un trabajo precioso de recuperación del aezkera, merece la pena hacer un esfuerzo y no olvidar esta variante tan curiosa que tenemos”, apostilla.
Textos llenos de historias amenas y cotidianas completan esta publicación que a su vez está ilustrada con más de 450 fotografías. Historias como los indianos, que con sus fortunas costearon y mejoraron las infraestructuras de varios pueblos del valle. Historias como la madre aezkoana del músico Pablo Sarasate o el republicano exiliado Donato Encaje. Testimonios reales de historias de vida y de familia. “Es un trabajo bastante completo de la historia del valle y una manera de no perder nuestra memoria”, concluye.
Noticias de Navarra