El paso del Tour por Euskal Herria, un paisaje reivindicativo

Ante el paso de la carrera a lo largo de los 524 kilómetros en Hegoalde se supone que alguien habrá instruido debidamente el realizador de las tomas de la televisión francesa para que muestre, entre otras cosas, la singularidad de Euskal Herria desde la geografía, el paisaje, su monumentalidad histórico-artística y evidenciando sus peculiaridades definitorias como una entidad humana, cultural que es más que una región o comunidad autónoma, como ahora se pretende inocular, una nación, que no es España. Aunque el centralismo francés es enemigo de singularidades políticamente autónomas.

Si atendemos a la repercusión que tienen las imágenes complementarias de la carrera, voluntarias o ineludibles, emitidas principalmente por France TV Sport, compartidas por TVE en España y ETB en Euskal Herria y también en canales deportivos, es un deber social que nos implica colectivamente, convertir el paso de la carrera en un itinerario identitario reivindicativo de Euskal Herria.

Por todo ello, es necesario preparar urgentemente, si no se ha hecho algo ya, un Plan Estratégico de Relevancia y Repercusión Reivindicativa que muestre al mundo, la realidad en todos los aspectos posibles de nuestro país en el camino de la libertad nacional, a través de los millones de seguidores que se dice contemplan por televisión el Tour, aunque no se puede calcular los que sean sensibles y capaces de captar este otro contenido no deportivo de la transmisión.

Es, por tanto, preciso de forma popular organizada un programa de acciones plásticamente impactantes con el criterio de una gigantesca pancarta continua en el territorio al paso de la carrera como soporte de un manifiesto muy explícito de acuerdo a la orografía y tipología del itinerario por el país. El repertorio de lugares estratégicos y referencias singulares perceptibles desde una toma, especialmente aérea, es muy amplio y existen numerosos ejemplos vistos desde hace años en diferentes zonas de Francia. Podrían realizarse acciones de animación popular, a modo de un land art, colocando mensajes muy evidentes en todos los lugares que la imaginación colectiva aporte de fácil visibilización en lugares paisajísticamente excepcionales que por ser parajes de paso próximos serán con seguridad captados: Gaztelugatxe, isla de Garraitz en Lekeitio; promontorio de Getaria, todas las playas desde Ondarroa hasta Hondarribia, basílica de Arantzazu (1955), viaducto de Ormaiztegi (1864), etc.

También en campas, terrenos sembrados, llanuras de apreciables dimensiones, explanadas de aparcamientos, cubiertas de edificios, arquitecturas sobresalientes, campanarios, bordes fluviales, estructuras, tendidos de conducciones, preferentemente en tramos de velocidad lenta de la carrera. Asimismo, en cruces, muros, barandillas de puentes y especialmente en los tramos finales vallados con publicidad y logotipos institucionales de gran visualización incluso en tomas repetidas con plásticos sobrepuestos. Acciones que constituyan un telegrama al mundo con conocidos lemas y palabras que en muchas lenguas europeas son similares y de fácil percepción: This is not Spain, Independentzia, Amnistia, además de banderolas de Etxerat, Ongi Etorri Erefuxiatuak. El territorio como soporte de un manifiesto expresado en explícitas frases.

Y por supuesto, miles de folletos ilustrativos multilingües de la situación en Euskal Herria para entregarlos en los recintos donde se sitúa todo el operativo de vehículos de la carrera, alojamientos de la organización, ciclistas, así como a los numerosos periodistas asistentes que aunque sean de deportes algunos habrá con sensibilidad para entender el problema nacional vasco, todavía con demasiados presos políticos encarcelados, por muy cerca que estén. En definitiva, es la gran oportunidad de una excepcional manifestación gráfica, plástica, artística.

Resulta muy pobre, si no lamentable, que Gure Esku Dago solo sea capaz de anunciar que hará una ikurriña gigantesca, eso no supone nada novedoso ni reivindicativo, incluso puede calificarse de populista si no banal, también lo haría el PNV que no tiene la misma ideología en la reivindicación nacional. Podrían pensar en algo mucho más imaginativo, profundo y radical, hay numerosas referencias en las que basarse, entre ellas el imaginativo y atractivo repertorio iconográfico reivindicativo de las manifestaciones independentistas en Catalunya.

Naiz