Agustí Colomines: «Si el mundo periodístico es sectario, el político es cainita»

Conversamos con el historiador Agustí Colomines, que ha publicado el dietario ‘Tot el que el cor s’estima’ (‘Todo lo que el corazón ama)’ (Lleonard Muntaner, 2022)

«Aparte de las guerras púnicas, se me ha atribuido de todo». La frase es de Giulio Andreotti, pero dudo de que Agustí Colomines (Barcelona, ​​1957) tuviera muchos problemas para hacerla suya. Si se repasan las últimas décadas de la historia de Cataluña, es posible que encuentren su nombre. Colomines ha sido secretario de Josep Benet, colaborador de Artur Mas, militante del PSUC, director de la Escuela de Administración Pública de Cataluña, impulsor de JuntsxCat y, desde hace cierto tiempo, crítico furibundo de todos aquellos con los que ha compartido trinchera. Además es historiador, uno de esos historiadores que escriben libros, motivo que le llevó a pasar tres meses investigando los archivos de Joaquín Maurín en la Universidad de Stanford.

De esta estancia, producida durante el remoto 2019, nace ‘Todo lo que el corazón ama’ (Lleonard Muntaner, 2022), un dietario confeccionado a base de asociaciones de ideas poco habituales donde desfilan personajes tan diversos como Francis Fukuyama, Samuel Pepys, Julián Gorkin, Victoria Ocampo, Gaspar de Portolá o Rafael Ramos. Colomines habla de la vida, de la muerte, de la familia y de la política y lo hace, además, desde América, el único lugar donde, según Bauçà, es posible filmar los sueños.

-¿Qué es América para usted?

-Es un sitio que me atrae muchísimo. No creo que puedan filmarse los sueños, pero así como cuando he estado en Escocia me ha parecido que el cielo era más bajo que en otros lugares, en Estados Unidos el cielo me parece inmenso. Respiro muy bien.

-¿Es un modelo para Cataluña?

-Lo que es seguro es que no es un antimodelo. Nunca he sufrido la enfermedad del antiamericanismo, esta enfermedad infantil que afecta al catalanismo izquierdista o al izquierdismo catalanista.

-Tampoco es antisionista.

-Es curioso, porque el catalanismo histórico siempre ha sido prosionista y bastante proamericano.

-Usted habla bastante bien de las universidades americanas.

-Sí.

-Y define las de aquí como una “estafa ‘low cost’”.

-Ya hace tiempo que se ven todos los descosidos: precarización de los puestos de trabajo, proliferación de profesores asociados que, realmente, no son asociados, programas mal definidos, una funcionarización que hace imposible la internacionalización de las universidades, unas tasas que hacen reír para poder ser competitivas de verdad…

-No le veo muy contento.

-Hemos convertido a la universidad en un contenedor y hay gente que todavía se alegra porque estamos en el número 250 de algún ranking.

-Es lo que tiene la periferia…

-Allí nadie habla de la Universidad de Barcelona. La gente conoce nuestra ciudad, pero por el sol y la playa. Nuestras universidades no tienen prestigio internacional.

-Ni nuestros periódicos.

-Cataluña es el país del sectarismo. No he visto prensa más sectaria y más aficionada a expulsar a la inteligencia que la catalana. De la española no hace falta ni decirlo… Pero la catalana… En los años treinta éramos más honestos, todos los diarios decían el nombre del partido para el que trabajaban.

-La ‘Humanitat’ se definía como el órgano oficial de Esquerra.

-Ahora fingimos que la prensa es libre y plural, pero diez años de proceso permiten saber quién es quién, quién hace qué, quién se margina y quién no se margina.

-¿A usted le han marginado?

-Lo tengo clarísimo.

-¿Por qué?

-Porque soy un verso libre. La gente no acude a las tertulias por su inteligencia o por la originalidad de sus opiniones. Todo el mundo va recomendado por alguien y a mí ya hace tiempo que no me recomiendan.

-También le ha costado encontrar editorial.

-Se me atribuyen no sé cuántas maldades, pero no estoy en el ‘mainstream’. Además, he hecho de mi libertad de opinión la mayor bandera. El otro día una persona me decía que hay veces que piensa que soy de derechas y otras que soy de extrema izquierda. Supongo que me lo decía como un elogio, pero creo que debería ser normal esto de no tener un discurso monolítico.

-Hablemos de ‘Tot el que el cor s’estima’ (‘Todo lo que el corazón ama’). Habiéndolo leído me he dado cuenta de que una gran mayoría de las personas que menciona están muertas. ¿Le quedan referentes vivos?

-Con 65 años es muy difícil tener referentes vivos. Todos mis maestros han desaparecido. Josep Termes, Josep Benet, Josep Fontana, Rafael Aracil… No queda ninguno.

-Imre Kertész creía que la vida debía explicarse a través de los muertos de cada uno. ¿Cuáles son los suyos?

-Para empezar mi madre. Murió cuando tenía 14 años y me ha perseguido toda la vida. También están los maestros, los amigos… El sida y la heroína me quitaron muchos. No soy un nostálgico, pero tengo muy presentes a los muertos.

-Dice mirar el futuro con nostalgia.

-Tengo pesar de lo que no viviré. Tengo nostalgia de la imposibilidad de vivir ciertas cosas. No es un sentimiento retrógrado, sino futurista.

-Y, sin embargo, fue a Estados Unidos para estudiar a Joaquín Maurín, que lleva medio siglo muerto.

-Fue él quien me eligió a mí. Encontré sus archivos en la ‘Hoover Institution’ la primera vez que fui y empecé a leerlo.

-¿Con qué fin?

-Siempre me ha sorprendido cómo algunas personas que fueron muy importantes antes de la guerra quedaron olvidadas cuando se marcharon al exilio. Es muy injusto limitarnos a estudiar la primera fase de su vida.

-Es lo que ocurre con Frederica Montseny

-Cuando se exilió tenía 34 años… ¿Es que no hizo nada cuando estaba fuera de Cataluña? Parece que a nosotros sólo nos interese lo que hizo durante la Segunda República, esta época tan mitificada… Con Maurín ocurre lo mismo.

-¿Qué es lo que más le interesa de Maurín?

-El cambio de orientación radical que hizo: ser uno de los grandes teóricos del marxismo, ser un socialdemócrata, un liberal de izquierdas, un anticomunista.

-Esta historia me suena.

-Yo milité en Bandera Roja y en el PSUC, pero me di cuenta de que el valor de la libertad y de la democracia estaba por encima de una ideología que, cuando se ha aplicado, ha sido un desastre monumental.

-Una de las principales tesis de Maurín era la idea de que el catalanismo es esencialmente burgués. ¿No cree que estudiarlo sirve para fomentar ciertos discursos de matriz lerrouxista?

-Esto es lo que menos me gusta de la historiografía catalana. Al parecer, por el hecho de estudiar un personaje histórico, uno debe identificarse en todas y cada una de las cosas que dijo. Yo soy absolutamente contrario a esta teoría, pero eso no me impide querer estudiar de forma clara qué es lo que lleva a Maurín a decir estas cosas.

-Pero…

-Hace muchos años que dejé de creer en la historiografía militante. La historia sirve para conocer el pasado, para interpretarlo. También sirve para diseñar unos futuros, pero no para crear adhesiones religiosas a favor de una u otra idea.

-¿Es algo exclusivamente catalán?

-En Estados Unidos se es más abierto y, en parte, en el mundo anglosajón… Pero la dictadura de la cancelación lleva a unas aberraciones bastante importantes.

-Nadie se escapa.

-El mundo está plagado de policías del pensamiento, de gente que decide lo que se puede pensar y lo que no. Si abres los ojos y escuchas es fácil darse cuenta, ocurre que el nuestro es un país de perezas.

-¿De perezas?

-Perezas intelectuales. La gente no piensa, sigue modas, que es muy distinto. Y, además, sigue modas extranjeras, que conoce poco y a través de traducciones.

-Y ocurre lo que pasa…

-Existe poco vigor intelectual y la muestra está en la ensayística catalana. ¿Me puede citar un libro emblemático?

-¿Del ensayo catalán?

-Sí.

-Alguno de los Vicens Vives…

-Vicens Vives está muerto. Dígame un autor vivo.

-Edgar Illas hace cosas interesantes.

-A ver… Edgar Illas es amigo mío… Pero yo estoy hablando de alguien capaz de crear un corpus que, dentro de treinta años, se pueda reeditar, que deba reeditarse porque sea imposible no hacerlo. Ya le digo yo. Esto no existe.

-¿Por qué?

-Primero, porque el mundo universitario no lo provoca. ¿De dónde debe salir esto? De un ambiente intelectual. ¿Quiere explicarme cuál es el ambiente intelectual de hoy en día?

Un país se forma porque tiene buenas revistas, porque tiene un buen público y nuestro problema es que tenemos algunas buenas revistas, pero no hemos formado un público que alimente esta voluntad y esta exigencia. Los intelectuales nacen de la exigencia del público y aquí la gente exige muy poco.

-Tampoco exigimos mucho a los políticos.

-El mundo político catalán es muy rastrero. Si el mundo periodístico es sectario, el político es, directamente, cainita. Es muy… Nosotros hemos fracasado por la represión, pero también porque las peleas internas, las zancadillas, todo ello ha llevado a una situación límite que ha fastidiado a mucha gente.

-Usted estaba en medio de todo.

-Ahora mismo no hay ningún proyecto y por eso la lucha es tan sólo por el poder. Se matan por el poder autonómico y nada más.

-Junts por la ‘paguita’.

-Yo nunca he sido pujolista, pero ‘Des dels turons a l’altra banda del riu’ (‘Desde las trincheras al otro lado del río’) -de Jordi Pujol- es un libro que todavía se mantiene. Detrás está todo un pensamiento, hay un corpus. Yo no lo comparto, pero eso da igual, la idea está ahí. ¿Tú sabes cuántos libros han escrito los líderes del proceso?

-Cada uno ha escrito el suyo.

-¿Y qué dicen estos libros?

-No he tenido el placer de leerlos.

-Ni te los has leído ni te los vas a leer, porque no tienen ningún interés. No dicen nada.

-¿Qué deberían decir?

-Deberían defender una idea de país, la que quieran, pero algo que vaya más allá del tacticismo barato.

-Acusa al gobierno de llevar a cabo «esfuerzos normalizadores para retornar a las pútridas aguas del autonomismo».

-ERC ha decidido que se acabó la fiesta. Han llegado a la conclusión de que la independencia es imposible. Lo que ocurre es que, en este país, ni las izquierdas ni las derechas están dispuestas a sacrificar nada de su vida.

-Somos gente de ‘seny’ (cordura).

-La historia de Cataluña nos ha demostrado que sólo se avanza cuando se está dispuesto a sacrificar algo. Si hubiéramos dimitido, ya no existiríamos, pero no hemos dimitido.

-Lo que nos faltan son líderes.

-Las revoluciones nunca se hacen espontáneamente. Hasta que no surja un líder con carisma suficiente dudo de que podamos hacer nada.

-Decían que Mas era carismático.

-Era poco empático y, además, no acertó ni una. Todas las decisiones que tomó fueron erróneas: desde las elecciones de 2012, hasta los recortes. Y no quiero decir que los recortes no tuvieran que hacerse, pero deberían haberse hecho de otra manera. Lo mismo podría decirse del referéndum de 2014 y su pregunta estrambótica…

-Y a pesar de todo sigue opinando (1).

-De forma absolutamente errónea. Es un hombre que no tiene futuro alguno, como Trias.

-Hablando de cosas sin futuro… ¿Qué le ocurrió con Convergència? Si no aguantaba a sus miembros ¿por qué estuvo tantos años a su lado?

-Yo siempre he creído que el independentismo no evolucionaría hasta que incorporara el sector moderado y de derechas. Lleva mil años existiendo el independentismo de izquierdas, pero si quieres ir más allá del 15%, debes contar con la derecha.

-Y así nació la Casa Gran del Catalanismo.

-No necesitaba identificarme ideológicamente con todo lo que decían los convergentes, porque yo nunca milité en CiU. La idea me parecía interesante, pero poco a poco descubrí que hay personas que están en la política con el único objetivo de enriquecerse.

-“He tenido cerca a gente corrupta y no me di cuenta porque no fui lo suficientemente exigente”, afirma. ¿Ha cambiado?

-Ahora soy absolutamente intransigente. Creo que la corrupción es una lacra muy importante en Cataluña. Tendemos a pensar que somos distintos a los españoles, pero en eso somos iguales. Es tan corrupto el PSC, como el PP, como Convergència y como otros que me ahorro decir.

-¿No cree que se pasa de modesto cuando dice que su biografía no tiene mucho interés?

-Es que no me siento nada protagonista. No es falsa modestia, no sé cómo decirle. He asesorado a mucha gente, pero me han hecho poco caso.

-Y eso le molesta.

-Creo que, por lo general, no hacen caso a nadie. Todos los políticos tienen muchos asesores, pero los ignoran porque creen estar por encima del bien y del mal. Se sienten muy listos. En este país todo el mundo cree que es Churchill, pero lo que no saben es que Churchill fracasó muchas veces.

-Aquí se fracasa, pero nunca se dimite,

-El fracaso de 2017 fue monumental y nadie ha hecho una contricción real. De hecho, hay quien, yendo a prisión, ha blanqueado su biografía.

-Se pasa medio libro diciendo que es muy optimista, me cuesta verlo.

-Barcelona parece Beirut, el Parlament da risa, la relación con España no hace falta que te lo diga… Todo ello no tiene muy buena pinta, pero estoy convencido de que tarde o temprano habrá una reacción. Es lo que nos enseña la historia.

(1) https://www.elperiodico.cat/ca/politica/20230220/artur-mas-jordi-pujol-confessio-entrevista-82630751

NÚVOL

https://www.nuvol.com/llibres/assaig/agusti-colomines-si-el-mon-periodistic-es-sectari-el-politic-es-cainita-309362?utm_source=SUBSCRIPTORS+DE+LA+NEWSLETTER&utm_campaign=bb284face2-EMAIL_CAMPAIGN_2020_01_31_08_48_COPY_01&utm_medium=email&utm_term=0_b03a8deaed-bb284face2-238273909