El abogado y escritor Damià del Clot publica el libro ‘Anatomía del Deep State español’
Damià del Clot, abogado, politólogo y alcalde de Vilassar de Mar analiza en su último libro las cloacas del Estado. ‘Anatomía del Deep State español’ (Pórtico Ediciones) en un estudio riguroso del “lado oscuro de la política” en el Estado español.
El actual ‘deep state’ adentra sus raíces en las estructuras franquistas y reúne a su alrededor estamentos políticos, judiciales, militares y judiciales, con la Corona como un vértice destacado. Del Clot ya había analizado en ‘Lawfare. La estrategia de represión contra el independentismo catalán’ cómo España y sus cloacas habían utilizado el ‘lawfare’ contra el proceso soberanista y sus actores. Todo ello para proteger la razón de estado y «la defensa de las esencias de la españolidad».
-¿Cómo definiría el ‘deep state’?
-Lo definiría como una estructura paraestatal, ubicada fuera de la legalidad, que tiene por objetivo la defensa de la razón de Estado de acuerdo con los silencios o ángulos muertos de la Constitución de 1978: unidad del Estado, monarquía como símbolo y garante de esta unidad, y soberanía indisoluble.
-¿Quién forma parte del mismo?
-Tiene cuatro grandes estamentos: la política (fuerzas de extrema derecha que se sitúan en los poderes ejecutivos y legislativos), la judicial (principalmente ubicados en el CGPJ, Tribunal Supremo, Tribunal Constitucional, Tribunal de Cuentas y juzgados de instrucción de la Audiencia Nacional), policial y servicios secretos (muchos de los cuales están retirados y CNI que han pasado años en el congelador, pero mantienen contactos) y militares nostálgicos del régimen franquista. A partir de ahí los funcionarios del Estado situados en puestos estratégicos de la fiscalía y la abogacía del Estado. En el vértice del Estado profundo se ubica la Corona.
-¿Cuáles son los enemigos contra los que actúa este ‘deep state’?
-Los enemigos están identificados desde la derrota de 1898: los rojos y los separatistas. Son aquellos que defienden proyectos políticos progresistas, emancipadores republicanos, que rompen con los principios constitucionales que nunca gozaron de un debate público y sereno, como son los principios de la razón de Estado. En el momento en que está en riesgo la unidad del Estado, la monarquía o un aumento del poder político de las naciones históricas (Cataluña y el País Vasco), este Estado profundo emerge de las cloacas y no tiene ningún reparo en mostrar su peor cara.
-¿El ‘deep state’ español hunde sus raíces en las profundidades del franquismo?
-Sus raíces vienen de mucho más lejos, lo que ocurre es que 40 años de dictadura fruto de una guerra civil, lleva al ‘deep state’ a enraizarse en las instituciones y perfeccionar su operativa hasta el punto de que cuando actúa parece que lo haga el Estado institucional. Durante el franquismo el Estado profundo no necesita hundirse en las aguas fecales de la política; sino que diseña todo un entramado legal para cuando llegue la democracia seguir operando desde las profundidades del sistema. Las diversas familias del franquismo necesitan el ‘deep state’ político, judicial y policial para sobrevivir, puesto que les otorga impunidad en su forma de concebir la política.
-¿Era el fundamento de lo que se llamó “atado y bien atado” que dio paso a la mitificada Transición española?
-Exacto. Lo que hace el franquismo es crear todo un marco legal que prepara el ‘deep state’ para un futuro que necesariamente deberá ser democrático. Crea un Estado dual similar al Estado nazi, de modo que llegado el momento, la cara B de ese Estado pueda permanecer oculta y sólo emerja cuando esté en peligro la razón de Estado. La Ley para la Reforma Política, que es la octava ley fundamental y el principio de todo, es una ley que menosprecia el principio de igualdad (que beneficia a la derecha y la ultraderecha), blinda la figura del rey y es la que termina configurando las Cortes Generales. Todo el derecho electoral está diseñado por las élites franquistas y pasa, en bloque, a la Constitución de 1978. Hoy todavía está vigente. Un diputado de la derecha cuesta mucho menos votos que un diputado de izquierdas. Éste, es sólo, un ejemplo.
-Ee el título del libro, ¿hace referencia al ‘Deep State’ español? ¿Y señala que en todas partes hay un Estado que opera en la penumbra de las instituciones? ¿Qué diferencia al español de otros modelos de ‘estado profundo’?
-Muchos estados son duales. La Italia de las tangentes fue una modalidad de Estado profundo colonizado por la mafia. En España, el lugar de la mafia lo ocupa las élites franquistas, que después de siete años de dictadura de Primo de Rivera, más nueve años conspirando contra la República consiguen lo que buscaban: 40 años de gobierno totalitario que basa su fuerza en la brutal represión de la disidencia y la impunidad de sus élites a la hora de enriquecerse. La principal diferencia entre el Estado español y los demás estados es, precisamente, la capacidad de arraigo y el hecho de que la Transición la hace ese Estado que en el futuro estará en un Estado larvario, que mandará y marcará la agenda política aunque no gane las elecciones. Se harán un traje constitucional y legal a medida.
-La razón de estado se sustenta en palabras vagas y poco definidas: interés general, seguridad nacional…
-También en la unidad del Estado, recibido en la descentralización política del Estado, blindaje de la monarquía, tutela del poder judicial de las grandes decisiones políticas, salvaguarda de la soberanía única y rechazo a las reformas progresistas.
-En el ‘estado profundo’, ¿tienen un papel todas las ramas del estado: judicial, militar e incluso política?
-Todas tienen su rol. La judicial enmienda las decisiones políticas y reprime la disidencia, la militar asusta, la policial penetra en la intimidad de los disidentes y fabrica pruebas a medida y la política marca la estrategia y, si es necesario, crea marcos legales a medida o legitima las actuaciones de las togas del poder para que intervengan.
-Habla en el libro de fundamentalismo constitucional y define al Tribunal Constitucional como el parlamento del Estado profundo.
-El TC es el legislador negativo (anula leyes) y la tercera cámara sin presencia de los nacionalismos históricos. Realiza una lectura excluyente de la Constitución muy en sintonía con el patriotismo constitucional que elaboró el PP de Aznar.
-¿Y también desempeñan un papel importante los que define como “periodistas de Estado”.
-Son la voz del ‘deep state’, quienes marcan el relato, quienes hacen juicios públicos y condenan mediante la pena del telediario. Elaboran ‘fake news’ para descontar los efectos nocivos y antidemocráticos que para la ciudadanía más o menos informada podrían tener determinadas resoluciones judiciales.
-Dice que los espías, los dossieres, y el tráfico de información se transforman en un elemento más de la política.
-Forman parte de la política de cloacas que siempre ha interesado en el ‘deep state’. Son instrumentos de desprestigio social y político de la disidencia y, al mismo tiempo, pueden servir de pruebas de cargo para condenar e inhabilitar a líderes políticos disidentes.
-¿Es una “guerra híbrida jurisdiccional, mediática y militar” contra los enemigos, como se ha visto con el independentismo catalán?
-El independentismo catalán ha sido el principal enemigo. El más nocivo porque es el que ha gozado de mayor fuerza social, el relato más elaborado y mayor legitimidad política, sobre todo desde la sentencia del Estatut. Por eso ha sido objeto de una guerra híbrida de baja intensidad, que ha movilizado a todos los estamentos del ‘deep state’.
-¿Se puede luchar contra el ‘deep state’ ? ¿Qué solución puede haber en el Estado español?
-Se puede luchar, pero será una lucha con muchas bajas por el bando que plante cara. Disponen de muchas herramientas que, al no ser legales (como el ‘lawfare’) invalidan cualquier defensa política o judicial. Y una minoría nacional no puede entrar en la guerra sucia porque ni tiene herramientas para hacerlo ni le interesa perder la legitimidad. Por tanto, nos situamos en un escenario de largo plazo donde hay dos variables que pueden ayudar: resoluciones europeas que quiten legitimidad al adversario e incremento de apoyo social que debilite la forma de actuar del Estado profundo.
-Dado que todo se hace en nombre de España, y se acepta con impunidad cualquier tipo de acción, ¿parece que el gran problema para el arraigo de la democracia en el Estado español es precisamente el nacionalismo español?
-El ‘deep state’ es profundamente nacionalista español. Pero no lo reconoce. La razón de Estado es la defensa de las esencias de la Españolidad más arraigada a los principios rectores de la Guardia Civil que son dos: «España, el Rey, el orden y la ley» y «Todo por la Patria».
Anatomía del ‘Deep State español’. Damián del Clot. Pórtico Ediciones. Barcelona, 2023. 392 páginas. 18,90 €
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Damià del Clot: “L’independentisme català ha estat el principal enemic del deep state”