Continuar y abrir un camino nuevo

Desde el pasado mes de septiembre y la concentración del 19 de enero reciente, una mayoría del independentismo con conciencia política ha expresado su voluntad clara de continuar. Toda la propaganda desmovilizadora de los últimos años, una verdadera dictadura mediática (prensa, radio, televisión) del españolismo y del colaboracionismo, no ha servido para detenernos y Pedro Sánchez y los estrategas de ERC se lo han tenido que tragar. Ahora hay que persistir, seguir avanzando. Pero sabemos, todo el mundo, que no podemos hacer lo mismo de antes; ni podemos actuar sólo por reacción, respondiendo tan sólo a la represión o a las provocaciones. Es necesaria una actividad permanente del conjunto del movimiento partiendo del conocimiento de nuestras experiencias y necesidades.

Lo podemos resumir en cuatro fundamentos y cuatro simplificaciones.

1er fundamento. Más allá de los partidos parlamentarios. La lucha independentista sólo podrá avanzar si va más allá del marco autonomista y los partidos institucionales. Ahora es ya una evidencia; pero es necesario recalcarlo.

2º fundamento. La conquista de la independencia es una ruptura que debe conseguir contraponer a la República Catalana Independiente al poder ocupante, instaurarla y mantenerla.

3er fundamento. La lucha independentista es una lucha que debe aglutinar a las clases populares, incluida la mayoría de la pequeña burguesía y añadiendo sectores importantes de la media burguesía, una base social para la ruptura; y con la sensibilidad social necesaria para constituir un bloque político y social mayoritario que pueda alcanzar el objetivo.

4º fundamento. Para ello necesitaremos que en todas las instituciones (cívicas y políticas) se vayan constituyendo mayorías independentistas que refuercen el movimiento y sean conscientes de los distintos aspectos de la lucha. Hay que ir ganando en influencia. Y también en votos.

Y las simplificaciones a combatir y evitar son:

1ª simplificación. El independentismo no puede limitarse a la búsqueda de votos. El independentismo es sobre todo un pulso de legitimidades, que debe poder tener el recurso del voto pero no puede limitarse a él porque dentro del ámbito del poder ocupante se acaba cayendo en la degeneración política que conocemos. Debe combatir la ocupación hasta la ruptura. Si se crea una nueva lista electoral que sea sectaria, no servirá para avanzar.

2ª simplificación. La independencia no se conseguirá por un simple hecho puntual como por ejemplo la activación de una DUI o una manifestación de un solo día (por muy impresionante que sea), sino por la capacidad de hacer efectiva la ruptura y mantenerla de modo duradero.

3ª simplificación. La independencia no se producirá porque haya unos líderes que arrastren al pueblo, sino porque seamos, de nuevo, el pueblo el que se ponga en movimiento.

4a simplificación. La independencia no es sólo una cuestión de voluntad y valentía individual. Depende de un conjunto de principios que todos debemos asumir y aplicar: compromiso, constancia, inteligencia, moral de victoria y acción permanente. (Lo explico con detalle en: ‘Todo es posible’ Carles Castellanos en https://www.llibertat.cat/2023/01/tot-es-possible-amb-pensament-i-accio-54158)

Como el topo Independentista y Republicano. El objetivo es conseguir una dinámica propia basada en la acción de los colectivos locales y sectoriales trabajando de forma regular y sistemática para erosionar el poder del régimen monárquico español (contra sus monopolios, haciendo presión a toda persona ‘non grata’ (autoridades monárquicas, que rechazamos por su actuación despótica) y denunciando los abusos contra el pueblo, movilizándonos contra las injusticias que crecen día a día. Afianzando así ámbitos democráticos, independentistas y republicanos, más y más fuertes en todas partes. Como el topo que va excavando la tierra hasta derrumbar el edificio más monumental, así nuestro movimiento debe ir royendo los cimientos que el régimen monárquico español todavía tiene plantados entre nosotros. Las grandes manifestaciones ya las hemos realizado y con éxito. Ahora toca hacer bien también una labor regular y persistente. Debemos ser un movimiento de miles y miles de personas que trabajemos día a día contra la ocupación de este régimen español decadente. Roer sus pilares hasta hundirlo, como hace el topo más diligente. Éste es el camino nuevo. Que va hasta el final.

EL PUNT-AVUI