Ni Magallanes ni Elcano

Sabido es que la historia tiende a consagrar el relato de los vencedores y borra el de los vencidos. En algunos casos, se puede poner en cuestión la versión oficial. Edison ha pasado a la historia como el padre de la bombilla eléctrica, pero no fue el primero que encendió una. ¿Quién fue el inventor del submarino, Monturiol o Peral? O, más aún, ¿quién descubrió América, Colón o los vikingos? De hecho, hablar del “descubrimiento” de un continente habitado implica ponerse las gafas occidentales. Eduard Niubó acaba de publicar Geografia de l’oblit (Sidillà, 2022), un libro muy interesante en el que se ocupa de los exploradores silenciados por la historia.

Niubó recupera aventureros que precedieron la llegada de Colón a América o la del capitán Cook a Australia, y también pone el foco en las expediciones al polo Sur. Más allá de recuperar personajes poco conocidos, se hace preguntas pertinentes, como qué significa descubrir un continente. Cuando Colón desem­barca en el actual Haití, en realidad no pone los pies en ningún continente sino en una isla, y hay presuntos descubridores de la denominada Terra Australis que en realidad solo habían llegado a Vanuatu, una isla de dimensiones equiparables a Mallorca.

Entre todos los personajes secundarios que Niubó rescata en su libro destaca Henrique de Malacca, un chico malayo capturado en 1511 cerca de Sumatra por los portugueses. Magallanes lo compra como esclavo, le bautiza y se lo lleva a Portugal. Ocho años más tarde, le embarca de intérprete en su expedición para dar la vuelta al mundo. La historia del navegante es conocida. No puede completar el viaje porque el 27 de abril de 1521 muere en combate en la isla de Cebú, cerca de donde Henrique fue capturado. El cronista Antonio Pigafetta no aclara su isla exacta de procedencia, pero lo cierto es que en el punto de llegada puede ejercer de intérprete porque hablan la misma lengua. Tras la muerte de su amo, el malayo desembarca y se queda allí. El libro detalla las traumáticas circunstancias que le empujan a huir de la expedición que acabará con Juan Sebastián Elcano completando la circunnavegación del planeta.

Pero lo cierto es que Henrique ya ha completado la vuelta al mundo antes. O, como apunta Niubó, la primera que da la vuelta al mundo es la palabra, la lengua moluqueña de aquel esclavo olvidado. El primer navegante global no fue ni Magallanes ni Elcano, sino Henrique.

LA VANGUARDIA