De una inhabilitación jurídica, normalmente sales al cabo del tiempo. Pasan varios meses o unos años, pero acabas volviendo a tener tus derechos electorales intactos. De una inhabilitación política, es mucho más difícil salir: permanece como una marca perenne. Y esto que ha hecho Laura Borràs es inhabilitarse políticamente a sí misma para escapar de una inhabilitación jurídica.
La presidenta del parlament ha dicho que se contaría esta semana. Lo escucharemos con atención, por supuesto. Pero no sé ver cómo esta explicación suya pueda ser más que una explicación sobre los hechos accesorios, sobre los detalles, y no sobre lo sustancial.
Porque la sustancia del asunto, el nudo gordiano, es que ella y su partido, Junts per Catalunya, habían dicho y defendido que eran diferentes de Esquerra Republicana y habían proclamado que harían las cosas de una manera diferente, concretamente en el caso de la defensa del parlament y de los parlamentarios. Pues bien, estas palabras son las que ahora deben pasar por caja y lo que realmente importa es la explicación de por qué no ha pasado lo prometido.
Dicho esto, que todo el mundo haya sacado o saque jugo, es otra cosa. Todos lo sabemos o podemos imaginarlo. Pero insisto en que es secundario. Sí: seguramente Pau Juvillà pasará la inhabilitación a tiempo para ser, pongamos por caso, un magnífico candidato de la CUP a la paeria de Lleida (1). Sí: ERC sonríe satisfecha y se reivindica como el partido que marca el camino y al que todos acaban siguiendo, después de tanta gestualidad inútil. Y sí: en Junts el sector profesional se frota las manos pensando que haya quedado tocada una candidata que tenía vida propia y se pondría enseguida a preparar, pongamos por caso, el asalto del conseller Giró a la presidencia de la Generalitat.
Pero no nos equivoquemos. Todo esto son, en todo caso, las consecuencias de la actuación de la presidenta del parlamento. Si ella se hubiera plantado y arriesgado la propia inhabilitación jurídica antes de inhabilitarse políticamente, ahora no pasaría. Pau Juvillà quizás todavía sería diputado, Esquerra se habría quedado en un rincón y en Junts nadie pensaría en quitarle el liderazgo. Entre otras cosas porque, en la Cataluña de hoy, tan decepcionada e indignada con la clase política independentista, no creo que haya mejor campaña electoral que demostrar que eres diferente a los demás, que cumples lo que prometes y dices y que no tienes prevención alguna cuando se trata de luchar por la independencia.
(1) https://www.paeria.es/cas/paeria.htm
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