La felonía de los Haro y de cómo los bizkaínos los expulsaron

Beato de Saint-Sever 1050-1070 («Caput Vasconiae», reino de Nabarra)

 

Leiçarragaren Testamentu berria (1571):

“Eta ikusi nitzan, ilkiten (ateratzen)
dragoinaren ahotic,

eta bestiaren ahotic,
eta propheta falsuén ahotic,

hirur spiritu satsu iguelén irudicoric”

(Apokalipsia 16:13 BHNT)

 

 

Está bien documentada la existencia de la tenencia de Bizkaia reinando Sancho Garçea III “el de Nájera” (1035-1054), era su tenente Eneco Lupiz entre los años 1040-77, latinizado como Iñigo López y apodado “Ezkerra” (“el zurdo”).

 

Su mujer era Toda Garçés y su suegro era Fortún Sánchez. Sobre su suegro el historiador José Moret (s. XVII) señalaba que “(…) este caballero don Fortuño Sánchez sospechamos que lo era también (de la casa real nabarra) y nieto de don Ramiro, que se llamó rey de Viguera, e hijo de su hijo don Sancho”.

 

Ramiro Garçea era “regulo” o “hijo de rey” en el “reino” de Viguera que abarcaba entonces gran parte de La Rioja (una tenencia gobernada por un miembro de la familia real nabarra), era el segundo hijo del rey nabarro Garçea Sánchez I (919-970) que llevó la Corte nabarra a Nájera en La Rioja para fortalecer la frontera, entonces recientemente recuperada a los Banu Casi baskones-musulmanes por su padre, Sancho Garçea I y Ordoño II de Oviedo.

 

El propio Moret señala que Fortún Sánchez fue “colactáneo o hermano de leche” del rey Sancho III “el Mayor” (1004-1035), “ayo” o responsable de la crianza y mentor de su hijo “el joven” Sancho Garçea III “el de Nájera” hasta su muerte en la Batalla de Atapuerca (1054) donde luchó a su lado.

 

Por su parte el padre de Iñigo López “Ezkerra”, de nombre Lope Iñiguez, era uno de los más altos dignatarios de la Corte nabarra donde regía la caballería en el año 996 y donde fue mayordomo real hasta 1020. Esta familia López-Iñiguez parece provenir de Tierra Estella.

Ramiro Garçea

 

El hijo primogénito de Sancho Garçea III “el de Nájera” fue Sancho IV “el de Peñalén” (reinó entre 1054-1076). Aitor Pescado Medrano en su libro “Tenentes y tenencias del Reino de Pamplona en Álava, Vizcaya, Guipúzcoa, La Rioja y Castilla” (1999) escribía: “En 1061 un documento de Leire nos descubre las primeras disputas entre el rey (Sancho IV) y sus barones. La razón básica puede buscarse en la arbitrariedad que se está produciendo a la hora de conceder tenencias y que provoca la irritación dentro del círculo nobiliario. La respuesta de Sancho es la creación de nuevas tenencias en el sector riojano (entre 1063 y 1066 aparecen en la documentación Logroño, Torrillas, Quel, Alberite y Cañas) (…).

 

La crisis interna del reino se agrava de nuevo en el año 1072. La nobleza pamplonesa vuelve a levantarse y obliga a su rey a firmar un documento en el cual se compromete a mantenerlos en sus honores y no desposeerlos de ellas arbitrariamente. (…). Eneco López mantiene un doble papel: el de tenente, por poseer las honores concedidas por el rey (en Nájera, donde además contaba con posesiones propias), y el de señor con dominios patrimoniales heredados y de cierta importancia (sus dominios en Vizcaya) (…)”.

A diferencia los condados y señoríos, los tenentes nabarros no eran más que altos funcionarios con funciones militares y de administración en un territorio por el tiempo que el rey determinaba y sin derecho a sucesión; el rey además podía dividirlas en administraciones más pequeñas que concedía a nuevos tenentes.

 

Iñigo López “Ezkerra” llegó a ser tenente o gobernador de Nájera, sede de la Corte nabarra y la principal tenencia, pero ya con Sancho IV “el de Peñalén”. Lo será desde 1063 hasta 1075, pero en realidad era co-tenente junto con su suegro hasta su fallecimiento en 1072, y con García Lihúvarez, documentado como co-tenente también en el año 1063. Es en esta condición de co-tenente como Iñigo López “Ezkerra” aparece en numerosos documentos riojanos hasta mayo de 1075. Por tanto, parece que en esa fecha Iñigo fuera desposeído de todo cargo en La Rioja por las políticas impuestas por Sancho IV, ya que García Lihúvarez aparece sólo en un documento del monasterio de Valvanera del año 1076. La querencia de aumentar su patrimonio con la tenencia de Nájera se volverá una obsesión para la familia de los López. Iñigo López “Ezkerra” era además tenente de Bilibio con Nabarra desde 1073, castillo en las Conchas de Haro en La Rioja.

Esta políticas contra el poder de los tenentes convertidos en importantes señores del reino, provocó que el rey de Nabarra Sancho IV fuera asesinado en una cacería en junio el año 1076, empujado por el barranco de Peñalén (entre Funes y Aleves, Villafranca), la felonía fue perpetrada por algunos nobles y sobre todo por dos de sus siete hermanos, Ramón y Ermesenda, por eso este rey es conocido como Sancho IV Garcés “el de Peñalén”. Los hermanos del rey asesinado recorrieron el reino y trataron de ganarse al Pueblo que los repudió por su fratricidio.

 

El rey de León y conde de Castilla Alfonso VI “el Emperador”, estaba detrás del asesinato de su primo Sancho IV “el de Peñalén”, el cual rindió honores a Ermesanda en las Cortes de Castilla.

 

El otro fratricida, Ramón, se escondió en la Zaragoza del reyezuelo musulmán Muqtadir.

 

Alfonso VI de Castilla “el Emperador”, aprovechó el desconcierto y entró en reino baskón donde para hacerse con él, para ello encontró apoyo en algunos tenentes nabarros en busca de afianzar su patrimonio; llegó el castellano-leonés hasta Sangüesa, pero el Pueblo y la mayoría de nobles nabarros derrotaron a las tropas castellano-leonesas en ese frente por lo que desistió de sus pretensiones imperialistas.

La felonía primigenia de Iñigo López y de su hijo tuvo lugar en ese año 1076. Era entonces Iñigo López “Ezkerra” tenente de Bilibio, Bizkaia y Durango, desde donde participó del fratricidio de Peñalén junto con su hijo, su consuegro y otros tenentes riojanos de Nabarra, después juró fidelidad al rey Alfonso VI de Castilla-León.

 

Aitor Pescado Medrano, en el libro mencionado, escribe: “Para 1076, en el último documento en el que aparece Eneco López, el rey que confirma los documentos relativos a Vizcaya es Alfonso VI. Ese mismo año le sucederá su hijo Lope Iñíguez, quien ya había sido tenente de Sancho IV (el de Peñalén) en Alberite (1074)”.

Tumba de Sancho el de Peñalén en el monasterio de Santa María la Real de Nájera (La Rioja)

 

El hijo de Iñigo López “Ezkerra”, de nombre Lope Iñiguez (1077-1093) como su abuelo, se hizo cargo de las tenencias de Alaba y de Gipuzkoa hasta el valle de Hernani, donde empezaba entonces el vizcondado de Lapurdi, además de seguir en las de tenencias de Bizkaia y de Durango, pero no recuperó la tenencia de Nájera, cuyo gobierno fue encomendado por Castilla al conde García Ordóñez, yerno del asesinado Sancho “el de Peñalén” y parte activa de la conspiración.

 

No debió de ser muy largo el gobierno García Ordoñez, pues en el año 1077 en el libro becerro de Valvanera, aparece de “Dominante Negera Martin Sangiz”, el cual también firma en documentos de 1078 como “Martín Sancoz dominante en Nagara”, y al que sucede “Petro Iohannes” en 1081.

 

Es más, si en el año 1076 el castillo roquedo y estratégico alabés de Portilla se encontraba bajo influencia del rey de Castilla Alfonso VI, pocos años después, en 1085, la fortaleza tenía nuevamente como señor a representantes del rey de Pamplona-Nabarra, concretamente a D. Diego Sánchez y su hermano D. Iñigo («Nacimiento de Gipuzkoa como tenencia navarra de frontera» Lurralde 34, 189-217.J.L. Orella Unzué, 2011).

 

Iñigo López “Ezkerra”, según el historiador bizkaíno E. Labayru (1845-1904), poseía propiedades en la actual Bizkaia y otros territorios que temporalmente también estuvieron en el señorío o en su radio de influencia. En su testamento podemos ver hasta dónde medró el tenente López, el cual dejó a su sobrino Lope Sanchez en el valle de Mena, el de Ayala y Orduña, a Diego Sánchez gobernación en Castilla y a Garcia Sánchez el valle de Orozko.

 

En el siglo XI surgió un Señorío en Orozko, que habría pasado a formar parte de la casa de Ayala mediante el matrimonio de su señora Alberca Sánchez de Orozko con el señor de Ayala García Galíndez hacia 1180.

 

Aunque no todos los hijos traicionaron a su rey, pues el hijo mayor de Iñigo López “Ezkerra” de nombre Fortun o Fortunio como su suegro, siguió en Nabarra con el importante cargo de Alférez Mayor y gobernando diferente tenencias (Funes, Galipienzo, Aguero o en el valle de la Ulzama), también sus hermanos García y Galindo.

 

Aparece el felón Iñigo López “Ezkerra” en otro documento castellano de Alfonso VI “el Emperador” del año 1082, en el que demuestra tener un “iure hereditario” al donar San Vicente de Ugarte (hoy Barakaldo y obispado de Oca-Valpuesta) en las Enkartaciones (que entonces no pertenecía al señorío de Bizkaia), al monasterio riojano de San Millán de la Cogolla, monasterio fuera de la tenencia najerense y enclavada en la nueva tenencia de Haro (recogido por G. Monreal “Las instituciones públicas del señorío de Vizcaya hasta el siglo XVII” 1974).

 

Otro documento esclarecedor es de pocos años después, reinando la castellano-leonesa Doña Urraca, hija de Alfonso VI “El Emperador”, pues el nieto de Iñigo López “Ezkerra”, Diego López I “el Blanco”, recibió un “privilegio de inmunidad” sobre sus tierras “a perpetuidad extensa a sus herederos” (G. Balparda “Historia crítica de Vizcaya y de sus fueros” 1974).

Nabarlur (Eneko Del Castillo)

Este otro mapa parece más acertado

 

 

Es decir, los López, pasaron de ser tenentes o administradores de un territorio en nombre del rey de Nabarra, a tener un derecho de corte feudal de herencia de tierras y títulos nobiliarios robados a Nabarra en la Corona castellano-leonesa, un buen motivo económico y de poder para su traición. Los López de Haro traicionaron a Nabarra por la herencia del señorío de Bizkaia y por las tenencias riojanas “nobilis familiari diocidio”.

 

Pero Alfonso I “el Batallador” rey de Nabarra y de Aragón, recuperó toda la Nabarra Occidental en el año 1109 cuando se casó con Doña Urraca de León-Castilla, por tanto 31 años después de su ocupación. Un nuevo rey vigoroso dominaba todo el territorio Baskón: desde Baiona en Lapurdi hasta Monreal en Teruel y desde el condado de Pallars hasta Belorado en La Rioja burgalesa, según dejó escrito el propio rey en su testamento.

Mapa tras la separación de Nabarra y Aragón a la muerte de Alfonso I «el Batallador» (Eneko del Castillo)

 

Que el señorío de Bizkaia no seguía en manos de los descendientes de Iñigo López «Ezkerra» ni del reino de León-Castilla (León era todavía el reino principal),  queda reflejado en una escritura de Nájera, cuando Urraca de León-Castilla y Alfonso I “El Batallador” estaban en 1110 preparándose para la conquista de la Zaragoza musulmana, aparece en un documento “Didacus Lupus dominante in Naxera et Granione”, Diego López I, el nieto de Iñigo López “Ezkerra», pero no como señor o conde de Bizkaia. En la toma de Zaragoza junto a Alfonso I estaban también García Galíndez de Ayala, Ladrón de Gipuzkoa (Gebara) o su cuñado Gastón de Bearne y Lapurdi.

 

Toda la información sobre la familia Gebara en el artículo: https://lehoinabarra.blogspot.com/2020/09/los-gebara-tenentes-de-la-nabarra.html

Castillo de Gebara en la cumbre, del que no quedan más que unos lienzos de muros tras su voladura en el año 1839 por el general cristino Zurbano tras la Primera Guerra Carlista, donde fue un bastión muy importante de los foralistas (dibujo del blog Martin Ttipia).

 

En 1112 vino la separación de Doña Urraca de Castilla-León y Alfonso I de Nabarra por importantes desavenencias conyugales.

 

Es significativo como el Obispo Munio, tras volver de Roma por un encargo de la reina Urraca de Castilla, teme pasar por territorio del rey Alfonso I “el Batallador”, por lo que, con un nabarro que sabe la lengua de la tierra, pasa por “Alpes ingreditur: rinde Ipusciam, et pero Navarram, et per Viscayam et pero Asturiam praeter mare quod extremis Hispaniae rupibus alliditur; nun eques pedes praeterit”.

 

En el año 1113, se reconcilió Alfonso I “el Batallador” con Diego López I, ya que aparece junto a él en un documento donde firma como Diego López “dominante” en el castillo de Burandón en la actual Alaba y en Bizkaia. Pero, en ese mismo año Alfonso I “el Batallador”, dio la tenencia de Nájera y de Haro a Fortún Garcés Cajal, uno de los nobles más fieles al rey nabarro, que mantuvo el señorío de La Rioja hasta la muerte del Alfonso I como veremos, lo que provocaría un nuevo distanciamiento con los López de Haro.

 

Es más, cuenta el historiador bizkaíno E. Labayru: “Entonces, enero del 1117, firmó don Diego Lopez I de Haro “el Blanco” (1093-1124) la confirmación de la reina de León y su hijo el de Castilla, doña Urraca y don Alfonso VII, de todos los privilegios que los reyes fundadores de Santa María de Nájera y sus sucesores habían concedido a este Monasterio, más los portazgos de Logroño y Nájera, con los diezmos de pan y de vino desde Nájera a Grañón.

 

Escaso tiempo hizo esta situación; pues penas tuvo de ella noticia el rey de Aragón (y Nabarra al que pertenecía Nájera) don Alfonso, el Batallador, -vino a marchas forzadas sobre Nájera, recobró lo que momentáneamente le habían ocupado sus enemigos (…)”.

El primer texto donde aparece incorporado el topónimo «Haro» al apellido de la familia López, se ha encontrado en una escritura de 1117, en la cual Diego López I es nombrado: «Donus Didacus Lópiz de Faro».

 

Alfonso VI “el Emperador” había concedido a Iñigo López “Ezkerra” la villa de Haro durante la ocupación de La Rioja, será su nieto Diego López I (1093-1124) el que repoblara su zona alta o Villabona.

 

Es más, Alfonso I “el Batallador” tuvo que recuperar Haro donde los nabarros sitiaron a Diego López I, aunque parece que llegaron a un acuerdo sin llegar a rendir la población, es la última mención a Diego López por lo que parece pudiera haber muerto durante el asedio en 1124…«hirur spiritu satsu iguelén irudicoric».

Tras la muerte de Alfonso I “el Batallador” en 1136, el hijo de Diego López, López Díez I de Haro “el de Nájera” (1124-1170), biznieto del felón Iñigo López “Ezkerra”, ocupó la tenencia de Nájera para Alfonso VII de León-Castilla, pero no toda La Rioja y menos Bizkaia.

 

Comenta Labayru que, finalmente León-Castilla y Nabarra, firmaron una nueva paz sellada mediante un nuevo matrimonio: “En enero de 1142 vemos a D. Lope Díaz de Haro con el gobierno y señorío de Nájera en la escritura de donación Real de D. Alfonso y Dª Berenguera a D. Juan de Quintana Ortuño, de las tierras realengas de Montes de Oca (…).

 

En 1151 asistió don Lope Díaz de Haro a las bodas celebradas en Calahorra, entre don Sancho, hijo de don Alfonso VII el Emperador y la Infanta doña Blanca de Nabarra, y en el año 1155 es cuando aparece que don Lope Díaz de Haro fue favorecido con el gobierno estable de toda Nájera”.

Tumba en Nájera de Diego López de Haro el Malo

A los pies de Diego López, su segunda esposa Teresa Pérez de Azagra fallecida en 1216

 

Así quedó Nájera en manos de los Haro a mediados del siglo XII, donde se enterrarán varios de ellos con sus mujeres.

 

López Díez I de Haro jamás firmó como señor de Bizkaia que estaba en manos de los Gebara, para entonces los Haro hacía tiempo que no dominaban Bizkaia donde ningún Haro nació ni fue enterrado, es más, esta familia se sentía más vinculada a Nájera o a Haro como es evidente.

LOS HARO SON EXPULSADOS DOS VECES POR LOS BIZKAÍNOS

 

Los Haro intentaron tomar Bizkaia por las armas hasta en otras dos ocasiones. Aunque el historiador sobre Bizkaia más completo del siglo XIX, el pro castellano y pro Haro E. Labayru lo desmiente porque no creía posible que los Haro no fueran señores de Bizkaia, hoy está demostrado que fue así.

 

En 1142, según se narra en la crónica de Ibargüen-Cachopin (s. XVII), hubo un intento armado de los Haro para hacerse con el Gobierno de Bizkaia, siendo expulsados por los propios bizkaínos: “Algunos an querido dezir fabulosamente, con alguna color que para ello dan a modo de doradura glosar, que este don Lope Días fue señor de Vizcaya, lo cual es insierto, aunque es verdade, sin título legítimo ni fundamento verdadero, él se hazía llamar e intitulaba rey de Vizcaya, y como tal y con fabor e ayuda que para ello le dio el señor de las casas y solares de Abendaño (entonces todavía en la Llanada Alabesa) y Urquiçu (Igorre –Arratia-, su solar después en Bizkaia), cabeça del bando y apellido de Ganboa, fue y entró en Vizcaya a mano armada, deziendo que iba a tomar poseçión de su tan deseado Señorío o Reino de Vizcaya, lo cual entendido por los vizcaínos, con su sano acuerdo y determinado y baleroso ánimo, tomando por su anparo, caudillo y cabeça al pariente mayor de todo el bando y apellido de Oñez, como sienpre lo abían hecho, defendiendo balerosamente a su tierra y casas, les ofendieron e resistieron la entrada o a lo menos estada y pretensa que traían.

 

E con grande pérdida de los suyos, salió solo lo mejor que pudo huyendo por la villa de Vermeo, llamada en otro tienpo antiguo la çiudad de Flaviobriga, donde desenbarcó con ayuda de los ganboínos del mesmo pueblo e pasó en Françia y por allá rodeando bolbió a su casa bien trabajado y pesaroso de aber querido tomar por fuerça lo que ningún prínçipe con muy mayor balor e fuerças que no él tenía nunca abían podido alcançar. De donde quedó por originario verdadero deste hecho aquel bulgar dicho o cántico que enpieça diziendo:

 

Ésta es Vizcaya, conde de Haro,

mira cómo entras, que no es Vellorado”.

El segundo nuevo intento y expulsión de las tropas castellanas y de sus aliados por las milicias bizkaínas y los señores de Bizkaia denlos Gebara, se produjo poco después: “Don Sancho el Sabio VI deste nonbre, vigésimo rey de Nabarra, nonbrado el Sabio e de otra manera el Baliente, susçedió en el Reino de Nabarra al rey don Garçía Ramírez, su padre, en el año de 1150. Este fue buen rey e dio fueros e leyes a su Reino de Nabarra y al Reino e probinçia de Aragón por çierta horden e forma que inporta poco dezillo aquí. Y lo mismo hizo a la probinçia de Guipúscoa y a la villa de Sant Sebastián, que agora es cabeça de la dicha probinçia de Guipúscoa, de muy grande trato de todas mercadurías de mar y de tierra, la cual después fue tresladada a la corona de Castilla. E las mismas leyes e fueros dio a la villa de Durango, que agora es de Vizcaya, que entonçes hasta el lugar de Nabarra del pueblo e anteiglesia de Hechano de la merindad de Çornoça hera suyo, donde en el mismo lugar de Nabarra estaba e tenía puesto la señal e último monjón de su reino de Nabarra, el cual los vizcaínos, mal de su grado, le quitaron e arrojaron de allí, día de el señor Santiago, llamado el Penitente, o de Perphirión, porque bibió muncho tienpo junto de un pueblo ansí llamado, morando en una cueba sanctamente por tienpo de 15 años e más, cuya fiesta se selebra a 23 días del mes de henero”.

Casa Zubiaur merindad de Zornotza 

 

En San Millán de la Cogolla se habla de la población de Etxano en el siglo XI como localidad importante y un asiento de abad “domno Monnio Egganno”, el cual aparece como testigo en una donación a San Vicente de Ugarte por el señor de Bizkaia. Sobre Etxano se cuenta que: «En su jurisdicción se levantaron, durante el medioevo varias casas solares y armeras: las de Larrea (fundada por los alabeses Zarate), Alzaibar y Arechaga de 1038, las de Belaustegui y Nafarroa, enclavada esta última a 500 mts de la parroquia de Amorebieta, en uno de cuyos ángulos estuvo plantada la mojonera o limite divisorio entre el señorío de Bizkaia y el ducado de Durango».

En su libro «Historia de Bizcaya» el historiador Esteban Jaime de Labayru  da credibilidad a la noticia de la crónica de Ibargüen-Cachopín que se apoyaba en el licenciado Peña y Galdocha (siglo XVI) y en los textos antiguos que aseguraba haber leído cuando decía que “la jurisdicción de Nabarra llegaba hasta Nafarroa, donde se halla la venta de Nabarra y el mojón término de Echano, cerca de la casa Zubiaur de Zornoza hacia la parte de Amorebieta” (ver la foto).

Es por tanto el 23 de Enero una fecha a recordar por los nabarros de Bizkaia, cuando se alzaron contra el imperialismo castellano y las pretensiones señoriales de los Haro. Desde la felonía de Iñigo López “Ezkerra” y de su hijo, esta familia fue apartada del señorío de Bizkaia por Nabarra, siendo sustituidos por la familia de los Bela o Ladrón de Gebara (de la llanada Alabesa), los cuales sí mantuvieron su lealtad al reino baskón (1124-1200).

El título de “señor de Bizkaia” pertenece a la corona Nabarra, por lo que solo pudieron usurparlo los Haro contra derecho tras invadir la Nabarra Occidental con sus tropas comandadas por el magnate castellano Diego López de Haro II “el Malo” junto a las tropas del rey de Castilla que acabó militarmente en el año 1200 aunque con varios intentos de liberación posteriores, según narramos en su momento https://lehoinabarra.blogspot.com/2014/07/bizkaia-fue-invadida-entre-1199-1200.html.

 

«Esta desmembración no sólo privaba a Nabarra de la poderosa ayuda que Bizcaya -ya seguramente con población y recursos de relativa importancia podía prestarle, sino que -esto era lo verdaderamente lamentable-, creaba alrededor de sí y de sus señores un núcleo de atracción que había de arrastrar a Álava y Guipúzcoa dentro de poco» (Anacleto Ortueta: Nabarra y la unidad política vasca, 1931).

El primer texto donde aparece incorporado el topónimo «Haro» al apellido de la familia López, se ha encontrado en una escritura de 1117, en la cual Diego López I «El Blanco» es nombrado: «Donus Didacus Lópiz de Faro». 

Diego López II de Haro «El Malo» (1152-1214, el Bueno en Castilla)  fue el primero de su familia que usó el apellido Haro, lo que consta en los documentos a partir de 1184, añadiéndose a los primitivos lobos de sable en campo de plata, en alusión al nombre «Lope» y que eran padre e hijo, Lope Díaz II de Haro «Cabeza Brava», el cual acompañaba a su padre en todas las batallas. Los corderos atravesados en las bocas de los lobos hacen alusión a su participación en la batalla de las Navas de Tolosa y el botín allí conseguido (1212, Diego López II “el bueno o el malo”) y la bordura con aspas de San Andrés a la toma ese día de Baeza (1227, de su hijo Lope Díaz II de Haro “Cabeza Brava”). Hasta aquí es también el escudo de Bizkaia junto al árbol de Gernika que se añadió en el siglo XV y se sustituyeron las aspas de la bordura por cinco Leones rampantes además de añadirse un León soporte que asoma la cabeza por el frente. Desde 1986 se han quitado los lobos y los leones del escudo de Bizkaia.

La relación de Diego López de Haro II «el Malo»con Nabarra fue ambigua en muchas ocasiones:

Entre 1179 y 1183, se exilió por primera vez Diego López II «el Malo» a Nabarra. Volvió a la corte castellana en posición de fuerza, obteniendo el oficio de alférez, uno de los dos más prestigiosos con el de mayordomo mayor. Su primer exilio le permitió obtener del rey los territorios que había gobernado su padre, e invadidos a Nabarra, La Rioja, Castilla la Vieja y Trasmiera (no así Bizkaia que seguía dentro del reino baskón de Nabarra). Obtuvo además las tenencias de la Bureba y de Asturias de Santillana del Mar.

Volvió a enfrentarse al rey castellano y después de su segundo exilio, extendió todavía más su zona de poder en el nordeste del reino de Castilla y lo usurpado a Nabarra, llegando a gobernar «de Almazán hasta el mar» (1196).

Al mando de la retaguardia, participó en la Batalla de Alarcos contra los Almohades en 1195 que perdió estrepitosamente Castilla, cayendo en desgracia. Le apartó el soberano a partir de 1199, cuando le quitó el oficio de alférez para provecho del conde Álvaro Núñez de Lara. Diego López se exilió una tercera vez entre 1201 y 1206, pasando al servicio de Nabarra.

Ante esta situación Alfonso VIII invadió de nuevo Nabarra con ayuda de Alfonso IX de León y puso bajo asedio a Estella-Lizarra, que era donde se encontraba Diego atacando al rey aragónes Pedro II, pero tras un largo asedio no consiguió rendir la plaza. Diego pidió asilo a Aragón pero Pedro II se lo denegó. Diego López pasó al reino moro de Valencia, desde donde atacó desairado al aragonés. Finalmente se reconcilió con Alfonso VIII de Castilla. Se había vuelto Diego imprescindible para el soberano castellano. Este, en su primer testamento de 1204, reconoció que le había perjudicado e intentó enmendar estos actos por su desmesurada reacción.

En 1204, para incitarle a volver en Castilla, Alfonso VIII le reconoció el gobierno de la totalidad de Bizkaia. Ese acto marcó quizás la conversión definitiva del territorio en un feudo inalienable a la familia que iba a constituir la base de poder de los Haro en el siglo XIII. Los reiterados exilios y este titulo, contribuyeron al mito del «feudo independiente» de Bizkaia que alimentó las controversias entre los fueristas y posteriormente por el nacionalismo vasco. Cuando Diego López decidió volver en Castilla, en 1206, Alfonso VIII puso de nuevo su confianza en él como alférez real.

En la Navas de Tolosa 1212, al frente de las tropas castellanas estaba el traidor Diego López de Haro II y su hijo Lope Díaz II “Cabeza Brava”, donde el pérfido y reciente Señor de Bizkaia, se resarció de la derrota que sufrió contra los musulmanes en Alarcós de 1195. Antes de entrar en combate le dijo su hijo: «Te pido como a un padre y a un señor que no hagas que me llamen hijo de traidor, y recuperes la prez que perdiste en la batalla de Alarcos». La respuesta del padre fue: «Os han de llamar hijo de puta, pero no hijo de traidor» (aludiendo a que su esposa lo abandonó).

https://lehoinabarra.blogspot.com/2018/12/la-felonia-de-los-lopez-de-haro-y-como.html?fbclid=IwAR3Ilt8mB9cirJGFzavNp900Zj31qi85XzpWl0GQvVERQGAsXXnZrDMDES0