La ruptura de las relaciones diplomáticas entre Argelia y Marruecos este agosto es fruto de una larga historia de tensión. Ambas naciones no han tenido nunca periodos largos de amistad, a pesar de que las unen muchos factores. De hecho, forman parte de la misma región magrebí, comparten la misma religión -el islam suní y el maliquismo- y la misma identidad y hablan un dialecto similar. También tienen una frontera común de mil quinientos cincuenta kilómetros.
De hecho, los argelinos y los marroquíes están tan cerca que es difícil distinguirlos. Pero las diferencias históricas, políticas e ideológicas desde de sus respectivas independencias pesan mucho en las relaciones entre estos países «hermanos». ¿Cómo se pueden explicar las tensiones que les han caracterizados y que ahora han originado una segunda ruptura de los vínculos diplomáticos? La primera, iniciada por Marruecos, fue de 1976 a 1988.
Investigo las relaciones entre ambos estados desde hace cuarenta años y he publicado estudios sobre la cuestión. Las relaciones entre el gobierno argelino y el marroquí rara vez son cordiales debido a las diferencias en las luchas anticoloniales respectivas, los sistemas políticos y las orientaciones ideológicas.
Esta última década, Marruecos ha explotado el letargo de la diplomacia argelina y la parálisis de su sistema político para promover sus intereses, a menudo en detrimento de los de Argelia. El resurgimiento diplomático argelino y su decisión de contrarrestar lo que considera «actos hostiles» de Marruecos han originado esta última ruptura.
La relación tumultuosa es un impedimento para la integración de la región, que podría aportar importantes beneficios a ambos países. Argelia, Libia, Mauritania, Marruecos y Túnez fundaron la Unión del Magreb Árabe en 1989. Pero desde 1996, la unión ha permanecido moribunda debido a las tensiones reiteradas en las relaciones entre estos dos estados.
Las divergencias de estos últimos años son potencialmente mucho más importantes. Podrían amenazar la estabilidad de toda la región del norte de África.
Historia de las relaciones entre Argelia y Marruecos
Los nacionalistas argelinos mantenían unas relaciones relativamente buenas con el rey Mohammed V de Marruecos. Murió en 1961, un año antes de la independencia de Argelia. Marruecos se independizó en 1956 y Argelia en 1962.
El hijo y sucesor del rey Mahommed, el rey Hassan II, reclamó territorio de Argelia. Invadió el país en 1963. El resultado fue la muerte de cientos de combatientes argelinos mal equipados.
Aunque breve, esta guerra configuró la mentalidad de la cúpula política y militar argelina. Hubo una época de cooperación entre 1969 y mediados de los setenta. Pero el conflicto en el Sahara Occidental, invadido por Marruecos en la llamada Marcha Verde en 1975, originó otra era de tensiones.
En marzo de 1976, el reconocimiento argelino de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), proclamada por el movimiento nacionalista saharaui, el Frente Polisario, hizo que Marruecos rompiera las relaciones diplomáticas con Argelia. Muchos otros países africanos reconocieron la RASD. Las relaciones se restablecieron en mayo de 1988.
La renovación de las relaciones se basó en una serie de acuerdos:
-Un compromiso de buenas relaciones duraderas.
-Cooperación y buena vecindad.
-Aceleración la construcción de la Unión del Magreb Árabe.
-La no injerencia de Argelia en los asuntos internos de Marruecos.
-La resolución del conflicto del Sahara Occidental mediante un referéndum de autodeterminación.
Argelia considera que Marruecos las ha incumplidos todas. En el fondo, ha habido una acumulación continua de tensiones entre ambos países.
Tensiones en aumento
En los años noventa, Argelia tuvo la mayor crisis de su historia. El país era devastado por las luchas civiles que se oponían al Estado y por grupos islamistas armados. En 1994, en plena crisis, las autoridades marroquíes acusaron falsamente a la inteligencia argelina de estar detrás de los atentados terroristas mortales en el hotel Asni, en Marrakech.
Marruecos impuso visado a los argelinos, incluidos los que tenían otra nacionalidad. Argelia respondió imponiendo visados y cerró las fronteras terrestres con Marruecos. A final de 1995, Marruecos congeló las instituciones de la Unión del Magreb Árabe debido al apoyo de Argelia a la República Árabe Saharaui Democrática.
Cuando Abdelaziz Bouteflika asumió la presidencia argelina en abril de 1999, las relaciones parecían haber cambiado. Tenía previsto reunirse con Hassan II para solucionar las diferencias. Pero el rey murió en julio de ese mismo año. Su sucesor, Mohammed VI, no mostró interés alguno hacia una resolución del Sahara Occidental en las condiciones de la Organización de las Naciones Unidas.
Sorprendentemente, durante su presidencia, Buteflika no sólo se desentendió de la cuestión del Sahara Occidental, sino que también encargó a los oficiales que no respondieran a ninguna acción hostil marroquí. Tras su destitución forzosa en abril del 2019, Argelia reiteró el apoyo al derecho de autodeterminación.
Por su parte, Marruecos ha presionado a la Unión Africana, Europa y EEUU para que apoyen sus reivindicaciones de soberanía sobre el Sáhara Occidental. Dos acontecimientos de estos últimos diez meses hicieron crecer las tensiones. El primero fue un ataque a manifestantes saharauis en Güerguerat, la zona tapón en el sur del Sahara Occidental, por parte de tropas marroquíes. Luego hubo un twits del presidente Donald Trump que anunciaba el reconocimiento estadounidense de la soberanía marroquí en el Sahara Occidental.
Todo esto formó parte de la decisión de Argelia de romper las relaciones diplomáticas con Marruecos. Trump había reconocido el territorio con ocupación marroquí del Sahara Occidental a cambio de que Marruecos normalizara las relaciones con Israel. Más estados árabes hicieron lo mismo a raíz de los acuerdos de Abraham (1) que negoció el yerno de Trump, Jared Kushner.
Antes de estos acuerdos, los oficiales marroquíes habían mostrado una hostilidad implacable hacia Argelia, a la que el gobierno argelino no respondió, y los twits de Trump del 10 de diciembre parecía estimular la actitud hostil de Marruecos. Argelia percibió ambas decisiones como una amenaza real para la seguridad nacional.
El tope de la tolerancia de Argelia contra los actos que consideraba hostiles llegó a mediados de julio, cuando el embajador de Marruecos en la ONU distribuyó una nota que expresaba su apoyo a un grupo que luchaba por la secesión de la región costera argelina de Cabilia. Argelia calificaba el grupo de terrorista, y esto causó que llamara a consultas a su embajador en Rabat y pidiera a Marruecos que aclarase si la decisión había sido del embajador o del gobierno. Nunca recibió respuesta.
Otro acto hostil a ojos de Argelia fue un gran escándalo de espionaje revelado por un consorcio de periódicos internacionales y organizaciones de derechos humanos. Descubrieron que Marruecos había espiado a más de seis mil argelinos, entre ellos muchos altos cargos políticos y militares. Argelia decidió romper las relaciones diplomáticas con Marruecos a partir del 24 de agosto.
Consecuencias de la ruptura
La ruptura puede originar reordenamientos geopolíticos. Pero todo depende de si Marruecos hace crecer las tensiones y usa la carta israelí contra Argelia o si trata de apaciguarlas.
Argelia ya ha comenzado a reforzar su control en la frontera marroquí. Podría originar dolores de cabeza graves para Marruecos si decidiera expulsar las decenas de miles de marroquíes -muchos de los cuales son inmigrantes ilegales.
También tiene consecuencias más amplias. La ruptura ha implicado la muerte de la Unión del Magreb Árabe, que ya estaba inactiva. Las tensiones de las relaciones harán que la agrupación regional permanezca parada o bien que surja una agrupación nueva.
Es de esperar que las rivalidades entre Argelia y Marruecos se intensifiquen en la Unión Africana por el estatus de observador de Israel (2) y por el Sahara Occidental.
En el ámbito económico, el ministro de energía argelino anunció a finales de agosto que el contrato del gasoducto Magreb-Europa (GME), que pasa por Marruecos, no se renovaría cuando caducara el 31 de octubre de 2021. La decisión se ha confirmado. El gasoducto sale directamente del noroeste de Argelia y luego atraviesa el Mediterráneo. En cambio, Argelia distribuirá gas natural al Estado español y Portugal a través del gasoducto MEDGAZ.
El impacto de esta ruptura es imprevisible. Pero es seguro que la rivalidad entre Argelia y Marruecos se intensificará.
Yahia H. Zoubir es profesor visitante del Brookings Doha Center y profesor senior de estudios internacionales y director de investigación en geopolítica en la Kedge Business School. Este artículo se publicó originalmente en The Conversation (3).
(1) https://www.state.gov/the-abraham-accords/
(2) https://www.dohainstitute.org/en/PoliticalStudies/Pages/The-Admission-of-Israel-as-an-Observer-in-the-African-Union.aspx
(3) https://theconversation.com/why-algeria-cut-diplomatic-ties-with-morocco-and-implications-for-the-future-167313
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