Somos el enemigo

Vicent Partal

El papa Francisco concedió una entrevista ayer a una emisora de radio católica española -y ultra-. Entre otras cosas, el entrevistador trató de llevarle hacia la descalificación del independentismo catalán, con una de esas preguntas capciosas que ya llevaba implícita la respuesta. Pero no lo consiguió, como se puede comprobar leyendo la pregunta y la respuesta enteras.

La respuesta del papa (1) es confusa, yo diría que deliberadamente. Pero también es muy rica por las cosas que insinúa. Esquiva la provocación del entrevistador desentendiéndose de replicar nada sobre Cataluña. En ningún momento entra en la descalificación que le proponen. En cambio, reconoce que las independencias son procesos normales, que pasan en Europa. E introduce un factor inesperado, especialmente para el entrevistador.

Francisco dice, y cuando lo dice insinúa muchas cosas, que duda de que España se haya reconciliado con su historia, sobre todo la del siglo XX. Y luego afirma: «Unidad nacional’ es una expresión fascinante, es cierto. […] pero no se hará nunca sin la reconciliación básica de los pueblos». Y para dejar más claro qué quiere decir, lo remata recomendando de «salir adelante como hermanos y no como enemigos, al menos con este inconsciente deshonesto que me hace juzgar al otro como enemigo histórico».

La definición, la imagen, es buena: «este inconsciente deshonesto que me hace juzgar al otro como enemigo histórico». Y, leyéndola, me ha venido a la cabeza la imagen de aquellos guardias civiles saliendo de varias ciudades en septiembre de 2017 rodeados de vibrantes banderas españolas y al grito, que se hizo famoso, de «a por ellos».

Supongo que es inevitable y que no debo ser el único que hace esta relación. Porque pocas veces como en aquellos días se hizo tan evidente que para esta gente nosotros somos el enemigo, su enemigo. Pero hay que destacar que todo lo que vino después no hace más que profundizar esta sensación y afianzarla. Hasta hoy.

Es así: a los catalanes, la España real nos ve como «enemigos históricos» y es precisamente por eso que se comporta como se comporta. Como lo hace por ejemplo al nivel de la calle, popular, cuando los vecinos de Corife disparan -¡disparan!- contra un muñeco que representa al president Puigdemont. Y lo hacen al más alto nivel político, por ejemplo, cuando Felipe VI reacciona solemnemente al Primero de Octubre haciendo un discurso en el que ordena a sus políticos ponerse en nuestra contra y llama a la población a confrontarnos. O cuando la Audiencia de Barcelona resuelve la denuncia de unos abogados de Vic contra el cántico de «a por ellos», afirmando que «evoca el obligado sometimiento y derrota del enemigo», pero que, sin embargo, no es condenable ni representa delito alguno.

La pregunta, hoy, aprovechando la duda del papa, es si nosotros lo vemos tan claro.

(1) https://www.vilaweb.cat/noticies/papa-francesc-catalunya-reconciliacio-entrevista-cope/

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