¿Por qué no se dice la verdad sobre cuál fue la verdadera causa de la hambruna que supuestamente originó la muerte de millones de irlandeses que murieron de hambre entre 1845 y 1852?
La enfermedad de las patatas o de las papas es la razón que tradicionalmente ha sido utilizada para explicar el fallecimiento de millones de irlandeses que murieron de hambre entre 1845 y 1852, pero la enfermedad de la patata fue el catalizador, no la causa. En realidad, fue el cruel y despiadado Gobierno británico de la Reina Victoria el que provocó tantos millones de muertos al impedir que la población de Irlanda recibiera ayuda alguna.
La Gran Hambruna irlandesa de la patata fue, sin duda, el peor desastre humano que pudo ocurrir en Europa durante el siglo XIX. A comienzos de los años 1840, Irlanda tenía entonces una población unos 8,5 millones de habitantes. En los años 1850, solo quedaron viviendo en esta preciosa y entrañable isla algo más de dos millones de habitantes. Algo más de tres millones murieron víctimas del hambre y el resto, 3,2 millones de irlandeses lograron emigrar principalmente a Estados Unidos, e incluso a Canadá, Australia y al propio Reino Unido.
En Irlanda existen diferentes monumentos que conmemoran y nos recuerdan esta grave y cruenta tragedia como el Museo de la Hambruna de Strokestown o el monumento a la Gran Hambruna irlandesa de Dublín, representado en la dureza visual de un conjunto escultórico situado a las orillas del río Liffe que se puede observar en la fotografía de arriba.
Sin embargo, me impactó mucho más visitar Skibbereen, una población situada en el Condado de Cork, Sur de Irlanda, donde unos 10.000 cadáveres no identificados fueron enterrados en su cementerio. Esa zona fue uno de los territorios más afectados por la hambruna irlandesa. La población de Skibbereen se hizo famosa por ser uno de los lugares en los que sus habitantes sufrieron las peores condiciones de miseria y de penurias de todo el país.
Comúnmente se suele decir que esta crisis sin precedentes se produjo a consecuencia de la expansión en la isla de Irlanda de la plaga de la patata o tizón, un hongo que provocó que durante años las cosechas de este tubérculo no prosperasen.
Como se sabe, ahora ocurre también pero sobre todo en aquellos tiempos, la alimentación europea dependía mucho de las cosechas de la patata. Especialmente, eran los campesinos católicos irlandeses los que más dependían del consumo de la patata. En consecuencia, y debido a la amplia extensión de la plaga, el hambre provocó migraciones masivas de campesinos irlandeses que huían a las ciudades en busca de alimento.
El hacinamiento, la falta de alimentos y las condiciones de higiene acabarían provocando el estallido de epidemias como el cólera, el tifus o la disentería; enfermedades que serían responsables fundamentalmente de la gran mortalidad que se produjo durante estos años. Pero se podía haber evitado mucho si hubiera habido caridad entre los ingleses.
Las autoridades inglesas que gobernaban la isla, rechazaron embarcaciones cargadas de alimentos que fueron enviadas a Irlanda y que acudían en ayuda de los irlandeses desde diversos países de todo el mundo, con el agravante de que los granjeros irlandeses se vieron obligados a exportar sus propios cultivos.
¿Los británicos mataron de hambre a los irlandeses?
Por supuesto, la política británica de inanición masiva infligida a Irlanda desde 1845 hasta 1852 constituyó un “genocidio” contra el pueblo irlandés según lo que está definido legalmente por las Naciones Unidas. Una cita de John Mitchell (quien publicó The United Irishman) afirma que “El Todopoderoso envió el tizón de la patata, pero los ingleses crearon la Hambruna”.
Pero no debió haber ningún arrepentimiento de ello. Estoy convencido de que no lo hubo. Los ganadores escriben la historia y la manipulan y la gente ni se entera. Lo mismo harían con los chinos durante la famosa guerra del opio, cuando el Reino Unido se convirtió en el mayor cartel de narcotraficantes de la historia con la Reina Victoria a la cabeza. De esta manera tan impune y deleznable es cómo se fueron de “rositas” por la historia.
Las causas de la guerra del Opio fueron los intereses comerciales que crearon el contrabando británico de opio en la India y en China y los esfuerzos del gobierno chino por imponer sus leyes a ese comercio insano que idiotizaba a los drogadictos. La derrota china en las dos guerras forzó al gobierno a tolerar el comercio de opio y a seguir matando chinos con las drogas mediante la drogadicción. Lo de Irlanda fue un genocidio que les salió bien, pues quedó impune, y seguirían después con otros países. China fue el siguiente.
Luego llegaría el turno de la India. Turquía lo aprendería para hacerlo con los armenios y como ganó la guerra contra ellos, lo niega todavía. Alemania lo hizo con los seis millones de judíos y el millón de gitanos que exterminó, entre otros. Sin embargo, como Alemania perdió la guerra no hubo manera de ocultar el Holocausto. Los genocidios de Stalin y la URSS dejan los pelos de punta. También molesta el hecho de que te vayas enterando de la verdad, a medida que investigas por tu cuenta. ¡Menudos historiadores los que tenemos, que escriben la historia recogiendo lo que cuentan los ganadores, cuando todo ello no es más que mera propaganda cuajada de mentiras que se descubrirían a nada que levantaran las alfombras para ver el polvo que hay debajo!