¿Qué está pasando con Yesa?

La idea del Embalse de Yesa, situado entre las Comunidades de Navarra y Aragón, nace con Primo de Rivera en los años 20 y se completa en 1959 con Franco. El objetivo de este: realizar un trasvase de agua del río Aragón a la cuenca de los Arbas para regar las Bardenas. La idea de su expansión denominada “Recrecimiento de Yesa” nace, o es comunicada al público, en 1985. En esta se busca triplicar la capacidad del pantano, aunque finalmente se opta por solo duplicarla. A 2020 esta expansión no se ha llevado a cabo por dificultades geotécnicas en la zona, las irregularidades del proyecto y la lucha en contra de esta por parte de los Ayuntamientos, población de los pueblos aledaños a la zona y expertos. Haremos un recorrido desde antes de la creación del pantano para conocer el riesgo que supone su expansión y lo que supuso su propia construcción.

Pantano en zona inadecuada: problema desde antes de construirse

La presa del Embalse de Yesa se sitúa en la parte navarra de este y es la que más problemas visibles ha ocasionado. Desde antes de su construcción, a unos 150 metros aguas arriba de la presa, existen registros, según expertos, de un paleodeslizamiento que actualmente se encuentra fosilizado, pero se reactivó tras las obras de 2013 y 2015, aunque en riesgo de movilizarse si se lleva a cabo el recrecimiento. A esto se le suma la sismicidad de la zona que comenzó en 1923 con el terremoto de Martes (Huesca), magnitud 5,5-6,2 e intensidad VIII, fue el inicio de una crisis sísmica que se extendió hasta 1925.

La construcción de la presa actual inicia en 13 de noviembre de 1928. En 1930 se produce un deslizamiento de la ladera sobre la que se asentaba el estribo derecho. La obra continúa en terreno inestable, por lo que antes de concluir con la presa, entre 1957 y 1958, los aliviaderos de esta tienen que ser rellenados de cemento en sus cimientos. En 1960, en el primer llenado de la presa, se produce un nuevo deslizamiento de la ladera derecha que durante los dos años siguientes se intenta corregir con abalancamientos. Sin embargo, en 1964, las tormentas producen un nuevo movimiento en la ladera, venciendo las obras de corrección del deslizamiento anterior.

Recrecimiento del Embalse de Yesa: aprobación

“A mí me daría mucho miedo (la ampliación). La presa actual tiene sesenta metros de profundidad y en su día ya hubo sus más y sus menos sobre si aguantaría o no. Hay que ser muy cauto en este tipo de obras, mucho”, expone el ingeniero de la presa, René Petit, a Diario de Navarra en una entrevista en 1983. A pesar de las dificultades que se presentan desde ya en la presa y las declaraciones de Petit, en 1985 se hace pública la información del primer proyecto de recrecimiento del pantano «Proyecto de recrecimiento de Yesa y variante de la carretera».

En 1993 se modifica el proyecto haciéndose público nuevamente. La presentación del proyecto no incluía un estudio geológico de la zona, por lo que en el mismo año el ingeniero de la CHE (Confederación Hidrográfica del Ebro), José Luis Uceda, solicita que se estudie la sismicidad y los riesgos de deslizamientos de la zona antes de aprobar la obra. Se redacta así el Estudio de Impacto Ambiental (EIA), aunque este es rechazado en 1994 por Dirección General de Política Ambiental se dirige a la Dirección General de Obras Hidráulicas (DGOH) por su inconsistencia. Así, cinco años más tarde, se saca a concurso mediante el BOE por la misma DGOH la redacción del nuevo EIA del proyecto.

En 1999, y sin hacerse el nuevo estudio, el proyecto es aprobado. Al mismo tiempo, geólogos de la Universidad de Zaragoza alegan que no existe un estudio sobre la sismicidad y advierten del peligro de deslizamientos. En agosto del mismo año se saca a concurso por el BOE la obra del recrecimiento del Embalse de Yesa y en junio del siguiente año se adjudica a la unión temporal de empresas (UTE) formada por ACS, Ferrovial, Agromán y FCC.

Inicio de obras y problemas

El 18 de mayo de 2001 se coloca la primera piedra del recrecimiento por el entonces ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas (imputado y condenado por varios casos de corrupción). Dos años después se presenta el primer problema: deslizamiento de la ladera izquierda de la presa y grietas visibles denunciadas por la Asociación Río Aragón. En 2004 se realizan excavaciones en el talud derecho y se producen deslizamientos como en 1930 y 1964. Por esto, se inician obras de bulonado y gutinado para estabilizar la ladera que tienen que hacerse a menudo pues estos se rompen de manera continua.

En 2007 el diario El Mundo hace público el deslizamiento del Monte Mélida y los problemas que no habían sido admitidos ni publicados por la CHE. Así, se decide por parte de la Dirección General para la Biodiversidad del MIMAM realizar una nueva evaluación de impacto ambiental. En el mismo año se presentan deslizamientos, de nuevo, en la ladera izquierda. No es si no hasta julio que se admiten públicamente los problemas de filtraciones en las laderas y se busca una consultoría. Esta es adjudicada a la misma UTE con Euroestudios, Iberinsa e Inocsa. En 2008 se desprende el talud izquierdo por las fuertes lluvias, aunque este dato no consta en la CHE. Así, se realiza también un Plan de emergencias de la presa de Yesa. En 2011 se publica la tercera modificación del proyecto, la cual contempla solamente duplicar el volumen y no triplicarlo, como se proponía desde el principio del proyecto.

Peligro en la población: evacuaciones

En 2012 los deslizamientos de la ladera derecha se reactivan y no se admiten, de nuevo, por la CHE. A consecuencia de los deslizamientos el Gobierno Central declara en diciembre de ese año situación de preemergencia del Plan de Emergencia de Yesa (escenario 1). La situación empeora con las lluvias de inicios de 2013 y los deslizamientos se aceleran. El terreno y viviendas cercanas presentan grietas, por lo que, en febrero se evacúan a dos urbanizaciones por el peligro presentado: Lasaitasuna y Mirador de Yesa.

La CHE comienza una obra de emergencia para estabilizar la ladera derecha en 2014. Al concluirse la obra de estabilización la CHE asegura que esta garantiza la seguridad de la presa, pero ese mismo año se produce un desprendimiento de unos 30.000 metros cúbicos justo donde la nueva presa se va a apoyar, a unos 60 metros de la vieja presa de hormigón. Como siempre la CHE le quita importancia y zanja el problema.

Este año se decide, además, la expropiación de 103 viviendas de las urbanizaciones desalojadas por parte del Gobierno. “Los enormes y patentes problemas geológicos, sumados a la alta probabilidad de sufrir un sismo (según el Gobierno de Aragón), hacen sin duda inapropiada la zona para este proyecto. El recrecimiento aumenta el peligro para nuestros pueblos. La expropiación de las 103 viviendas de la ladera es buena muestra: si la ladera no es segura para las viviendas ¿Cómo lo puede ser para un embalse más grande? Este proyecto es un desastre que hay que reconsiderar desde su base”, expresa Iker Aramendia Landa de la Asociación Yesa + No. Lanak gelditu en Sangüesa.

En 2015 el Ayuntamiento de Sangüesa pide un informe de carácter histórico con un diagnóstico de la previsión futura a la Universidad de Navarra. Concluye con que los deslizamientos han sido provocados por las obras de acogida del estribo derecho y las propias de estabilización, tal y como reconoce la CHE en sus informes internos y que la ladera ha quedado rota para siempre con Factor de Seguridad (FS) sin margen de estabilidad, igualando las fuerzas que impulsan el deslizamiento a las que lo sostienen (FS=1). El deterioro desde entonces solo puede aumentar, la ladera está sometida a un proceso de autotriturado irreversible y el movimiento es variable, imparable y heterogéneo a varias profundidades, hay zonas durmientes que se activan de cuando en cuando con lluvias o desembalses.

Estudios e intervención en el proyecto

Ante la situación, el Gobierno de Navarra aprueba en 2015 un Grupo de Trabajo Técnico Interdepartamental (con técnicos de Interior, Medio Ambiente y Obras Públicas), para abordar la seguridad de las obras del proyecto del recrecimiento del Embalse de Yesa.

El informe se elabora en 2016 y manifiesta “importantes incertidumbres sobre el estado de seguridad del embalse y de la ladera (…) no está clara la situación actual después de las actuaciones de emergencias, ni la eficacia de las nuevas obras anunciadas». Asimismo, incluye recomendaciones y se exige la paralización de las obras salvo en lo que afecte a la seguridad de la ladera y de la presa actual, “mientras no se definan una serie de estudios que se proponen y se garantice con un grado razonable la seguridad de la presa y de sus laderas.” La CHE anuncia nuevas modificaciones y obras las cuales se evalúan y se llega a las mismas conclusiones.

Tras varias reuniones con parlamentarias en mayo de 2017, se le pregunta al presidente de la CHE y a otros directivos que para cuándo estará terminada la presa, afirmando éstos que será a finales de 2017. Aunque la finalización de las obras se extienda hasta el 19 de octubre de 2020.

El 25 de enero de 2017 se presenta un informe complementario en el que se indica que la ladera continúa siendo inestable y presenta movimientos tanto en superficie como en profundidad. En septiembre de mismo año el Gobierno de Navarra, acuerda entonces, la elaboración de un dictamen por parte de expertos independientes que se adjudica en 2018 a Geoconsult España, Ingenieros Consultores SA. El informe entregado por Geoconsult al Gobierno de Navarra en 2019 en el que colabora el experto profesor de la Universidad de Nápoles, Luciano Picarelli, es presentado a finales de 2019 a representantes de los municipios afectados y a los Grupos Parlamentarios concluye que la ladera derecha continúa en “equilibrio estricto” (FS=1) y se mueve con velocidades variables, se proponen una serie de actuaciones que podrían incrementar el FS unas décimas en el futuro pero no llegar a paralizar por completo el movimiento, por lo que se sugiere asumir el llenado con FS entorno a la unidad y con movimientos pequeños de entre 0,5 y 1,5 mm al mes o 1,2 y 3,0 mm al año. En este mismo año, se decide, además, destruir las viviendas expropiadas en 2014.

En junio de 2018 se publica el INFORME DE FISCALIZACIÓN DE LA CONTRATACIÓN CELEBRADA EN 2014 POR EL MINISTERIO DE AGRICULTURA, ALIMENTACIÓN Y MEDIO AMBIENTE Y SUS ORGANISMOS DEPENDIENTES, Y SU EJECUCIÓN HASTA 2017. Nº 1.279 donde se produce la denuncia de una entidad ajena a la geología. El Tribunal de Cuentas pone como ejemplo de lo que no hay que hacer a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) por causa de las obras del recrecimiento del embalse de Yesa, «la existencia de defectos o carencias en los proyectos iniciales, la falta de previsión, la descoordinación entre Administraciones, la ausencia de informes o actuaciones preceptivas o la imprevisión acerca del resultado de dichas actuaciones, han ocasionado su alteración sustantiva en cuanto a su ritmo de ejecución, a su coste final o a su rentabilidad social en términos de satisfacción del interés público al que deben responder». Añade el tribunal:

«Tras haberse constatado riesgos de deslizamientos en las laderas del embalse, así como dificultades en su impermeabilización, lo que dio lugar a una sucesión de tres modificaciones contractuales -la tercera de las cuales con la necesidad aparejada de solicitar nuevos informes de impacto ambiental-, las obras y sus contratos asociados, han debido prolongarse, al menos, hasta el mes de octubre de 2020».

El día de nochevieja de 2019 y el de año nuevo de 2020 varios vecinos fotografían nuevas grietas tras las lluvias del invierno, se graba un vídeo que recorre las redes y medios de comunicación, hay manifestaciones multitudinarias en la ciudad de Sangüesa. La CHE dice que las grietas ya existían y que todas las laderas del mundo se mueven por lo que procede a rellenarlas y taparlas.

En julio de 2020 se presenta el Análisis del Estudio de estabilidad y evaluación de la seguridad de la Ladera derecha del embalse de Yesa y discusión de sus conclusiones por parte del Ayuntamiento de Sangüesa, con la consultoría de la empresa Ingeniería Geológica, Tecnología y Ciencia S.L. (Ingeotyc S.L.) y la Universidad de País Vasco. En este estudio se concluye que la ladera derecha no es estable y ha sufrido una aceleración en su movimiento tras las lluvias del invierno de 2019 y se han formado nuevas zonas de rotura que cabalgan sobre los deslizamientos anteriores. Se exige el abandono de la idea del recrecimiento del embalse por la falta de seguridad para la población en las áreas habitadas aguas abajo, en especial la ciudad de Sangüesa (5.000 habitantes), dada la inviabilidad geotécnica de la obra. Además, en Junta de Gobierno Local, se acuerda trasladar las conclusiones al Gobierno de Navarra, al Ministerio responsable y a la Confederación Hidrográfica del Ebro, así como publicarlo en la página web para conocimiento de la ciudadanía.

Tras el confinamiento, al no poder llevar a cabo la marcha de manera presencial, tal y como tenían previsto para el día 19 de abril de 2020, las asociaciones contrarias al recrecimiento del embalse de Yesa (ZAIN, Río Aragón y Yesa+No) y las personas afectadas, organizaron una movilización virtual, en forma de vídeo colectivo con el título ‘Yesa No Martxa 2020’.

En agosto de 2020 el Presidente de la Comisión para la Transición Ecológica, Juan López de Uralde, plantea la iniciativa de “frenar” el recrecimiento de Yesa a la luz de los últimos informes, el proyecto de recrecimiento del embalse de Yesa ha sido objeto de “modificaciones sustanciales del proyecto inicial” desde que fuera adjudicado en enero de 2001 y recuerda que casi veinte años después “los problemas de seguridad y deslizamientos, causa principal de las actuaciones señaladas, están lejos de haber quedado resueltos.

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