¿A dónde vamos?

Horrorizados e impotentes, tenemos conocimiento casi diariamente de algún terrible atentado en el mundo, sobre personas absolutamente inocentes y ajenas a cualquier agravio que puedan sentir los autores de esas atrocidades. Simplicius pregunta: ¿Tiene alguien alguna duda de que los llamados Servicios de Inteligencia de los países occidentales tienen perfectamente localizados los lugares donde se preparan y de donde provienen esos criminales? ¿Se puede comprender que Occidente siga vendiendo armas a esos países y comprándoles petróleo? El sucesor de Franco a título de rey, ¿sigue siendo hermano, primo o que sé yo qué, de sus más que sospechosos Reyes Magos de Oriente? Como dice la sabia Mafalda: “Parad el mundo que me apeo”.

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