kazeta 103

Nabarralde Fundazioa

Con el principio de año Nabarralde emprende una nueva etapa, al menos en lo que se refiere a su organización. Se transforma en Fundación. Aunque sea un hecho puntual, formal, es también reflejo de una evolución que se ha dado en el tiempo, con nuevas formas de intervención, de investigación, coordinación, decisión, incluso con nuevos campos de trabajo.

En efecto, desde que apareció Nabarralde se ha dado a conocer por sus aportaciones en el terreno de la memoria histórica, con la idea de desenmascarar que la esquizofrenia entre vascos y navarros era efecto de la violencia, la conquista y la aculturación derivada de siglos de dominio extranjero. Que en origen el país era uno, que lo conquistaron y dividieron; que la población navarra es Euskal Herria, y que el Estado de estas gentes vascas ha sido Navarra. Cualquier otra versión es engaño, mito interesado generado desde el poder. No olvidemos que sin memoria no hay identidad ni sujeto, y sin sujeto (uno; no siete, ni tres, ni cuatro…) no hay proyecto de futuro; no funciona el “plebiscito permanente”, la nación se evapora.

Pero la aculturación que sufrimos no se limita al debate de la historia, y nos hemos introducido en otras cuestiones. Si movilizamos al país en la polémica sobre la conquista castellana de Navarra en 1512, frente a la derecha rancia, y más allá sacamos de la oscuridad y el olvido otra conquista, la de 1200, que nos dividió territorialmente (y como quien dice en dos identidades, dos administraciones, dos comunidades políticas…), poco a poco hemos incidido en otros temas de calado.

La división territorial, por supuesto, nos conduce hasta el presente, y nos sitúa ante la desvertebración institucional que padecemos, así como la necesidad de una ordenación territorial del país (hoy ausente de cualquier reflexión oficial). La destrucción del patrimonio, cuyo caso emblemático (pero no único) lo denunciamos en Iruñea, en aquel “saqueo de la memoria”, que pasó por la Plaza del Castillo o el fuerte de San Cristóbal, nos lleva a temas como el de la identidad, la cultura, el euskera, todas las variables del patrimonio y su impronta sobre una sociedad activa y cohesionada…

La necesidad de un Estado propio, las instituciones, los fueros, el genocidio…… En fin, Nabarralde trabaja la modulación de un relato propio como fundamento de un sujeto libre, autoorganizado, un Estado en Europa, un futuro de nos libere de tantos siglos de violencia y negación. Ese debate que nos aclare quiénes somos, de dónde venimos, a qué aspiramos, qué queremos…

 

  • Luis Mª Martínez Garate, Angel Rekalde: Genocidio en Euskal Herria
  • Elias Mendinueta, Mirari Bereziartua: Nafarroaren eta ikastolaren eguna
  • Xabier Irujo: El euskara, parte de la historia de América
  • Iñaki Aldekoa: Yo acuso
  • Lola Cabasés Hita: Euskera en la corte del rey Carlos III
  • Bingen Amadoz: Ferminico
  • Ana Telletxea: Zahartzean, zapatagin
  • Beñi Agirre: Zerk ematen die min
  • Pako Aristi: Datorrena ikusgarria izango da