ANC: el espacio y el camino

El 5 de abril la Asamblea Nacional Catalana (ANC) celebrará en Tarragona su próxima asamblea general. Se discutirá la ponencia que establece las líneas básicas de actuación, la «hoja de ruta», de cara al ciclo inmediato. El documento, que durante estos días ha sido objeto de debate interno y del procedimiento de presentación de enmiendas, será probablemente mejorado y afinado. Pero, incluso en su formulación inicial, provisional, es un documento claro, denso y ordenado, que merece ser ampliamente conocido y debatido. Especialmente para todas aquellas personas interesadas en el proceso político catalán y que tienen dudas o se plantean preguntas elementales sobre el futuro. La ponencia es, efectivamente, un texto de orientación política planteado con el objetivo explícito de alcanzar la independencia. Y una de sus principales virtudes es la preocupación constante por la intervención práctica, por lo que habrá que hacer en cada momento y por cuál es el papel que corresponderá a cada uno.

Leyendo el documento, resulta evidente que la ANC es bien consciente de su importancia en la articulación de la movilización cívica democrática, y, también, perfectamente consciente de que ya hemos entrado en el período decisivo del conflicto con el Estado. El texto contiene la asunción por la ANC de todo el protagonismo que la evolución de los hechos le pueda requerir, sabiendo que el proceso está en marcha, que dispone de una fuerza considerable y que tiene el firme compromiso de llegar a un proceso constituyente, a la construcción de un nuevo Estado. En este punto, cabe destacar la claridad expositiva en relación a la necesidad inmediata de empezar a ganar, y al reconocimiento de las muchas dificultades que habrá que vencer.

La ponencia parte de una buena síntesis de los diversos escenarios que se pueden plantear hasta el 9 de noviembre: consulta tolerada; consulta con la oposición total del Estado; imposibilidad de celebración de la consulta; suspensión de la autonomía. Y propone las actuaciones correspondientes a cada escenario: «La sociedad catalana debe estar preparada y dispuesta a actuar en cualquiera de los escenarios políticos que se puedan llegar a producir». Destaca la necesidad de disponer, en cualquiera de las hipótesis, del apoyo de una amplia mayoría social y establece que, en esta fase, «el objetivo prioritario del pueblo catalán es la celebración de la consulta el 9 de noviembre de 2014». La realización de la consulta -los dos primeros escenarios consignados- y el ensanchamiento de la mayoría social son los referentes de las campañas que la organización ya va llevando a cabo por todo el territorio. El tercer escenario (imposibilidad de celebración de la consulta) traslada al Gobierno y al Parlamento la iniciativa de convocar elecciones anticipadas. Y el cuarto obliga a la constitución de la asamblea de representantes electos para mantener el proceso y proceder a la declaración de la independencia.

En la actual etapa, el esfuerzo de la ANC está centrado, en primer término, a hacer llegar a toda la ciudadanía la preocupación por hacer efectivo el derecho que tenemos como pueblo a decidir nuestro futuro y a ganar apoyos para el sí + sí. Simultáneamente, el esfuerzo se encamina a preparar bien los actos del Once de Septiembre para que se conviertan en una demostración de energía y en un punto de inflexión de cara al interior y al exterior: «Deben ser entendidos como la culminación de un proceso popular, cada vez más masivo, que inicie la recta final hacia la independencia y deben tener un eco mundial superior a las dos Díadas anteriores». En caso de elecciones anticipadas, el documento apuesta por el favorecimiento de una candidatura unitaria de «partidos y fuerzas sociales» que propongan la declaración de independencia como primer acto del nuevo Parlamento.

La última parte de la ponencia expone sucintamente los valores que deben inspirar el proceso constituyente de la República Catalana, y señala la importancia de propiciar un amplio reconocimiento internacional. Finalmente, termina destacando algunas cuestiones fundamentales como la seguridad, el control de grandes infraestructuras, la fiscalidad, las comunicaciones y, en definitiva, el conjunto de señales que han de reforzar la percepción ciudadana del cambio de situación.

Esta ponencia de la ANC es relevante porque delimita el espacio de encuentro más transversal y plural del soberanismo, y porque en sus posiciones están los elementos y principios inspiradores que pueden sellar mejor la unidad social y nacional por la independencia. La esencia de la historia -decía Arnold Hauser- es su imprevisibilidad. Pero la reflexión y el debate del proyecto nos ayudan a trazar el camino hacia lo inminente.

ARA