Una vez conocida la carta del presidente Rajoy reiterando la negativa a toda negociación sobre una consulta sobre la independencia de Cataluña no sitúa el proceso catalán en una nueva etapa -como desde Vilaweb se afirma- sino que estamos donde estábamos antes de la vía catalana.
La respuesta del consejero Homs haciendo ver que el diálogo continúa y que el gobierno catalán no actuará con ingenuidad son leves afirmaciones poco convincentes y no están a la altura del momento histórico que estamos viviendo. La negativa del poder estatal es clara, la voluntad de los partidos parlamentarios catalanes no, porque no se traduce en hechos jurídicamente eficaces. Las palabras del consejero del Gobierno de la Generalidad Santiago Vila: «Avisamos que nos vamos pero no nos queremos marchar» reflejan perfectamente la actitud de CIU.
Entregar memorandos sobre Cataluña a los estados con capacidad de influencia estratégica es una buena idea pero debe ir acompañada de la transmisión de una firme voluntad de independencia. Convertir el caso catalán en un problema de la UE es un camino donde podemos encontrar aliados si las instituciones catalanas dan el paso, mientras tanto somos un problema interno del Estado español.
Afirmar que el Parlamento de Cataluña aprobará una ley de consultas que será impugnada -y suspendida- ante el Tribunal Constitucional (como ocurrió con el denominado plan Ibarretxe) es dilatar el proceso sin una estrategia creíble. Y encima el presidente de la Asamblea de Municipios por la Independencia (AMI) propone que las elecciones plebiscitarias sean las municipales de 2015, quizá pensando que el gobierno español no las podrá suspender como previsiblemente hará en el caso de las elecciones al Parlamento de Cataluña convocadas con esa finalidad.
Finalmente, un dato preocupante, Barcelona ha sido de nuevo elegida como parque temático permanente de los indignados antisistema denominado ‘Hub Meeting 2013’, que promueve una campaña permanente de desobediencia civil de carácter anticapitalista. Precisamente cuando el bloqueo de las vías legales para avanzar hacia la independencia llevarán a la necesidad de convocar acciones de esa clase pero con un objetivo propio y concreto, proclamar el Estado catalán. El internacionalismo contra-independentista se moviliza para hacer el juego al orden español establecido.
BLOG DE JAUME RENYER
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