Este capitulo, como muchos otros de los que escribo, nace de una concatenación de ideas. No sé qué fue lo primero que pensé antes de escribirlo. No sé si primero me acordé del milagro del mudo de Pueyo que cuento al final, o lo primero que pensé o leí fue lo de los mitines contra la blasfemia y el lenguaje infecto. Todo esto me hizo revivir lejanos recuerdos de infancia que también trato de reflejar. Dejo el articulo tal como mi mente lo ha volcado sobre el teclado.
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La Iglesia Católica siempre puso especial empeño en combatir la blasfemia. Desde los púlpitos se advertía a los feligreses de las nefastas consecuencias que para sus almas tenía tal pecado. Y advertían del riesgo de usar esas palabras groseras, soeces y malsonantes que son el camino para acabar en lo mas nefando.
Recuerdo que en mi niñez, y cuando en la iglesia no había ni altavoces, un franciscano de Olite subía a predicar a Ujué en días festivos de importancia.
Los niños mirábamos asombrados al fraile, que allá arriba desde el púlpito, sermoneaba a la feligresía con tremendo ardor. Hablaba claro y fuerte. Muchas veces se acaloraba en su discurso y su voz se elevaba hasta hacerse atronadora.
Los niños quedábamos espantados por sus terribles descripciones del infierno y de la condenación eterna donde había tormentos que no tenían fin….que nunca se acababan…. nunca, nunca…. jamás…. y todo porque el condenado al fuego eterno había sido un lascivo, o porque le gustó bailar agarrau, o porque era jugador o algo todavía peor: un blasfemo.
¡Que terribles improperios oímos del padre predicador contra estos pecados! ¡Que vozarrón, que golpes con su puño sobre el pretil del púlpito recalcando sus terribles aseveraciones! ¡Qué momentos cuando, tras una frase dicha voz en grito, el fraile hacia un profundo silencio!
Cuando tras un acaloramiento hacía una de estas pausas, todavía se podía oír el eco de su potente voz retumbando por las paredes y bóvedas del templo. La feligresía permanecía en sus asientos temerosa, abrumada, acongojada, mientras la araña colgante, de mil luces y seis mil cristales, tintineaba por las vibraciones….
Navarra 1912-1913. Campaña laica contra la blasfemia y el lenguaje infecto.
Sí. Una campaña contra la blasfemia en la que convocantes y protagonistas no eran del clero. Rastreando por Internet vemos que no fue una campaña que se diera únicamente en Navarra, pero nos ceñiremos a contar lo que aquí pasó.
En la prensa local ya llevaban tiempo escribiendo contra la blasfemia y el lenguaje infecto o malsonante. A la vez convocaban a nada menos que a un mitin en el que iban a estar todos los partidos políticos. El Diario de Navarra en la primera pagina del día 6 de junio de 1912 cuenta como meses atrás se lanzó la idea:
D. Estanislao Aranzadi habló con Raimundo García, alias Garcilaso, sobre la conveniencia de celebrar un mitin unitario contra la blasfemia en Pamplona y acto seguido ambos comenzaron a contactar y a hablar con los representantes de los diversos partidos políticos.
Al final todos quedaron de acuerdo y lo convocaron para el domingo 9 de junio a las diez de la mañana en el frontón Euskal Jai de Pamplona. La campaña comenzó el día 10 de mayo.
Convocantes del mitin (Copio literalmente del Diario de Navarra): Por el Partido Nacionalista Navarro, Estanislao Aranzadi -Por el Partido Republicano, Aurelio Berrio.—Por el Partido Conservador, Antero de Irazoqui.—Por el Círculo Carlista, Lorenzo Martinicorena.—Por el Círculo Integrista, Vicente Lipúzcoa.—Por el Partido Liberal Democrático, Joaquín Viñas y Larrondo. – Por la Agrupación Socialista, Miguel Serdeño. —Por «La Conciliación» Sociedad protectora de Obreros, Manuel Climent.– Por la Junta de Protesta Católica, Teodosio Sagües—Por la Juventud Carlista, Ignacio Baleztena.—Por la Juventud Republicana, Félix Rubio Miranda,—Por la Juventud Socialista, José Fernández. – Por la Juventud Integrista, Eulalio Ardanaz—Por la Federación Obrera, Luis Silvestre. —Por la Juventud Conservadora, Emiliano Los Arcos. —Por El Eco de Navarra. Emiliano Los Arcos. —Por el Centro Vasco, Ántonio Irurzun. —Por El Demócrata Navarro, Guillermo Frías. —Por La Tradición Navarra, Hilario Olazarán. —Por el Pensamiento Navarro, Eustaquio Echave Sustaeta. — Por el Diario de Navarra, Mario Ozcoidi.
Eran tiempos en que las encíclicas papales decían que ser comunista, socialista e incluso ser liberal era pecado. Entre los convocantes había partidos de estas ideologías. Incluso había partidos netamente anticlericales… pero todos convocaron al mitin. ¡A ver quién se atrevía a no convocar!
La voluntad de los convocantes era la de hacer campaña contra las palabras “monstruosamente horribles, sucias, repugnantes, soeces y asquerosas” del habla de mucha gente pidiendo que la autoridad pusiera medidas coercitivas para erradicarlas
Domingo 9 de junio de 1912. El acto en el Euskal Jai.
Junto a la pared del blé (frontis) y a la altura de los palcos, se alzó un soberbio tablado, adornado con ricas y elegantes colgaduras, para la presidencia, oradores, comisión organizadora y prensa.
Acudieron al acto la Diputación Foral cuyos miembros llegaron al frontón momentos antes de las diez de la mañana en carruajes. Tras ellos llegó el Ayuntamiento de Pamplona en corporación y a pie con maceros y clarineros. Diputados y concejales fueron recibidos y saludados por la comisión organizadora, en nombre de la cual, su presidente don Estanislao Aranzadi, les dio la bienvenida señalándoles el puesto que cada cual debía ocupar.
El mitin se celebró a continuación. Primeramente habló un navarro que llegó a ministro: el ilustre senador por la Academia de Ciencias Morales y Políticas, don Eduardo Sanz y Escartín y detrás los representantes de los partidos políticos.
En esta foto del evento vemos la gente que se congregó en el antiguo Euskal Jai de la calle San Agustín. Cuando acabó el mitin hubo una manifestación hasta el Palacio de Navarra donde los organizadores fueron recibidos por la Diputación Foral.
Hablaron D. Mariano León del Partido Integrista, D.Fernando Romero del Partido Republicano, D.Joaquin Beunza del Partido Carlista, el reputado médico de Tudela D. José Rincón, el abogado D.Ruperto Cuadra ejerciente en Tudela, el señor Ramón Los Santos Diputado Foral por esa Merindad, el abogado tudelano D. Gregorio Iribas y el también tudelano D. Javier Arvizu.
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Un mitin en nuestra Merindad contra la blasfemia y el lenguaje infecto: El de Tafalla.
Copiamos de una crónica de prensa del Diario de Navarra:
En Tafalla ya existía con anterioridad una Liga del Buen Hablar, fundada por el señor don Mariano Gaite, distinguido Registrador de la Propiedad, hombre de grandes virtudes.
Esta Liga tuvo desde el primer momento la cooperación decidida de distinguidas personas de Tafalla, y organizó unas conferencias semanales en las que hablaron distinguidos oradores. Como final de estas conferencias la Liga dispuso la celebración de un mitin, y solicitó la cooperación de la Junta de Pamplona.
En Tafalla El recibimiento que dispensó Tafalla a sus visitantes, no pudo ser más cariñoso ni más solemne. A la entrada de la ciudad estaba congregado todo el pueblo, con el Ayuntamiento presidido por el joven alcalde don Julio Laplaza, la Junta de la Liga del buen hablar, autoridades y distinguidas personas de la ciudad. Hubo vítores cariñosos, cohetes, verdadera efusión simpática de regocijo.
Al Ayuntamiento En seguida se organizó la comitiva. La banda de música precedía al excelentísimo Ayuntamiento y a las personas que habían ido de Pamplona. En el Ayuntamiento se ofreció a los forasteros un lunch suculento.
El mitin Terminado el lunch se preparó el mitin. En el balcón de la Casa Municipal se colocaron el presidente de la Diputación Don Manuel Larraya, el alcalde de Tafalla Don Julio Laplaza, el diputado foral Don Francisco Martínez, los señores concejales y otras autoridades. En el kiosko tenían su sitio los oradores.
Colgaduras. El público Muchas casas ostentaban colgaduras, y algunas, además, tenían prendidos en ellas carteles: «Por la cultura»; «por la Patria»; «gloria a Dios»; «guerra a la blasfemia», etc. En la espaciosa Plaza de los Fueros había un gentío enorme.
Los oradores. Resumir los discursos de cada orador resultaría largo. La prensa de la época sí que resaltó lo que cada uno dijo.
Pero aquí solo mencionaremos que los que hablaron al público congregado fueron el abogado tafallés Hermoso de Mendoza, el señor Echaide por el Partido Nacionalista, el cura tafallés Tomás Ascárate Pardo que recitó una poesía, el señor Montaño médico de Olite, el señor Beunza por el Partido Carlista, el señor Romero del Partido Republicano, el señor Sanchez Marco diputado a Cortes por Pamplona y el ilustre tafallés señor Mutuberria. Para finalizar el señor Gaite miembro de la Liga del Buen Hablar se dirigió a los asistentes y tras él Don Manuel Larraya presidente de la Diputación Foral dio por terminado el acto.
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En las iglesias se siguió predicando contra el pecado de blasfemar… una y mil veces.. hasta nuestros días. …………….
Como colofón a este artículo no me resisto a publicar uno de los relatos que hace el Padre Clavería en su libro titulado “Estudio Histórico-artístico sobre la Virgen, el Santuario y la Villa de Santa María de Ujué” del año 1919 donde cuenta el siguiente milagro:
UN BLASFEMO SE CONVIERTE Y RECOBRA EL HABLA QUE HABÍA PERDIDO.
No habrán pasado 50 años desde que uno de tantos favores de la Virgen de Ujué llenó de alegría y reconocimiento a todos los que tenían por devotos suyos. (El historiador se está refiriendo a 1869 ya que el relato se escribe en 1919)
Un tal Tejería, natural de Pueyo, se significaba por blasfemo e irreligioso. Inútil era que todos le señalaran con el dedo, como tal, siendo despreciado por las personas honradas, de sentimientos delicados y nobles. Sin causa natural que lo justificara, de un día para otro quedó mudo el Tejería viendo todos en este caso un castigo del cielo.
Reconociéndolo así el pobre blasfemo y acordándose de la misericordia que con tantos de su pueblo había obrado María Santísima mediante su imagen de Ujué, se arrepintió primero de sus pecados y fue en peregrinación al Santuario. Ya volvían de él y como de costumbre, antes de perderlo de vista, en el punto llamado de la Cruz, se despedían de la Virgen cantando el Regina Coeli: ¡Cual sería la emoción de Tejería y de los demás peregrinos, cuando uniéndose aquel a sus compañeros empezó también a cantar el Regina Coeli por haber recobrado el habla! No quiso ya Tejería proseguir el camino hacia Pueyo: dirigióse de nuevo al Santuario reconocido por tan gran favor para dar gracias a la Virgen. Relatado al Padre Clavería por don Lorenzo García, párroco de Pueyo.
http://ujue-uxue.blogspot.com.es/2013/04/mitines-contra-la-blasfemia-un-blasfemo.html