‘The Wall’, o sea, la pared

LSSRqany 1979 Pink Floyd estrenaba The Wall, una de las obras más importantes del rock de todos los tiempos. Pink Floyd sacó mucho jugo.Película, millones de discos vendidos, etcétera. De hecho, recordemos que el protagonista de la historia, Pink, va levantando una pared hecha a partir de sus frustraciones y traumas.

Cuenta la leyenda que el presidente Pujol, hace ya varios años, mejor dicho, algunas décadas, decía que él no podría saltar la pared, en sentido figurado claro, pero que acercaría el pueblo de Cataluña hasta sus pies. Hablaba evidentemente de la pared que nos impide acceder a la plena libertad, la pared que cualquier catalanista sueña superar en algún momento de su vida. No sé qué tiene de leyenda urbana o de realidad, pero me lo han explicado personas bien informadas y de toda solvencia. Y en cualquier caso, lo cierto es que el presidente Pujol, con su práctica política, cumplió con creces lo que había anunciado. Pero desde la transición hasta principios del siglo XXI la pared quedó inmóvil, sentada, sólida.

Eso sí, nos hemos acercado más que nunca en nuestra historia y hemos podido constatar que esta es más sólida, está más asentada y ha continuado creciendo, entre otras cosas porque los gobiernos catalanes de estos últimos años lo han puesto a prueba en varias ocasiones. Paralelamente, en la sociedad catalana ha crecido la convicción de que la pared es hoy mismo nuestro principal obstáculo y el más grave problema que tenemos sobre la mesa. Pero he aquí que de la misma manera que el protagonista de The Wall alimentaba la pared a base de sus frustraciones y traumas, la pared a la que supuestamente hacía referencia el presidente Pujol , también se ha consolidado gracias a las frustraciones y los traumas del pueblo de Cataluña.

En 2012 ha llevado el Partido Popular en el gobierno del Estado. Y, pese a las buenas palabras, las declaraciones de intenciones y la oferta permanente de diálogo, los hechos no hacen otra cosa que engrosar la pared. Los últimos ladrillos que la han ensanchado y la han hecho más alta hacen referencia a los aeropuertos, al anuncio del control de los presupuestos de las autonomías o a la amenaza permanente y latente de armonizar el sistema educativo a partir de una nueva ley de educación que de nuevo ponga en riesgo el proceso de inmersión lingüística de Cataluña.

Porque, y hablemos claro, el problema no es que el gobierno suspenda el concurso sobre la privatización de AENA que daría margen de gestión individualizada en El Prat. El problema es que la ministra de turno, a partir de esta suspensión, ya deja claro que nada de competencia entre El Prat y Barajas, y nada de descentralizar la gestión de los aeropuertos. España, en cuestiones aeroportuarias, como siempre, una, grande y libre, sin problemas ni complejos. Ellos parten de la fórmula radial, del centro hacia la periferia, pero nada sin el centro. La Puerta del Sol, Barajas y Atocha condicionan las principales infraestructuras viarias, de alta velocidad y aeroportuarias del Estado, o sea las herramientas de progreso y desarrollo económico. Y aunque Madrid no tiene mar, la política de puertos apunta en la misma dirección.

Al sainete de los 759 millones de euros que el gobierno del Estado, incumpliendo una ley orgánica del mismo Estado, se negó a pagar el año 2011, y que a lo largo de 2012 nos los harán ansiar con unas cuantas amenazas y si somos buenos niños algo caerá, se le debe añadir la amenaza del control presupuestario. El Parlament de Cataluña, según la forma que tome esta nueva LOAPA financiera, deberá aprobar un presupuesto que previamente necesitará del visto bueno correspondiente del Gobierno central. Unos cuantos ladrillos más en la pared.

Más alta, más dura, más ancha. Eso sí, a cada batacazo que el PP nos espeta como país, al final siempre añade, considerados como son, la cantinela del diálogo. Primero trompazo, y después anuncio de diálogo. La crisis económica es grave y durísima, y ha puesto en evidencia, por si no lo era suficientemente ya, que la idea de una España plural es imposible. Esto dibuja un escenario nuevo en España, donde todo tiene el mismo color político y un escenario nuevo en Cataluña, donde la situación es más dura que nunca, donde gobernar es más difícil que en otras épocas y donde la generosidad es la gran asignatura pendiente del Gobierno. Y donde hacer de oposición se convierte en un complicado ejercicio que debe saber combinar lealtad al país, propuestas constructivas y denuncia de lo que no funciona, o sea lo que nunca ha sabido hacer la oposición de este país.

La pared es más alta que nunca, más fuerte, más impenetrable, más dura. Pero del mismo modo que el presidente Pujol nos acercó a la pared, este pueblo ha madurado lo suficiente para plantearse dar el salto.

Volviendo a Pink Floyd y The Wall , el protagonista Pink debe enfrentarse a sus miedos , a sus obsesiones y a sus manías. Un juicio simbólico le condena a derribar la pared y mostrarse tal y como es en el mundo. Finalmente es libre. Catalunya necesita con urgencia saltar la pared, o derribarla, o lo que sea. Pero tenemos derecho, todo el derecho a nuestra propia banda sonora.

Expresidente del Parlamento.

El Periodico de Catalunya