Elisenda Paluzie decana de la Facultad de Economía y Empresa de la UB
El recorte del Estatut por parte del Tribunal Constitucional y el cada vez más complicado encaje entre Cataluña y España han hecho disparar el independentismo catalán. Estos crecientes afanes de escisión de España están estrechamente relacionados pero con la sostenibilidad económica, la clave de vuelta de cualquier país. Las preguntas se suceden pues a la hora de plantear el futuro de Cataluña sin el yugo español. ¿Aguantará la economía catalana sin el Estado Español? ¿Será viable una Cataluña libre?. La decana de la Facultad de Economía y Empresa de la UB, Elisenda Paluzie, es la encargada de verter luz sobre la cuestión respondiendo a las preguntas que se enmarcan en la serie de entrevistas El día siguiente de la independencia. ¡Puedes ver el adelanto en el edición en papel con motivo de la Diada y leerlas íntegramente a partir de hoy en directo! cat . En esta primera entrevista , Paluzie asegura que el futuro económico de Cataluña es esperanzador si se consigue dejar atrás la rémora de España.
Durante los últimos años se ha hecho mucho énfasis en el coste económico que tiene para Cataluña pertenecer al Estado español. Tras un proceso de independencia, ¿en que notará la ciudadanía que se ha liberado?
Inicialmente habrá unos costes de transición, pero pronto el ciudadano catalán notará las ventajas económicas de todo tipo que le dará el hecho de que los impuestos que pague se destinen a políticas públicas decididas por sus representantes políticos en el Parlamento. De entrada, esto significará un añadido anual de más de 20.000 millones de euros para revertir en más gasto público en Cataluña, o en menos impuestos.
Otra de las quejas habituales es el ahogo de la economía catalana para una política española de infraestructuras que no favorece el desarrollo de nuestras empresas. ¿Cuáles serían las prioridades?
Las prioridades las deberían establecer nuestros representantes políticos elegidos democráticamente. Ahora no lo pueden hacer porque no disponen de competencias sobre las infraestructuras más importantes. A título personal creo sin embargo que sería prioritaria la conexión con Europa por mercancías, la potenciación del eje mediterráneo, un aeropuerto competitivo, y una red de trenes regionales similar a las que hay en los países del centro y norte de Europa, y no la red actual que es absolutamente deficitaria. Sería necesario también que la conexión por banda ancha fuera de primer nivel y llegara a todos los rincones del país.
¿Qué pasaría con las infraestructuras del Estado español en Cataluña, de quien sería la propiedad?
En el caso de un divorcio de terciopelo como fue el de Chequia y Eslovaquia, los bienes estatales se repartieron en la proporción 2-1 que era aproximadamente la proporción de población respectiva. En este caso la separación fue plenamente acordada y pactada por ambas partes. En nuestro caso, habría que adoptar como referencia la Convención de Viena sobre la sucesión de Estados en relación a la propiedad estatal, los archivos y las deudas, aprobada en 1983 y someternos a sus procesos de arbitraje.Esta convención dice que la propiedad estatal inmovilizada (edificios, vías de tren, carreteras ,…) pasaría al Estado catalán mientras que la propiedad estatal móvil (trenes, coches, ordenadores ,…) que el Estado utilizaba en el territorio catalán también debería pasar al Estado catalán. En caso de conflicto, se establecería un proceso de conciliación regulado por las Naciones Unidas.
¿En este mismo sentido, el hecho de que Catalunya sea un estado independiente del español haría ganar peso en Barcelona?
Barcelona ha ido perdiendo peso económico, sobre todo en todas aquellas actividades económicas que necesitan tener el poder político cerca, como por ejemplo los sectores regulados. Con la independencia pasaría a ser la capital de un estado independiente, y por lo tanto, tendría las ventajas que da la capitalidad política.
¿Cataluña dejaría de recibir inversiones extranjeras?
Las inversiones extranjeras no se mueven por consideraciones patrióticas sino económicas, y de seguridad jurídica de las transacciones. Por tanto, en función de cuál fuera la política de los gobiernos catalanes, vendrían más, menos o igual que ahora.Es de esperar que Cataluña, con mejores infraestructuras se convertiría en un territorio más atractivo para la inversión. Pero también es importante que sea el sistema impositivo que establezca, cuales sean las trabas administrativas a la inversión, etc.
¿Se abrirían posibilidades de mayor crecimiento por el puerto de Barcelona?
Sí, sin duda. Podría finalmente aprovechar plenamente esta posición geoestratégica tan buena que tiene en el comercio entre Asia y Europa.
¿En qué debería cambiar el aeropuerto? ¿Sería más fácil conseguir que sea un ‘hub’ y un aeropuerto de primerísimo nivel?
La independencia por sí sola no garantiza que el aeropuerto de Barcelona se convierta en un ‘hub’, pero es evidente que lo hará más fácil, en el sentido de que dejarán de existir las trabas políticas de todo tipo que le ha puesto el Estado Español , en su obsesión para garantizar el ‘hub’ de Barajas para Iberia.
¿Es factible que las aerolíneas estén obligadas por ley a utilizar el catalán? Podría haber boicot?
Esto dependerá de las políticas lingüísticas que se adopten. Lo que es evidente es que en determinados ámbitos como el transporte aéreo internacional la lengua dominante es el inglés y las otras lenguas se utilizan más o menos en función de las políticas nacionales respectivas. Pero nadie hace boicot a un Estado independiente de tamaño medio y rico, cómo será el catalán.
¿Habría una aerolínea pública o participada catalana?
La tendencia de los últimos años es a la privatización de las aerolíneas.
¿La Cataluña independiente mantendrá los peajes en las carreteras?
Procederá a la ciudadanía ya sus representantes decidirlo. Quizá lo que diré ahora no es políticamente correcto, porque en Catalunya dado el agravio comparativo que hemos sufrido con las autovías gratuitas en Castilla, Extremadura y Andalucía pagadas con nuestros impuestos, suprimir peajes parece un objetivo irrenunciable. Pero si a mí me dan a escoger entre una inversión de primer nivel en trenes regionales, metros en el área metropolitana y tranvías en las ciudades medias, y mantener los peajes de las autopistas, optaría por mantener los peajes de las autopistas y hacer todas estas inversiones. Uno de los problemas de Cataluña es el uso desproporcionado del coche y la carretera. De hecho, hay muchos lugares que son inalcanzables con transporte público. Creo que esto debería corregir, para garantizar un desarrollo sostenible y respetuoso con el territorio.
¿Qué modelo de infraestructuras deberíamos tener? Tras las quejas al centralismo madrileño y la Barcelona macrocefálico ¿a que deberíamos aspirar?
Aquel modelo que facilite una Cataluña en red de ciudades pequeñas y medianas bien conectadas con transporte público entre ellas y con la capital. Y una capital que no tenga un dominio tan abrumador, propio de países en desarrollo. Un modelo más parecido al de Flandes que al de Francia. Evitando pero los riesgos de la suburbanización (crecimiento de las áreas intersticiales de las ciudades) y potenciando el modelo de ciudades y pueblos mediterráneos, con centros dinámicos.