Los amazighs catalanes también sufren la invisibilidad, estado similar en el que vive el resto del mundo amazigh. Aún siendo un colectivo numeroso en nuestro país, los catalanes de origen norteafricano no acaban de salir del armario, a pesar del reconocimiento y la comprensión que han demostrado siempre los catalanes hacia ellos, un pueblo con el que comparten muchas similitudes, en que la libertad y la voluntad de existencia son los denominadores comunes.
La cuestión de este pueblo incomoda el norte de África, no sólo a los no amazighs, también a los propios amazighs. La misma situación sucede en la diáspora, y sobre todo en Europa occidental. A continuación haremos un repaso de algunos elementos que dificultan la normalización de la identidad amazigh. Tras la independencia militar de los países del norte de África, la arabización de los amazigs se ha acelerado muy rápidamente. Por un lado, el analfabetismo, pero también un sistema de ideología arabista y afrancesamiento ha domesticado a una minoría, los que más tarde se apoderaron del destino de todo un pueblo, y para así contribuir a la aniquilación del amaziguidad del norte de África.
Por otro lado, los gobiernos arabistas han discriminado y han excluido todo lo referente a la amaziguidad, así mismo, estos últimos disponen del factor tiempo, manejan unos presupuestos públicos desorbitados, unos intereses internacionales a medida, un apoyo político y económico internacional y una población analfabeta, sometida a la absoluta miseria y excluida de la vida política y pública en su territorio. Desde entonces, y más de medio siglo después, la exclusión sigue dominando en todos los niveles, y sobre todo deslegitimando a los pocos que trabajan por visibilizar una realidad que aún resiste y que nadie ha podido ocultar o borrar, tal vez la culpa es de los mismos amazighs, ya que siempre han luchado por las causas ajenas y nunca se han preocupado del peligro que amenaza su existencia, de hacerse la autocrítica o pensar aunque sea por una vez en ellos mismos.
Además, encontramos otros componentes que se suman a los mencionados, entre los que destacaríamos, por un lado, la utilización malintencionada del islam como herramienta para poner fin a las pretensiones amaziguistas, es la forma más extendida, que predomina y que da más frutos, ya que la religión es una cuestión muy delicada y sensible para los amazighs, pero esta justificación está perdiendo peso con el tiempo, porque la mayoría se está dando cuenta que este razonamiento no tiene fundamento. Por otro lado, el uso y la manipulación de la realidad que utilizan muchos para negar el hecho propio y diferencial amazigh, en el que hacen uso de todo tipo de calumnias, de mentiras o de falsedades, algunos han escrito la historia tal como les beneficiaba para conseguir sus objetivos, sobre todo llegar al poder político y religioso, otros han facilitado los desplazamientos y las migraciones de individuos y de poblaciones enteras tanto dentro del propio territorio como fuera de él.
Seguramente, todo esto seguirá igual o al menos con las generaciones actuales, sin embargo, lo más evidente es que hay una minoría y sobre todo jóvenes formados en un sistema que les ha domesticado en que las cosas son así y punto, que están cansados de la marginalidad y de la exclusión, y esto se constata en las manifestaciones de éstos en los diferentes eventos culturales y deportivos que se realizan en todas partes, donde la bandera amazigh está presente y cada vez con más frecuencia. La generación Z (la letra símbolo del alfabeto amazigh) ha comenzado a andar, el camino es muy largo y está lleno de obstáculos. Sin la amaziguidad no habrá progreso económico ni democracia en el norte de África.
Viernes , 20 de agosto de 2010