El lunes se presentó un Manifest a favor d’una conferencia nacional del soberanismo. Desde hace años ha crecido considerablemente la desafección de Catalunya respecto de España. En términos políticos, esto significa que ha crecido la convicción de que el autonomismo se ha agotado y no da más de sí. El Tribunal Constitucional español lo confirmará quizá pronto: el Estatut del 2006 será declarado inconstitucional en partes muy esenciales que no solo no permitirán que Catalunya vaya hacia adelante, sino que la obligarán a ir hacia atrás.
Desde hace tiempo, el panorama es cada vez más claro: hay que elegir entre el autonomismo resignado, sometido, sin ambición, y el soberanismo que quiere que Catalunya sea definitivamente mayor de edad, hay que elegir entre el dependentismo y el independentismo. Algunos piensan que el federalismo es una posición intermedia, pero solo es un espejismo interpuesto, que sirve para el consuelo y el autoengaño. En realidad, en España nadie es federalista, y en Catalunya, cada día hay menos.
Es en este contexto en el que hay que entender el éxito de las consultas soberanistas que están en marcha y también la explosión de iniciativas independentistas por todo el país. Existen muchas, pero no están coordinadas entre ellas. El manifiesto que se presentó el lunes, promovido inicialmente por Moisès Broggi, Heribert Barrera, Agustí Bassols, Oriol Domènec y Joan Blanch, pretende precisamente esto: invitar a los diversos grupos a una conferencia nacional que desee acordar una candidatura unitaria del independentismo para las próximas elecciones al Parlament.
Llegar a un acuerdo de este alcance reclama lucidez, generosidad y coraje. Pero, si es cierto que los grupos convocados están prioritariamente a favor de la independencia, seguro que aprovecharán esta oportunidad unitaria e ilusionante: que Catalunya sea independiente será un bien para todos, principalmente para los más desfavorecidos, porque solo así podremos llegar, todos juntos, a ser un país moderno, próspero y socialmente avanzado. El manifiesto del lunes es un proyecto inmediato para cambiar de verdad las cosas.