España, «zona gris» para la Comisión Europea

La semana pasada los medios de comunicación catalanes y españoles hablaron mucho de una respuesta de la Comisión Europea -de la comisaria sueca de Interior, Cecília Mälstrom- a una pregunta parlamentaria mía sobre la inmigración irregular. Vic no es un foco racista, como predica una cierta izquierda catalana y española desde posiciones dogmáticas y sectarias, sino una ciudad puesta de ejemplo y de referente por la voluntad y la capacidad de integración de los inmigrantes. Sólo dos ejemplos: el 21 de enero El País publicó un artículo de Esteban Ibarra titulado «Vic, xenofobia institucionalizada» y Cayo Lara, socio español de ICV, decía que «Vic me recuerda los inicios de la Alemana nazi» (13 de enero).

Pero la respuesta de la comisaria sueca es muy clara: los estados miembros tienen que regularizar o devolver inmediatamente a todos los inmigrantes irregulares que detecten. No es tolerable que el gobierno español continúe haciendo la vista gorda: la respuesta de la Comisión Europea no incluye opciones intermedias, definidas como zonas grises, porque facilitan la explotación de los inmigrantes irregulares. Mälstrom pide que se aclare -lo más rápidamente posible- la situación de los inmigrantes sin visado. Esta es una nueva definición de la piel de toro: España, zona gris para la Comisión Europea. La Europa seria y responsable quiere que el aeropuerto de Madrid-Barajas deje de ser la puerta de la inmigración ilegal.

Salvador Cardús dijo hace poco en VilaWeb que la política de inmigración española del actual gobierno socialista de ZP, con el apoyo del gobierno tripartito, es «irresponsable». La política de «padrón para todos los sin papeles» carga los costes económicos y sociales de la inmigración irregular a los ayuntamientos, que es el nivel de gobierno peor financiado (recordemos que el gobierno central continúa recaudando todo, y el nuevo Estatuto, el 85% de todos los impuestos pagados en el estado español). Si la extrema izquierda escuchara cómo hablan los diputados nórdicos o centroeuropeos sobre el tema (socialistas incluidos) ¿también les tildarían de racistas? En Europa, los partidos de izquierdas y los sindicatos son los más contrarios a la inmigración irregular, porque castiga especialmente a las clases sociales más bajas del país de llegada. Después sube la extrema derecha en toda Europa, especialmente en los barrios obreros llenos de ex-votantes de izquierdas, pero en nuestra casa hay quien todavía no se ha dado cuenta.

Publicado por El Temps-k argitaratua