Corea del Sur ha dejado de estar definida por su problemático vecino, Corea del Norte, y se está convirtiendo en una importante potencia intermedia en los asuntos mundiales.
Es que tiene un impresionante potencial de poder blando. A veces, los coreanos comparan su país de 50 millones con vecinos como China o una superpotencia como los Estados Unidos y creen que su país no puede competir con esos gigantes. Puede que eso sea cierto en lo que se refiere al poder militar duro, pero no es el caso en cuanto a los recursos de poder blando.
En términos de valores atractivos, Corea del Sur tiene una historia fascinante que contar. En 1960 tenía más o menos el mismo nivel de riqueza económica que Ghana, una de las economías más prósperas de los nuevos países independientes de África. Hoy, los dos países son inmensamente diferentes. En el medio siglo que transcurrió, Corea del Sur se convirtió en la onceava economía más grande del mundo. Ingresó a
Más importante aún, Corea del Sur también ha desarrollado un sistema político democrático con elecciones libres y una transferencia pacífica del poder entre diferentes partidos políticos. Se protegen bien los derechos humanos, así como la libertad de expresión.
La cultura de Corea del Sur también es atractiva. La cultura popular coreana ha trascendido fronteras, mientras que el éxito impresionante de la diáspora coreana en los Estados Unidos ha hecho todavía más atrayentes la cultura y el país que representan. Sólo basta notar la creciente popularidad de todo lo coreano, desde la moda y las películas hasta la música y la cocina.
Como resultado, Corea del Sur está empezando a diseñar una política exterior que le permitirá tener una mayor participación en las instituciones y redes internacionales que serán esenciales para el buen gobierno global.
Publicado por Clarin-k argitaratua