Se equivoca usted, señor titular del juzgado número 6 de Alcorcón, al proclamar la carencia de «utilidad pública» del idioma gallego. En una caricatura de Castelao, un campesino dice: «Deus nos libre da Xustiza!». Quizás estaba pensando en usted, señor juez. Fíjese que útiles y previsoras son las lenguas «subalternas».
Fíjese si son previsoras que en los cuentos gallegos de Álvaro Cunqueiro hay personajes que como último deseo piden que en el ataúd, además de
Ya que estamos con la verdad narrativa de los cuentos y las últimas voluntades, permítame una breve historia. Un anciano campesino manda llamar al notario para hacer el testamento definitivo. Dice: «De la tierra, dejo un tercio para Ramón, un tercio para María, un tercio para Concha, un tercio para Manuel, otro tercio para Andrés…» El notario le interrumpe: «Pero, ¿no serán muchos tercios?» Y el campesino responde: «¡No sabe usted lo grande que es la tierra!» Pues con las lenguas ocurre algo parecido. Que hay sitio para todas. Que no pesan en la cabeza. Que no hay lengua inútil.
Inútiles, inútiles no le somos, señor juez. Hay muchas personas que nos comunicamos normalmente en gallego y no nos consideramos del todo inútiles. Como ocurre incluso en la judicatura, unos somos menos útiles que otros, hacemos lo que podemos, pero respetamos. Eso si, tenemos una educación mínima del respeto. Nuestros padres nos acunaron, nos criaron y nos contaron cuentos en gallego para espantar el miedo. Y no eran unos inútiles, créame. Gracias a ellos, no le tengo miedo, señor juez.
En su Tesis sobre el concepto de
No voy a hablarle ahora de Alfonso X el Sabio, ni de Rosalía de Castro, ni del tronco común galaico-portugués, patrimonio lingüístico que nos permite comunicarnos con millones de personas en el mundo, desde Brasil al Timor Oriental. Como además tenemos la suerte de compartir el castellano, vea usted, señor juez, que no vamos tan mal pertrechados, siempre, claro, que a los niños no les amputen la lengua «inútil». Creo que lo que procede en este momento es ir al argumento protoecológico enunciado por Julio Camba. Según demostró en un irónico artículo, el gallego es un idioma muy apto para hablar no sólo entre las personas sino también con todo tipo de animales. ¡Fíjese usted si será útil!