Pocas veces una investigación arqueológica puede tener tanta trascendencia para los vascos como Iruña-Veleia. Pero, como lo hemos demostrado en tantas ocasiones, somos especialistas en echarnos piedras sobre nuestro propio tejado. Me explico, Iruña-Veleia presenta grafitos, que de ser ciertos, dan un vuelco a la historiografía del euskara, quizás del castellano y de la romanización-cristianización de los vascos. Pero el cambio que ello supone para las teorías dominantes es demasiado fuerte. Puede echar por tierra las tesis de insignes profesores…
Es necesario, por tanto, deslegitimar los hallazgos y poner en marcha la maquinaria. Rumores de que pueden no ser ciertos, informes contundentes que afirman que desde el punto de vista lingüístico no son posibles los hallazgos, etc. Y, además, filtraciones a medios de comunicación que les llevan a tomar posiciones previamente determinadas.
Entonces entra en juego la diputada de Cultura de Álava, hace suyos los informes acusatorios http://www.alava.net/publicar/Veleia/ y, sin siquiera escuchar como es debido a la parte que los encontró, los condena. Y para reforzar su posicionamiento, declara que el debate científico ha terminado.
Además, presenta junto con Eusko Tren, el sponsor de la excavación, sendas denuncias contra el equipo que ha llevado su dirección.
En un primer momento todo el mundo queda paralizado. Parece que ha habido realmente una falsificación, hasta que un grupo de investigadores -lejanos a
El primero de ellos es el doctor en lingüística Elexpuru, que presenta un trabajo en su blog http://goiena.net/blogak/elexpuru, en el que se postula en la creencia de que lo hallado puede ser verdadero.
Luego vienen otros informes, que pueden linkarse a través del blog citado o de www.veleia.com, hasta más de trece informes de enjundia, que se posicionan a favor de la certeza del material encontrado. En general, son informes bien trazados de buen nivel científico, redactados desde diferentes disciplinas.
Pero vuelve la diputada alavesa y aprueba la elaboración de un Plan Director con Julio Núñez al frente, uno de los autores de los informes en contra de los hallazgos. Dicen que
Sin embargo, muy que le pese a quien ha considerado el debate científico cerrado, afortunadamente éste ha proseguido. De hecho, hay una serie de blogs muy activos con el tema. Para quien esté interesado, cito algunos, clasificados en función de su posicionamiento:
-imparciales: «Terrae antiquae» http://foroterraeantiqvae.ning.com/profiles/blogs/iruna-veleia-y-sus-1, y «Ricardo Gómez» http://www.blogari.net/filoblogia,
-en contra: «Iesus,ioshe,marian» http://iesusioshemarian.wordpress.com/
-a favor de la autenticidad: «Angulo Oscuro» http://angul0scuro.blogspot.com/ y el citado de Elexpuru. Hay un análisis, en euskara, que puede ayudar a contextualizar los argumentos de las partes en el blog de Hasier Etxeberria http://zuzeu.com/2009/11/09/veleiako-pilota-teilatuz-teilatu/
Los que están a favor de la autenticidad son los únicos que aportan nuevos análisis o estudios; en contra, no hay ninguno nuevo. No es fácil explicarse por qué no responden y siguen el debate, ya que los nuevos informes favorables a la autenticidad los han rebatido y desautorizado en toda su extensión. Todo esto ocurre en un país que pretende ser referencia en innovación y posicionarse entre los líderes europeos en I+D+I, o ¿acaso alguien cree que la investigación y la innovación se ciñen exclusivamente al mundo económico-industrial y en disciplinas como la arqueología la investigación no puede encontrar hallazgos determinantes?
Como indica el editorial de Noticias de Álava del 8 de noviembre http://www.noticiasdealava.com/2009/11/08/opinion/mesa-de-redaccion/csi-veleia, los acusadores de falsificación tampoco han aportado un dato sobre preguntas básicas como quién, dónde, cuándo, cómo, por qué lo ha falsificado.
Francamente es difícil falsificar cientos de grafitis en ostracas en materiales diversos, como cerámicas, huesos, etc. y que no exista una sola pista de cómo se ejecutó la falsificación. Según los expertos, dichos falsificadores deberían tener conocimientos de un sin fin de disciplinas para llegar a este nivel de «perfección» falsificatoria y, que se sepa, son pocos quienes pueden tener tal nivel de conocimiento.
La cuestión no está suficiente estudiada, como demuestra el debate suscitado. Los miembros de algunos departamentos de
Menos mal que el debate científico no lo puede parar una persona, ni siquiera un grupo de profesores, todo no se puede dominar. Si se acusa y judicializa, hay que tener datos, pero por ahora se han archivado o no han prosperado las querellas. Mientras, son demasiados los medios generalistas, científicos o de redes sociales que han dado por falsos, incluso algunos han visto desviaciones políticas en un tema estrictamente científico. ¡Menuda imagen de los vascos! ¿Por qué somos tan poco respetuosos con nosotros mismos los euskaldunes?
En el tiempo serán las instituciones las que van a tener que responder de la gestión llevada a cabo en Iruña-Veleia. Intuyo que, dentro de unos años, con un nuevo consenso sobre las excavaciones y sus hallazgos, tendrán que restablecer la verdadera categoría de Iruña-Veleia, actualmente depauperada, y rehabilitar probablemente a personas que han visto mancillado su nombre a causa de una disputa de intereses intelectuales y egos universitarios. Puede ser que
¿Qué va a pasar con todos estos gurús académicos que han arremetido contra la veracidad de lo encontrado? ¿Es que nadie les va a pedir cuentas, cuando todos sus informes han sido rebatidos? Si algún día se demuestra que estaban equivocados, ¿van a ser desposeidos de sus puestos? ¿Van a seguir cobrando del erario público? ¿Van a seguir educando a nuestros universitarios personas incapaces de participar en un debate científico sosegado? Los políticos al menos se someten al dictado de las urnas y ganan o pierden elecciones.
El tema lleva una deriva que sería positivo revisar. Es momento de centrar y reordenarlo, solicitando una opinión de expertos que no tengan intereses particulares en la excavación y en las teorías derivadas, alejando a todos los agentes con intereses demasiado cercanos y que se han visto involucrados en las excavaciones y sus informes. Sería oportuno nombrar una comisión científica verdaderamente internacional, sin intereses espurios, que resulte operativa. O varias comisiones que trabajen por separado y en paralelo. Ingleses, alemanes y/o americanos, por ejemplo, que emitan un dictamen imparcial de contraste.
Y, a su vez, ir pensando en cómo limpiar la imagen de nuestro país del daño causado, rehabilitar la imagen de