Hasta la fecha, la mayoría de los trabajos y artículos que se han publicado sobre la economía circular, se han centrado en los aspectos ligados a su definición. Las investigaciones más importantes que se han realizado acerca de la economía circular se refieren principalmente a aspectos tales como la relación entre el hombre con la naturaleza, el paradigma tecnológico y el modelo de desarrollo económico. No ha habido muchos estudios acerca de la economía circular que se hayan abordado desde un punto de vista socioeconómico. China es el país que más despunta en este nuevo campo de la economía.
Sin embargo, aunque no se ha adoptado una definición amplia, sí se ha alcanzado un consenso —en todo lo ancho y largo que es China— acerca de que la esencia de la economía circular sería algo que tiene que ver con el proceso de utilización de recursos, los productos que se fabrican y el reciclaje y la reutilización de recursos. En esencia, el desarrollo de la economía circular implica que las actividades económicas funcionen de acuerdo tanto con las normas ambientales como con las sociales y las económicas.
En realidad, la economía circular es una aproximación a la economía sostenible que busca darle un nuevo enfoque al desarrollo económico. Un enfoque que valore aquellos aspectos sociales, ambientales y económicos que, de modo simbiótico, son inherentes a los flujos de materias primas, energía e información que existen entre las empresas tanto comerciales como industriales o manufactureras.
El debate sobre la economía circular se ha desarrollado de una forma más razonable y más profunda. El enfoque también ha sido adaptado a las necesidades de China. El país asiático no sólo ha perseguido la protección del medio ambiente, mediante leyes y normas que ha puesto en práctica, sino también mediante políticas preferenciales para estimular y obligar a las empresas a impulsar el ahorro y la eficiencia en el uso de recursos y a hacer un aprovechamiento pleno de los desechos o residuos industriales que producen. En 1993, el gobierno chino de aquel entonces ya comenzó a abogar por una producción más limpia. Actualmente, está presionando para que se impulse la economía circular.
Todos estas políticas no son algo improvisado. Responden a incansables esfuerzos que el gobierno está haciendo para lograr un desarrollo sostenible. Se persigue que la economía circular se convierta en una práctica importante que permita a China sostener su desarrollo socioeconómico. En este sentido, la economía circular se puede encontrar en el mismo origen de lo que presenta la productividad de los recursos, la producción limpia y el tratamiento de la contaminación. Reducción, reutilización y reciclaje, 3R, son también conceptos clave dentro de lo que significa la economía circular.
Para China, que está experimentando ahora una aceleración de la industrialización y de la urbanización —y donde todavía el volumen de recursos que se consumen per cápita es inferior al promedio mundial— la economía circular es, en primer lugar, una estrategia clara para ahorrar recursos y energía. Pero no se trata simplemente de reducir el consumo de recursos, sino también de mejorar el uso eficiente y el reciclaje de los mismos, a fin de aumentar los niveles de eficiencia y, a su vez, de reducir la producción de residuos, deshechos y basuras.
La producción y el consumo de bienes en masa, asi como una creciente generación de residuos han ocasionado una explotación excesiva de los recursos que ahora hemos empezado a pagar con el agotamiento del actual modelo socioeconómico y productivo. De este modo, el modelo tradicional de industrialización que hemos conocido hasta hace poco en base al petróleo abundante y barato ha muerto. Además, bien sea por su ideología política, bien sea por sus posibilidades económicas, China no posee las condiciones para completar su industrialización y la urbanización siguiendo las pautas de desarrollo anteriormente realizadas por los países occidentales. Tampoco existe planeta alguno que lo aguante. No tenemos suficientes recursos para ello y, además, el cambio climático y la contaminación también han comenzado a azotar fuertemente a China con sus más 1.300 millones de habitantes.