EL biodiesel, el otro biocombustible, se obtiene mediante la transesterificación de aceites vegetales y de fritura y se utiliza como sustituto del gasóleo de automoción. La diferencia entre biodiesel y aceite vegetal puro es que al primero, si bien se produce también a partir de aceite vegetal, se le agrega metanol fósil, obtenido a partir del gas natural, y reduce su viscosidad y se puede usar en motores térmicos convencionales.
En Europa, la mayor parte de este biodiesel proviene de la colza, pero en otros países también fundamentalmente se utilizan soja, girasol, cacahuete o palma oleífera. Su fabricación es un proceso sencillo que se realiza a temperatura moderada en presencia de un catalizador.
La utilización de biodiesel en lugar de gasóleo supone evitar la emisión a la atmósfera del CO2 procedente del gasóleo sustituido y se puede considerar que por cada litro de gasóleo reemplazado se evita la emisión de 2,38 kg de CO2, correspondientes a la combustión directa del carburante y a los procesos de extracción, transporte y refino. Además de la reducción de emisiones de CO2, el biodiesel no emite dióxido de azufre y se reduce la emisión de partículas, metales pesados, CO, COV y PAH.
Dentro de la Unión Europea, Alemania es el país líder en biocombustibles. Durante los últimos años, el mercado para los biocombustibles que se ha desarrollado en el país germano ha pasado de ser un tema político para convertirse en un tema central de la economía y de los negocios.
En materia de producción y consumo de biodiesel, ha logrado alcanzar una innegable posición de liderazgo en Europa. Las políticas fiscales que se aplicaron durante muchos años han dado sus frutos y han sido la clave para desarrollar un mercado para el biodiesel puro, B100. Actualmente, hay en Alemania algo menos de 15.000 gasolineras. Por consiguiente, el porcentaje de gasolineras que ofrecen biodiesel representa casi el 13% del total. Así, se están produciendo grandes cambios en materia de carburantes pues la inmensa mayoría de los vehículos que consumen gasóleo pueden utilizar biodiesel.
En Alemania, hasta hace menos de un año, el biodiesel, tanto puro como mezclado con carburantes fósiles, estaba exento de impuestos. A partir del 1 de agosto de 2006, el biodiesel y los aceites vegetales comenzaron a pagar impuesto. Al mismo tiempo, el Gobierno alemán obliga a mezclar biocombustibles con los carburantes fósiles como el gasóleo de automoción y la gasolina para su venta. A partir del 2008, el aceite vegetal puro será gravado con diez céntimos de euros por litro, para llegar de manera progresiva hasta los 45 céntimos de euros por litro, en el 2012. El bioetanol, hasta el 2015, estará exento del impuesto sobre hidrocarburos.
Por otro lado, cada vez se fabrican más automóviles comerciales que pueden ser impulsados consumiendo biodiesel B100 (100% biodiesel). Sin embargo, este gran logro también tuvo sus pequeños inicios. Así, en Alemania y desde principios de 2004, primero se permitió la venta del B5 consistente en una mezcla que lleva un 5% de biodiesel y un 95% de gasóleo A.
En el Estado, aunque con tres años de retraso, se ha apostado decididamente por la producción y consumo de biocombustibles. Gipuzkoa debería liderar la distribución y venta de biocombustibles. Necesitamos ya un adecuado plan estratégico, elaborado con visión global y de futuro, y su correspondiente plan de acciones para impulsarlo y hacerlo posible.