Donostia necesita una nueva fase. Una fase de renovación y liderazgo. Una fase de pluralidad y entrega permanente, a través de la cual, muchos donostiarras queremos que Donostia recupere el liderazgo que le corresponde y se responda a las ensoñaciones de un alcalde que ha presentado unilateralmente un folleto y un libro con una tirada total de 85.000 ejemplares en las últimas fechas. Hago esta primera consideración pues el artículo que hoy publica en Nabarralde sobre Donostia, Luis Martínez Garate, acierta en muchas cuestiones, pero no matiza que ha sido el alcalde socialista, con el dinero de todos, quien se ha embarcado unilateralmente en su aventura presuntamente estratégica para publicar y divulgar, a su libre albedrío (con el apoyo de 10 de los 27 concejales del pleno), un folleto y un libro propagandístico cuyos «proyectos» (que son, por cierto, los de su programa electoral) no han pasado en ningún momento por el Plan Estratégico, por los grupos municipales o por el debate abierto con la sociedad civil. Son sencillamente los proyectos e ideas, las maquetas del alcalde actual, las maquetas de siempre; eso sí, abonadas con el dinero de todos y sin contraste ni referencia alguna de los mismos en el Plan Estratégico de Donostia. Hay, incluso, algunos proyectos de otras instituciones que el alcalde pretende hacer suyos. Nada nuevo bajo el sol donostiarra.
Por ello, entiendo oportuno y necesario aportar mi visión sobre el futuro de Donostia y sus necesidades. La primera y fundamental es la búsqueda de una nueva fase, una nueva fase en la que podemos y debemos conquistar el futuro de nuestra ciudad. Un futuro lleno de retos y oportunidades abiertas en nuestro marco singular, en el ámbito europeo y a través de la cooperación con el exterior hacia el Norte y hacia el Sur a través de la Y vasca y sus conexiones. Por eso necesitamos trabajar en positivo y mirando hacia el futuro; con una mirada que observe el horizonte sin perder de vista la rica historia y el ingente patrimonio de Donostia para proyectarse hacia el exterior con ambición, en armonía con el entorno y la historia, pero sin perder los trenes del futuro. Y los trenes del futuro en Europa pasan por la renovación, el desarrollo sostenible y la innovación. El futuro nos va en ello y debemos asumir estos retos con ilusión, con entrega y con responsabilidad.
Pero hay, como mínimo, cinco retos iniciales que deben conformar la apuesta de Donostia para recuperar el liderazgo que la ciudad necesita. En suma, para que San Sebastián sea capaz de dar la ciaboga. Una ciaboga hacia el futuro, hacia la sostenibilidad y hacia la renovación. Una ciaboga pensada para todos los donostiarras; para esa inmensa mayoría que piensa en positivo, en el futuro y en una sociedad en paz y cohesionada.
1. Un compromiso con la pluralidad de Donostia y el acuerdo
El ayuntamiento debe asumir el compromiso de escuchar a los donostiarras, a todos los donostiarras, a todos y cada uno de ellos, hombres y mujeres comprometidos con la ciudad, con la cohesión social y con la paz. Especialmente con esa paz que es un anhelo para toda Euskal Herria y también para nuestra Donostia castigada demasiadas veces con la violencia y el desgarro. También el ayuntamiento, nosotros mismos como ciudadanos, tenemos la obligación de trabajar por la paz para hacerla irreversible.
Y ello exige reconocer la pluralidad de Donostia, trabajar en la búsqueda de los acuerdos, y desplegar las sinergias positivas de un pleno plural para desarrollar los proyectos, pactar presupuestos plurales y ejecutarlos en beneficio de los donostiarras. Con ello, San Sebastián saldrá ganando. Por que la ciudad pertenece a todos y sólo los acuerdos sobre nuestras ilusiones pueden generar futuro, riqueza y bienestar para los donostiarras.
2. Una nueva política de vivienda basada en la sostenibilidad
Donostia se ha convertido en la ciudad más cara del Estado, con diferencia, por encima de metrópolis como Madrid y Barcelona. En esta materia es posible que todos hayamos fracasado y es bueno que entonemos un «mea culpa». Los datos hablan de una ciudad que en el periodo 1991-2006, ha multiplicado por 3,4 los precios medios del m2 libre, pasando de los 1200 euros en 1991 a los 4076 actuales. Mientras esto sucede, seguimos construyendo y agotando el suelo del que disponemos pero, sin embargo, la población de Donostia no crece y lo que sigue creciendo es el parque de segundas viviendas y viviendas desocupadas. Esta situación provoca el envejecimiento de nuestra población y la fuga de jóvenes que no pueden quedarse a vivir entre nosotros.
Tenemos que darle la vuelta a este proceso y, para ello, una nueva política de vivienda es posible. Es imprescindible; es uno de nuestros retos principales y una mirada abierta hacia el futuro en una materia que se nos está escapando de las manos. Reservas de suelo público, un parque real de viviendas de titularidad pública en alquiler y el destino a política de vivienda de los réditos que obtiene el ayuntamiento a través de las operaciones urbanísticas son algunas herramientas fundamentales.
3. El compromiso de Donostia con todos sus barrios
Los barrios donostiarras necesitan recibir inversiones y actuaciones similares a las que se acometen en el centro. Ello exige Planes de Regeneración Integral. Se siguen percibiendo, en muchos lugares de la ciudad, niveles de calidad urbana que no guardan relación homologada con la situación del centro de Donostia. En este aspecto, los soterramientos ferroviarios de Intxaurrondo, Martutene, Urumea y Amara son elementos básicos de calidad urbana. Altza, Intxaurrondo, Herrera, Ulía, Igeldo, Zubieta, Martutene, Loiola, Igara, Añorga,… todos necesitan a Donostia, pero Donostia también necesita de ellos, de sus personas y del empuje de su sociedad civil.
4. Donostia debe trascender al exterior
Donostia necesita reencontrar su futuro y su liderazgo en el gran espacio urbano y natural de Euskal Herria, del Golfo de Bizkaia y de la eurociudad Baiona-San Sebastián. En ese marco marítimo, turístico, plurilingüístico y cultural, la regeneración de la bahía de Pasaia supone una de las grandes apuestas de la ciudad de cara a las próximas décadas. Sólo Donostia puede liderar un proceso de estas características con el apoyo del resto de instituciones. Una mirada que trascienda también con empuje hacia toda Gipuzkoa, hacia sus municipios y hacia el ámbito europeo.
Para ello, también es necesario que apostemos ambiciosamente por la tecnología y la innovación. Esta es la clave de nuestra sostenibilidad. Las ciudades europeas que han logrado hacerse un hueco en los mercados y flujos económicos han apostado por la tecnología y la innovación. Donostia debe liderar la apuesta tecnológica de Gipuzkoa y del eje Baiona-San Sebastián-Burdeos. Una ciudad que apuesta por el sector servicios y la sostenibilidad real de su sector productivo tiene la obligación de conformar un espacio de redes tecnológicas y de investigación pionero en la UE.
5. Una apuesta para mejorar la política social y abordar la inmigración
La inmigración es uno de nuestros grandes retos para el futuro. También para Donostia. La ciudad debe abordar y ejecutar un programa estratégico de cara a la integración social de los inmigrantes en Donostia y a la mejora de nuestra política social de cara a nuestros mayores y a las familias y hogares donostiarras. Es esta una de las cuestiones clave en el mundo, pero también en el plano local de las ciudades. Tenemos la obligación estratégica de abordar estas cuestiones con responsabilidad, con solidaridad y con visión abierta a las sinergias que nos pueden traer la multiculturalidad, las lenguas, la difusión del euskera entre los inmigrantes y la integración social plena de todos ellos.
Con permiso de la ciudad abierta de Gabriel Celaya, creo que San Sebastián nos agradecerá estas apuestas hacia el futuro, hacia el bienestar y hacia la planificación estratégica de lo inminente.
Hoy no puedo adelantarme más, pero tenemos importantes proyectos que vamos a ir desarrollando y presentando, proyectos que van a despuntar y a ilusionar. No son proyectos de ida y vuelta o de programa electoral; son proyectos de vida, de medio y largo plazo, para ir haciendo, todos juntos, la ciudad del futuro; esa Donostia propia del siglo XXI y líder del arco Atlántico. Proyectos para que vivamos mejor y seamos más felices. Proyectos para los donostiarras y para hacer ciudad en Europa.
Todo ello, en suma, es un compromiso con las personas. Por una ciudad que esté hecha para ellos, una ciudad pensada por y para ellos. Esto es muy importante, es vital para Donostia, por que necesitamos una ciudad para los donostiarras y atractiva para nuestros muchos visitantes; una ciudad pensada en la gente. El reto pendiente es adaptar Donostia a su gente, no que los donostiarras tengan que adaptarse a una ciudad fruto de la mera lucha política.
* Xabier Ezeizabarrena Candidato de EAJ/PNV a la Alcaldía de Donostia