Cómo acabar con ETA

He leído con asombro el artículo de mi copartícipe en Nabarralde Iñigo Bullain, titulado «Hace falta valor». Es el típico artículo falaz que puede escribir cualquier político mendaz.

Sus contradicciones abarcarían una respuesta mucho mayor que la que yo voy a emplear, a quien se firma como Profesor de Derecho Constitucional y Europeo de la UPV/EHU -y- Autor de Regioak, Estatunazioa eta Europear Estatua. Hiria 2006, pero intentaré aclararle algunas ideas en el presente escrito.

La primera aclaración sirva, pues, para decir que su apósito como Nabarralde, no refleja la opinión y criterio de la asociación, dado que ésta es multipartidista y plural. Una apropiación que no debía haber tenido quien se firma con títulos de Derecho.

En segundo lugar es que, efectivamente, no hay porqué hablar con ETA de política, sino con la organización que asume las ideas políticas, causa del conflicto. Eso sí, sin chantajes y con la justicia que hoy reluce por su ausencia. No entraré a rebatir el sentimiento que dices tener a favor del derecho de los familiares de los presos, porque tú mismo te desmarcas en la justificación que añades más adelante. ¿Les has acompañado alguna vez en sus manifestaciones?

Yo, sin pertenecer a ETA ni a la izquierda abertzale, concibo las mismas ideas sobre la Autodeterminación, y como yo, un alto porcentaje de la I. A, un importante de EA, y bastantes también del PNV, iríamos a votar por la independencia. Si porque son ideas que defiende ETA (un millar de militantes, la mayor parte presos), se nos priva de la consulta a cientos de miles, la injusticia del gobierno español y sus acólitos en nuestro país es manifiesta.

Lo negativo es que los políticos de turno, o los politizados de conveniencia, cuando se produce la necesidad de efectuar una consulta popular (revelada ya su tendencia por las encuestas), derivan para no realizarla hacia la violencia como efecto, y obvian la causa. Con ello, prescinden del diálogo, pasándolo a «posteriori», cuando si no hay violencia no hace falta hablar sobre ella.

Entre tanto, hablar de respeto a la paz, la ley, la Constitución, el Derecho, etc., resulta ser un «marear la perdiz». Lo contrario de lo que es la función de gobierno: crear el ámbito para la paz civil (no manifestándose porque no se produce), y gobernar sin eludir la responsabilidad principal del respeto a las ideas y pareceres.

Un profesor de Derecho Constitucional y Europeo, como se cita el señor Bullain, debía saber cómo han solucionado sus temas países con similares conflictos al nuestro. Dentro de jurisdicciones estatales mas amplias, los tres países bálticos, los pueblos yugoeslavos, checos y eslovacos, etc., los han resuelto separándose de ellas y agregándose al mismo tiempo a Europa. Así mismo pretenden resolverlo los quebequenses, valones, escoceses, irlandeses, corsos y demás. El sistema empleado en todos los casos ha sido, o se propugna que sea, el de la consulta popular. Así de fácil.

Si descalificas a Batasuna como interlocutor es que das por solucionada la cuestión, puesto que el diálogo se queda entre iguales. Exactamente como en la manifestación última: para no admitir al discrepante, se cambia el lema y punto. Igual que con Franco; sólo caben los adeptos.

Haces profusión de máximas y consignas que se pueden encontrar idénticas en la propaganda del franquismo, que condenaba todas las ideas, excepto la suya. Tu ofuscación por combinar la ideología independentista, de los que pensamos en el país vasco como Estado, con los actos de ETA, te lleva a ello. Contradictoriamente admites que «La lucha contra Eta debe tener en cuenta que su alimento es la represión». Y la represión es la política que se aplica. ¿Quién es, pues, el responsable?

Que asumas en la forma que haces, que de lo que se trata es de construir un espacio de convivencia inteligente para todos en esta parte de Europa, sólo sirve para descalificar por omisión a las formas de producirse, y presentar tu idea como la única buena y válida. Ninguna idea del país vasco propugna salirnos de Europa; pero sí negociar los temas de pesca, agrícolas y los que ocurran, sin intermediarios.

Pero que me dices, Iñigo, cuando afirmas que «Es un tragedia para cualquier sociedad dilapidar buena parte de su energía como consecuencia de la manipulación a la que es sometida por un grupo de fanáticos». ¿Acaso no ves la TV estatal y cadenas del Estado, y lees la prensa de fuera de Euskal Herria, para conceptuar lo que es la manipulación y el fanatismo contra nuestro pueblo?

Perdona, Iñigo, pero pareces resultar un manzana de las maduradas en montón. Mira que mantener esta perorata de tu artículo, cuando la sencillez de la respuesta cabe en un párrafo: CONSULTAR AL PUEBLO, lo mismo que han hecho en otros lugares. Eso sí, si quieres QUITARLE LAS ARMAS POLÍTICAS A ETA, y pasar a gobernar en democracia, sólo hace falta dos meses de campaña. Incluso se puede combinar con las próximas elecciones previstas.

No creo equivocarme (y es la prueba negada a este pueblo desde los romanos), de que ETA se acabó con la consulta en referéndum. Y eso lo saben todos los políticos, está a tu alcance comprenderlo y en el de aquellos, no escurrir el bulto. Será la primera vez que a este pueblo, el pueblo vasco, se le dé una solución democrática.