14 años tirada en una cuneta, 50 en el recuerdo

La Basílica de Arantzazu

Prohibida en 1955 y abandonada a pie de carretera por no atender a los preceptos de la Iglesia en materia de arte sacro, la estatuaria de los apóstoles cumple medio siglo en la fachada de la Basílica de Arantzazu, “drama” y consagración de Oteiza.

Oteiza, en Arantzazu en 1969.

LA Basílica de Arantzazu está considerada como “una de las obras más importantes del arte religioso del siglo XX a nivel internacional”, un “emblema”, según los expertos. El escultor guipuzcoano Jorge Oteiza fue el encargado de diseñar la fachada y tallar la estatuaria que luce sobre la entrada del imponente santuario de montaña que se sitúa entre Oñati y las campas de Urbia, a la sombra del cordal del Aizkorri. Los catorce apóstoles, en vez de doce, abajo;y la virgen de Arantzazu, en el cielo, separados por el vacío. Es la obra “más importante” de un artista que siempre creyó “firmemente en el poder de transformación del arte”, aseguran los responsables del Museo Jorge Oteiza, pero también representa su “drama”, por el “profundo dolor” que le provocó tener que abandonar su obra a medias y verla abandonada. Censurada. Y finalmente recuperada.

La Basílica de Arantzazu “transformó” al artista. Arantzazu y Oteiza, en la memoria de los franciscanos que aún hoy guardan el santuario, quedarán unidos de por vida en una obra de gran valor artístico y simbólico.

Oteiza, al igual que otros artistas de vanguardia que participaron en la construcción de la basílica, tuvieron que sufrir los corsés de un “periodo histórico difícil”. El planteamiento rupturista de Oteiza, lo que hoy es una obra de arte de referencia en toda regla, chirriaba a la Iglesia, y el obispo de Donostia, asesorado por la Comisión Diocesana de Arte Sacro, prohibió colocar la estatuaria.

Sus apóstoles, cuatro de ellos ya tallados, y el resto de bloques de piedra que aún debían ser cultivados por el genio de Orio para ser convertidos en obra de arte, quedaron aparcados en una cuneta, tirados durante catorce años, desde 1955 hasta 1968, al borde de la carretera que conduce de Oñati a Arantzazu, justo en la curva anterior al santuario.

“No se discuten las buenas intenciones de los proyectistas, pero se concluye que han sufrido extravío por las corrientes modernistas, que no tienen en cuenta algunos de los preceptos de la Santa Iglesia en materia de arte sagrado”, rezaba el dictamen de la comisión eclesiástica.

Hoy, en pleno siglo XXI, las Fundaciones Jorge Oteiza , Arantzazu Gaur y los franciscanos de Arantzazu conmemoran el 50 aniversario de la colocación, por fin, de aquella obra maldita que yació en la cuneta, resucitó, y hoy cumple medio siglo dando la bienvenida a miles de peregrinos, fieles y turistas que cada año visitan este lugar sagrado.

La colocación de la estatuaria entre junio y octubre de 1969 era la culminación de una obra maestra y ponía fin a 19 años de unos trabajos que arrancaron el 9 de septiembre de 1950 y culminaron con los últimos retoques de Jorge Oteiza el 21 de octubre de 1969, el día de su 61 cumpleaños. Todo un homenaje.

Elena Martín, conservadora del Museo Oteiza y comisaria del proyecto Oteiza y la estatuaria de Arantzazu, 1950-1959, aseguró que la fachada de Arantzazu fue “el proyecto más importante de su vida, el de mayor compromiso”, porque le “obligó a conjugar su estética, que ya era abstracta en 1951, y el tema figurativo que le habían encargado los arquitectos y franciscanos”, explica.

el tiempo le da la razónEra un reto mayúsculo. Poner su ingenio creativo al servicio de un encargo de la iglesia, en homenaje, ni más ni menos, que a la patrona de Gipuzkoa, la virgen de Arantzazu. El pueblo debía sentirse identificado y había que estar a la altura del “impresionante” paraje de montaña que rodea el santuario. De ahí la fachada pétrea, con piedras de la tierra, de Markina. Y los apóstoles, sin rostros definidos pero de rasgos vascos, reconocibles;uno de ellos, dicen, a semejanza de un remero de la trainera de Orio, villa natal del artista. Un guiño al pueblo, explica Elena Martín.

Oteiza acertó y el tiempo le ha dado la razón. En realidad acertaron todos. El padre Lete, franciscano que impulsó la nueva basílica, los arquitectos Luis Laorga y Francisco Javier Sáenz de Oiza, los pintores Pascual Lara y Lucio Muñoz, elegidos para la decoración del ábside, el escultor Eduardo Chillida para las puertas principales de acceso, fray Javier María Álvarez de Eulate, encargado de las vidrieras, el pintor Néstor Basterretxea para la decoración de las paredes de la cripta, y otro franciscano, Xabier Egaña, para las pinturas del camarín.

Todo a punto de irse al traste. En realidad, a punto de quedarse a medias, porque cuando llegó la prohibición, en 1955, el edificio ya era una realidad, obra de arte inconclusa, pero iglesia, y había celebrado su primera misa el 20 de agosto de 1955.

A la obra de arte le llegó su oportunidad en 1962. Y vino de una desgracia. La muerte de Pascual Lara, el elegido para la decoración del ábside. Su fallecimiento provocó la apertura de otro concurso para culminar su obra y en esa reunión, explicó Martín, “se alza un voto para que Oteiza vuelva. Se hace una consulta a Roma y dice que tiene la misma opinión que en 1955 pero que es decisión del Obispado de San Sebastián. En una nueva reunión, este primero da el sí, pero luego se retracta. Se puede decir que fue una segunda paralización, en 1964”, asegura la experta.

La autorización definitiva, por parte del mismo obispo, llegó en 1966, pero Oteiza no regresó hasta 1968. “Lucharon muchísimo los frailes, pero Oteiza tampoco podía renunciar a este proyecto, así como ya había renunciado a otros”, asegura Martín.

El mérito de “respetar al artista”Juan Ignacio Larrea, actual guardián de la Basílica de Arantzazu, asegura que el mérito de los franciscanos, la orden a la que pertenece y que aún hoy custodia este santuario, es “haber respetado a los artistas, haberles dejado libres”, y luego, tras la prohibición del obispo en 1955, “no cambiar de pareja”. Y además ir en busca de los artistas originales. Larrea destacó el papel que jugaron los franciscanos Pablo Lete, Pedro Aranguren, Telesforo Zuriarrain y el padre Goitia, y recordó “los quebraderos de cabeza para liberalizar el retablo de Muñoz y la obra de Oteiza”.

Según el diputado de Cultura de la Diputación de Gipuzkoa, Denis Itxaso, “la intervención en la Basílica de Arantzazu es el proyecto de obra pública más importante realizado por Oteiza y constituye un referente ineludible en la historia del país y de su cultura”.

Por ello, el programa de este 50 aniversario de la colocación de la estatuaria de Oteiza contará con un amplio conjunto de acciones entre el 19 de junio y el 27 de octubre y cuenta con el patrocinio del Departamento de Cultura, Turismo, Juventud y Deportes de la Diputación de Gipuzkoa y de Kutxa Fundazioa, así como la colaboración del Departamento de Cultura y Política Lingüística del Gobierno Vasco, Acción Cultural Española, Ayuntamiento de Egüés, y la asociación Arantzazuko Adiskideak.

actos del aniversario

Exposición en el Museo Jorge Oteiza (19 junio-27 octubre).

La muestra en el Museo Oteiza de Alzuza, en Navarra, mostrará más de un centenar de estudios escultóricos en yeso, en su mayoría obras inéditas de diferentes etapas de Jorge Oteiza.

Exposición en Arantzazu (28 junio-27 octubre).

La exposición de Gandiaga Topagunea, sede de la Fundación Arantzazu Gaur, mostrará el relato cronológico de la intervención de Oteiza en Arantzazu, desde el inicio de construcción de las obras, en 1950, hasta la finalización en 1969.

Acto de conmemoración (21 de septiembre)

Arantzazu (Gandiaga Topagunea) acogerá el acto de conmemoración del 50 aniversario de la instalación de la estatuaria. Una mesa redonda analizará la importancia de Arantzazu en su contexto histórico. La jornada culminará con la presentación de la publicación Oteiza y la estatuaria de Arantzazu, 1950-1969 y con la visita a la fachada de la Basílica.

Visitas guiadas. Habrá visitas guiadas gratuitas a las exposiciones, a cargo de Elena Martín, comisaria del proyecto expositivo:

Museo Oteiza

22 de junio 12.00 horas

5 de octubre 12.00 horas

Gandiaga Topagunea

29 de junio 12.00 horas

24 de agosto 12.00 horas

19 de octubre 12.00 horas

Talleres pedagógicos. Habrá talleres para niños y profesores.

Museo Oteiza

Del 19 al 23 de agosto. La escultura como lenguaje plástico y sensorial desde los Apóstoles de Oteiza. Campamento de verano. De 9.30 a 13.30 horas. Niños de 5 a 11.

6 de septiembre. Visita taller para profesorado de Educación Secundaria y Bachillerato: Oteiza y la espiritualidad en el arte. De 17.30 horas a 19.30.

15 de septiembre. Un recorrido en familia a través de la historia de los apóstoles. Visita taller para niños de 5 a 11 años acompañados de un familiar. De 11.00 a 13.30 horas.

25 de septiembre. Visita-taller para profesorado de Educación Infantil y Primaria. Cuerpo, voz y emociones desde el apostolado de Arantzazu. De 17.30 horas a 19.30.

7 de octubre.Seminario Oteiza: Naturaleza-laboratorio-Naturaleza. 19.00 h. Kutxa Kultur. Sala Ruiz Balerdi (4ª planta, Tabakalera). Donostia.

Gandiaga Topagunea (Arantzazu)

28 de septiembre. Taller infantil Cuerpo de piedra, alma de barro. Se impartirán dos sesiones del taller infantil para niños de seis a doce años. De 10.30 a 13.30 horas.

19 de octubre.De 10.30 a 13.30 h.

Conferencia. Oteiza en Arantzazu. Del debilitamiento de la expresión al espacio receptivo. Conferencia a cargo de Elena Martín, conservadora del Museo Oteiza.

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