El origen de La Rioja

Aunque la mayor parte del territorio de La Rioja hoy configura una provincia del mismo nombre, son también riojanas las tierras del río Cidacos en Soria, La Rioja alabesa, la comarca de Biana-Los Arcos en Alta Nabarra y la comarca de Belorado o “riojilla” en Burgos, tierras marcadas por la depresión del río Ebro a su paso por este territorio. Son precisamente las tierras de la riojilla y La Rioja Alta, entre los ríos Tirón y el río Oja (con Belorado y Santo Domingo de la Calzada como municipios más poblados), las primeras en recibir el nombre de La Rioja, nombre que después se extendió a toda la depresión del río Ebro. Está delimitado el territorio inicial (de Oeste a Este), al Norte por los montes Obarenes y La Sonsierra de Nabarra (hoy rebautizada como de Toloño), y al Sur, por la Sierra de La Demanda o Arandio contigua a la Sierra de Cameros.

La frontera por el Sur entre baskones y visigodos (s. VI-VIII), según el historiador estellés José María Lacarra (1907-1987), serían las montañas de la Sonsierra de Nabarra o Toloño hasta Codes y La Herrera en Alaba. Serían ciudades fronterizas Herriberri-Olite en Alta Nabarra y las riojanas mencionadas en las crónicas asturianas de: Revendecam (Revenga, Conchas de Haro en la Sonsierra), Carnbonariam (¿?), Abeicam (Ábalos ¿?), Brunes (Briones ¿?), Cinissariam (Cenicero) y Alesanco, todos ellos municipios en la comarca al Este de Haro y hasta Nájera, en el triángulo que conforman los ríos Najerilla, Tuerto y el Ebro.

Juan Plazaola, sitúa la frontera entre baskones y godos por el Oeste, en Valdegobía o Gobiaran en Alaba hasta Pancorbo, pero también en tierras riojanas: “Hay un hecho cierto, la tierra vasca es probablemente el área de más abundante arquitectura rupestre, altomedieval y eremítica en toda la geografía hispánica: es un fenómeno que se registra especialmente en la actual provincia de Alaba, más concretamente en las áreas de Valdegobía, Villanueva, Tobillas, Corro, Pinedo, Quejo etc. (comarca donde se sitúa también Valpuesta) y el condado de Trebiño (términos de Marquínez, Urarte, Laño y Alabaina). A ella llegó el fenómeno desde la Cogolla (La Rioja). Son del siglo VI por tanto no guardan relación con musulmanes, ¿marcan la frontera goda?” (“Historia del arte vasco, Tomo I” Edit.Ostoa).

Emiliano de Berceo nació en este pueblo contiguo a San Millán de la Cogolla, a 15 Km de Santo Domingo de la Calzada y de Nájera en La Rioja Alta, en plena Sierra de la Demanda o Arandio. Tuvo Emiliano una vida muy longeva pues vivió 101 años (473-574). A los 20 años fue en busca de sabiduría a los riscos de Bilibio en la Sonsierra de Nabarra (actual Haro, frontera con Burandón en Alaba), a aprender del anacoreta famoso en la zona llamado Felices. Emiliano siguió el ejemplo del ermitaño y vivió durante muchos años aislado de la gente. Se edificó en su honor una pequeña ermita de Suso o “de arriba” en siglo VI cercano a su lugar de nacimiento.

Se le atribuye a San Emiliano efectividad milagrera en su lucha “contra los infieles” y se le dibuja junto a Santiago matando moros con espada en mano en la batalla de Simancas en Valladolid del año 939 (en la foto de inicio), donde nabarros y asturleoneses lucharon coaligados contra el califa cordobés Abderramán III (que era en tres cuartas partes baskón).

Por tanto, el imperio de Toledo o godo no controló lo que sería el núcleo originario de La Rioja entre las cuencas de los ríos Tirón y Oja, cuando en el año 711 entraron las huestes musulmanas de Damasco en la península ibérica, llegando al Ebro para el año 714, quedando despoblada gran parte de La Rioja. En ese momento, el último aspirante a rey visigodo de nombre Rodil (castellanizado como Rodrigo), intentaba todavía “dominar a los baskones” del rey Eudón “el Grande” y tomar Iruña-Pamplona, una vez más (https://lehoinabarra.blogspot.com/2016/04/los-baskones-dominamos-los-godos-una-y.html)

En el año 768 fue asesinado el duque baskón-aquitano Waifre (nieto de Eudón), su madre, 2 hermanas y sus nietos cayeron en manos francas, el desastre fue total, comenzando el dominio franco sobre Aquitania (ducado entre los ríos Loira-Garona). Los nabarros aparecen por primera vez en estas crónicas francas significativamente al año siguiente, en el año 769, llaman así los francos a los baskones del sur pirenaico que no controlan y que llegan hasta el nacedero del río Ebro, según sus propias crónicas (https://lehoinabarra.blogspot.com/2019/03/baskones-contra-francos.html).

En este momento de debacle del ducado de Baskonia y antes de la creación del reino de Pamplona-Nabarra, es cuando aparecen las primeras referencias a poblaciones de La Rioja actual en las Crónicas del rey de Oviedo-Asturias Alfonso III (866-909). En esa Crónica (existe la versión “rotense” y la más elaborada “a Sebastián”) se nombran como ciudades conquistadas por los asturianos durante el reinado de su predecesor Alfonso II “el Casto” (762-844), las mencionadas para el Imperio visigodo de Toledo. Es decir, los asturianos invadieron Baskonia por el suroeste hasta la marca visigoda durante el reinado de este rey.

Para datar el posible año de la invasión asturiana del occidente de Baskonia, nos podemos basar en las batallas documentadas. Así, la población castellana de Pancorbo (La Bureba) al norte de Belorado, en la salida del desfiladero natural de los montes Obarenes, serían la frontera astur-baskona, pues se sabe que el rey asturiano Alfonso II “el Casto” (762-844) esperaba allí para presentarles batalla en el año 794 a los Vela o Velasco, baskones y futuros condes de Alaba, además de una de las familias fundadoras del reino nabarro.

Unos años antes, en el 759, el rey asturiano Fruela asistió, junto al obispo de Oca en Valpuesta, a la fundación de un convento de religiosas en San Miguel del Pedroso junto al río Tirón (Sierra de la Demanda, Burgos), al sur de Belorado, por lo que parece que el propio río pudiera ser la frontera entre asturleoneses y baskones. En el convento abundan los nombres baskones de las monjas, lo cual nos dice que para entonces el ducado de Baskonia ya había repoblado la comarca y los asturianos la invadieron: Amunia, Munía, Ximena, Uma, Munoza, Sancha, Auria, Andirazo, Anderkina, Gometiza, etc. Por tanto, la comarca origen de La Rioja entre los ríos Tirón y  Oja, nunca estuvo en poder asturleonés o al menos no está documentado.

A los asturianos su osadía les salió cara al quedar en primera línea de los ataques musulmanes. La crónica del árabe Ibn Idhari, no deja dudas de la unidad baskona en el año 796 y del apuro asturiano: “Alfonso (se refiere al mencionado Alfonso II el Casto, 789-842) había pedido ayuda a los países vascos y a las poblaciones vecinas”. El relato de Ibn Al-Athir habla de forma inquietante: “Alfonso había logrado la ayuda del rey de Vizcaya, su vecino, y de los normandos que vivían por esa zona, y de los habitantes de esas regiones” (https://lehoinabarra.blogspot.com/2014/08/la-historia-oculta-de-bizkaia.html).

Durante los siglos VIII y IX Alaba era conocida como “la puerta de la cristiandad”, la cual podemos situar en las Conchas de Haro en Salinillas de Burandón (Alaba) en la Sonsierra de Nabarra o Toloño, con una iglesia cristiana que estuvo en pie entre los siglos V-X, puerta del paso de San Adrián a Gipuzkoa (con una calzada romana y Camino de Santiago), comarca cristiana y que fue atacada constantemente en razzias por tropas musulmanas entre los años 791 y 878.

Esa era la frontera musulmana, fue lo más que conquistaron los hispano-musulmanes de Baskonia y del reino nabarro después (https://lehoinabarra.blogspot.com/2019/04/los-baskones-derrotaron-los-musulmanes.html). La Baskonia musulmana coincide con la visigoda de Leovigildo (Tomás Urzainqui “Vasconia en el siglo XI”). Después llegó la reconquista nabarra y sobre todo la repoblación con baskones de la comarca que habría quedado desierta fuera de algunos núcleos aislados en las montañas donde pudieron sobrevivir los conocidos como “foramontanos” (https://lehoinabarra.blogspot.com/2014/07/alaba-y-los-castillos-origenes-de_5.html).

Eneko I Aritza, primer rey nabarro, 

según el libro de las Genealogías de los reyes de Portugal del s. XVI

“Cuentas las crónicas que ese ramal montañoso que, siguiendo la dirección del Valle, se prolonga desde Logroño a Burandón como un gran mural fue fortificado por el rey de Nabarra don Iñigo Arista (Eneko Aritza, primer rey nabarro, años 824-852) para impedir el avance de las huestes musulmanas. Una política que luego sería seguida al pie de la letra, e incluso potenciada, por su hijo don García (Eneko Garçea, “el joven”), razón principal por la que ese conjunto de farallones sería denominado a partir de entonces como Sierra de Nabarra” (“Ayuntamiento de San Vicente de la Sonsierra y Gobierno de La Rioja”).

Lugar donde estaba el castillo de Bilibio en San Felices

 

El rey nabarro Eneko Garçea II (852-882, el hijo de Eneko Aritza), cerró Alaba a los musulmanes con los castillos de Zaldiaran y el de la Concha de Arganzón en el paso a la Llanada Alabesa. El castillo de Bilibio, se encontraba donde hoy se alza en el término de Haro la iglesia de San Felices (“Castillos que defendieron el reino” Iñaki Sagredo Garde). Cerca de Burandón, aún siguen en pie los castillos nabarros del s. XI de Ocio o Lanos y el de Zabalate o Portilla (hoy representado en el escudo alabés), se trataba de una estructurada maraña de pequeñas fortalezas defensivas. Por tanto, las tropas musulmanas nunca controlaron la actual Alaba y escasamente La Rioja primigenia, la cual fue recuperada por Sancho I Garçés de Nabarra a comienzos del siglo X que empezará, de nuevo, su repoblación (Ezcaray-Haro).

Castillo de Ocio

Castillo de Portilla

 

El rey nabarro Sancho I Garçés (905-925) luchó contra el califa de Córdoba con gran éxito y amplió enormemente el núcleo inicial del reino de Pamplona. Entre los años 912-914 tomó la importante plaza de Nájera, además de San Millán, Logroño y la población cercana llamada Cantabria, Alcanadre, Ausejo, Arnedo, Alfaro y Calahorra. Tomó el castillo de Viguera y la comarca en el año 922, con la que se creó el título de “Reyes de Viguera” para la familia real Nabarra por la importancia de esa batalla, pero sobre todo para la mejor defensa de la misma por su situación fronteriza. El Monasterio de San Martín de Albelda se fundó en el año 924 por Sancho I Garçés y su mujer Toda, donde se escribirá el códice de Albeldense o Vigiliano.

El historiador Joxe Garmendia Larrañaga en “Euskal Herriko Hezkuntzaren Historiarako Dokumentazio Gunea” comenta que: “Aparece como conde de Álava Monnio Vigilazi (Munio Velaz) en la escritura de Valpuesta otorgada el 18 de mayo de 918. Parece ser hijo del conde Vela Semenonis, defensor de Cellorigo en el 881 (Rioja Alta, entre Haro-Pancorbo). Por tanto, ya con Sancho I Garçés aparecen los primeros tenentes nabarros de La Rioja primigenia, estrechamente relacionados con los primeros condes de Alaba (gobernadores, defensores y administradores de un territorio, elegidos por el rey y sin derecho de sucesión).

Los musulmanes recuperaron Nájera una vez muerto Sancho I Garçés. Para reconquistarla definitivamente, necesitaron los nabarros de Garçés Sanchez I (925-970) la ayuda del rey Ordoño I de Asturias, con los que estarán desde entonces coaligados en muchas ocasiones. Garçés Sánchez I trasladó su Corte a Nájera para asentar la frontera, y allí se mantuvo hasta 1076 con la muerte de Sancho “el de Peñalén”.

Fuera de las tierras de La Rioja, Sancho I Garçés recuperó para el reino nabarro Caparroso, Carcastillo o las tierras de baskonas de Deio o Deierri y su fortaleza (Monjardín, año 908, llamada “puerta del Ebro”), ocupadas por Musa Ibn Musa, jefe de los Banu Qasi en el año 859. Por el sur, serán ahora nabarras las tierras de Tarazona (Aragón) y Garrai (Numancia, Soria).

En el Pirineo, Sancho I Garçés recuperó y asentó la comarca de Uncastillo, Loharre y Aierbe (Cinco Villas, hoy aragonesas), así como los territorios adyacentes. Sancho I Garçés también tomó Sobrarbe en su mitad occidental y Sancho II Garcés, su nieto, lo hizo con la oriental. Por el Este, la nueva frontera pasó del valle de Hecho al río Gallego.

Son de esta época los documentos que sitúan a Bizkaia dentro del reino nabarro mediante el matrimonio concertado de la princesa nabarra hija de Sancho I Garçes “domma Belasquita”, con un conde de Bizkaia: “usor fruit domni Momi Comitis Bizcahiensis” (Genealogías de Meyá o Roda 970-992). Sancho I Garçés fue enterrado en San Esteban de Deio en el año 925, aunque después sus restos fueron trasladados a Leire.

San Esteban de Deio

“Del mismo modo, queda constancia de que en el año 934 no había en toda esa superficie o franja de terreno conocida como Rioja Alavesa ningún poblado de cierta entidad, sino tan sólo Solares que fueron erigidos con permiso de los monarcas nabarros junto con unas tierras anejas que se dedicaban a trajines agrícolas” (“Ayuntamiento de San Vicente de la Sonsierra y Gobierno de La Rioja”).

En los siglos IX al XI y bajo el Reino de Nabarra se repobló toda La Rioja, se alzaron cenobios y se crearon nuevas poblaciones en los que identificamos buena parte de las características de la región: Santa María la Real de Nájera (1052), Berceo, San Millán de la Cogolla, Valbanera en Anguiano (Tierra de Cameros, donde se haya la imagen de la patrona de La Rioja), y, el más tardío de Santo Domingo de la Calzada, que entonces ya tenía una importante población.

El monasterio de San Millán de la Cogolla de Yuso, fue reedificado por el rey nabarro Sancho I Garçés (905-925), “Donemiliaga Kukulakoa” en euskera, cuculla era la capa que usaban varias órdenes religiosas, que cubrían a la vez el cuerpo y la cabeza. Se consagró el templo en el año 954 por Garçés Sánchez I, primer monarca nabarro instalado en Nájera e hijo de Sancho I Garçés. Llegó incluso San Emiliano de Berceo a ser patrono de Nabarra. Después se construyó el actual monasterio de Yuso por orden de Sancho III “el Mayor” de Nabarra, tras la destrucción del anterior por Almanzor en el año 1002, donde están enterradas tres reinas nabarras y un infante de Lara.

El monasterio de San Millán de Suso o “el de abajo”, fue mandado construir por el rey de Nabarra Sancho Garçea III “el de Nájera” en 1053, hijo de Sancho III, tras fundar Santa María La Real de Nájera un año antes y haber liberado la ciudad baskona de Calahorra a los musulmanes, alejando con ello a la huestes de la media luna de La Rioja.

Gonzalo de Berceo
autor de “Mester de Clerecía” (s. XIV):

“El rey don García de Nájera Sennor/

fijo del rey Don Sancho el que dicen el Mayor

un firme caballero, noble campeador

más para San Millán podría ser mejor (…)”

Castillo de Nájera, reconstrucción de Iñaki Sagredo Garde (“Navarra, castillos que defendieron el reino” Tomo IV) 

 

En el documento 166 del Cartulario del monasterio riojano de San Millán de la Cogolla del año 1016 reinando Sancho III “el Mayor”, aparecen los territorios del reino de Nabarra ratificados de nuevo en el pacto de Tamara por castellanos y nabarros en el año 1127 en época de Alfonso I “el Batallador”:

“Una concordia y acuerdo acerca de la división del reino entre Pamplona y Castilla, como ordenaron Sancho conde de Castilla y Sancho rey de Pamplona, tal y como les pareció. Esto es, desde la suma cima al río Valle Venaire, hasta Grañe donde está el mojón sito y acollado Muño, y desde Biciercas y desde siguiendo hacia el río Razón, donde nace; después por medio del monte de Calcaño, después por la cima de la cuesta y por medio de Galarza, y allí está puesto el mojón, y hasta el río Tera, allí está Garrahe, antigua ciudad abandonada (Garray o Numancia), y hasta el río Duero”.

La primera mención de La Rioja aparece en el Cartulario Galicano de San Millán de la Cogolla, que data del año 1082. Se trata de un documento de Vermudo Gutiérrez y de su mujer Gotina, los cuales entregaron al cenobio riojano diversas posesiones, una de ellas en el término “rivo de Ogga” en Irahuri, por lo que se refiere solo al rio Oja y no a una comarca o a una tenencia. Irahuri debería estar cerca de “Naharruri” o “ciudad de nabarros”, siglos después (XVI), este municipio cambió el nombre por el actual Casalarreina en honor a Juana “La Loca” de Castilla y Aragón que se hospedó allí.

En el año 1099 en la Cláusula 38 del Fuero dado por Alfonso VI de Castilla a la villa burgalesa de Miranda de Ebro, durante la invasión temporal de gran parte del territorio occidental entre 1076-1109  a Nabarra tras el regicidio de Peñalén, tenemos el mismo topónimo dos veces pero en referencia a la comarca y no solo al río, “Derrioga” y “Rioga”. Aunque se discute sobre su datación y su validez, ya que el documento conservado no es más que una copia del siglo XIV.

Mapa del origen de La Rioja, entre Belorado y Santo Domingo de la Calzada, 

euskaldun en aquellos siglos (mapa de Odón de Apraiz).

 

Por tanto, el origen de las tierras de Rioja hay que situarlo entre de la villa nabarra de Belorado en la riojilla (fundada en 1116 por Alfonso I “el Batallador” de Nabarra) a Ezcaray-Santo Domingo de La Calzada, entre las cuencas de los ríos Tirón y Oja, dentro del reino nabarro, y que aparece expresamente citado al ser reclamado por Nabarra en el Laudo Arbitral de Londres de 1177: “Conquiretur etiani de Belforazt, quod imperator reddiderat regi Garsiae patri suo, et eo mortuo, idem imperator abstulit illud Sandio, nunc regi navarrae tunc habenti et in pace possidenti tanquam suam, propiam haereditatem”.

https://lehoinabarra.blogspot.com/2019/12/origen-de-la-rioja.html?m=1