El nuevo escudo busca ideas

Antzuola lanza un concurso para adaptar y diseñar los rasgos del emblema que representará al municipio

Antzuola

LA conveniencia o no de eliminar los doce cañones del escudo de armas de An-tzuola, tomado en su día del de Gipuzkoa (en este último se suprimieron en 1979), así como las imágenes de los restantes cuarteles que reflejan al rey con las cadenas, el cáliz de oro y el distintivo de la Virgen, sin olvidar las tres lunas que ocupan la parte inferior, centró el grueso del debate que se llevó a cabo a finales del pasado año. La conclusión fue unánime entre los participantes en este proceso; todos ellos coincidieron en destacar la necesidad de modificar o adaptar el conjunto heráldico que hasta la fecha ha representado a este municipio. Y un paso más en este empeño es el concurso de ideas que el Consistorio acaba de convocar con el objetivo de concretar el nuevo símbolo que identificará a esta localidad de la comarca de Debagoiena.

El sentimiento popular, el voluntariado, la identidad antzuolarra, el alarde, la convivencia y el euskera son los valores que deberán quedar estampados en el futuro escudo. El trabajo ganador se llevará 800 euros.

La reflexión en torno al significado y sentido del blasón actual lleva varios años de rodaje. No en vano, en 2009 la asociación cultural Nabarralde requirió al Ayuntamiento retirar los citados doce cañones porque, según argumentó, “son el recordatorio de la batalla sucedida en Belate en 1512 y de la conquista de Nafarroa por Castilla”. “No tienen nada que ver con la contienda de Valdejunquera que se escenifica cada año en el Alarde del Moro”, incidieron desde Nabarralde.

Esta solicitud trajo consigo la celebración de una serie de charlas y la posterior puesta en marcha del programa participativo Kudeatuz que impulsa la Diputación de Gipuzkoa. “En estas reuniones se puso en duda el escudo de armas y quedó claro que había que adecuarlo o cambiarlo”, explica el alcalde, Pedro Iturbe. El regidor antzuolarra sostiene que el conjunto heráldico no es “algo estanco; la sociedad va cambiando y éste, por tanto, debe plasmar sus valores”.

Así que la propuesta vencedora del concurso de ideas -tendrá que ratificarla el Pleno- será en adelante el símbolo o la imagen corporativa que representará a Antzuola y que, además, el Ayuntamiento utilizará en sus documentos oficiales y presentaciones públicas. Sin embargo, el escudo grabado en la fachada del edificio consistorial se mantendrá.

En la convocatoria -las bases están expuestas durante un mes para que puedan hacerse alegaciones antes de abrirse el plazo de 20 días para entregar los proyectos- se podrá tomar parte de forma individual o en grupo. Los trabajos se guiarán por las conclusiones extraídas en el proceso Kudeatuz y se tendrán en cuenta cuestiones como la originalidad, su visión de futuro y el concepto de innovación. La técnica será libre, aunque se “dará más importancia a la idea que al propio diseño”.

“Me parece altamente positivo que el gobierno municipal haga participe a sus vecinos de algo que les incumbe como es su representación emblemática. El escudo que hoy tienen los antzuolarras les fue dado, y ninguno de sus elementos está tomado o hace referencia directa al propio pueblo”, considera la historiadora hernaniarra Rosa Ayerbe.

Rey encadenado

No hubo un monarca aragonés

Experta en la materia y galardonada en 2008 con el Premio Nacional de Heráldica por su estudio sobre el escudo de Gipuzkoa, Ayerbe recuerda que el de Antzuola surge a mediados del siglo XVIII cuando, después de constituirse en villa “de por sí” (se separó de Bergara en 1629) se propone esculpir el armarria en la fachada del ayuntamiento y, para ello, en 1745 encargan su diseño a Don Juan Alfonso Guerra y Sandoval, el Rey de Armas de Felipe V.

Para su configuración cogió la parte superior del emblema guipuzcoano (rey y cañones), “a los que añadió los elementos del estandarte real que, de acuerdo a la tradición, rescataron los antzuolarras de manos de los moros, además de los del estandarte tomado a los propios moros cuando fueron a vengar la muerte del monarca navarro tras la batalla de Valdejunquera”, detalla Ayerbe. Matiza, asimismo, que la especificidad del escudo de Antzuola está en que habiendo reproducido la parte superior del de Gipuzkoa, “el rey está encadenado por una cadena de oro atada al cuello y, según la creencia existente en Madrid en el XVII, éste era el monarca aragonés que fue apresado por los guipuzcoanos cuando fueron a liberar al navarro”.

Sobre la figura del monarca ha habido distintas teorías. “Se ha considerado que representa al emperador romano Augusto, con quien termina el proceso de conquista peninsular y se empieza a hablar de Hispania pacata; al castellano Alfonso VIII; al rey navarro a cuyo reino perteneció Gipuzkoa hasta 1200; se ha llegado a identificarlo con un rey moro, al surgir a finales del XIX el Alarde del Moro; y se ha dicho, y esta vez pienso que con razón, que es la imagen del rey castellano y en concreto, si hay que poner un nombre, de Enrique IV que reinaba en Castilla y Gipuzkoa cuando apareció el escudo provincial”, apunta Ayerbe.

En su afán por esclarecer más datos vinculados a la historia, Ayerbe recientemente ha encontrado dos documentos en la Biblioteca Nacional de Madrid, un nobiliario de Gipuzkoa de 1660 y una crónica de 1635, que suponen “un importante hallazgo”. “Ambos textos permiten documentar por primera vez la interpretación que se hacía en el siglo XVII del rey de nuestro escudo. La argumentación que el Rey de Armas hace de los elementos que integran la heráldica de la villa antzuolarra está plagada de errores históricos, y es igualmente un error la propia explicación que hace del rey, pues en el escudo guipuzcoano nunca hubo un monarca aragonés ni un soberano preso. Estos documentos nos ofrecen una base sólida de conocimiento, y más cuando sabemos que, al menos uno de ellos, estuvo en manos de su autor”, concluye Ayerbe.

Publicado por Noticias de Gipuzkoa-k argitaratua