El Premio Nobel de Economía en 1992, Gary Stanley Becker, asegura que la independencia de Cataluña del resto de España no supondría un desastre económico para la región española. La globalización y la apertura de los mercados internacionales permite a Estados pequeños mantener un comercio productivo y rentable con el resto del mundo.
Becker asegura en su blog personal que “el movimiento hacia el libre comercio y la globalización vivida durante los últimos 60 años han reducido las ventajas de tener un gran mercado doméstico para vender bienes y servicios“.
Para el Nobel, los pequeños Estados pueden vender sus bienes y servicios a otros países casi con tanta facilidad como un país grande puede venderlos en su mercado doméstico: “los pequeños Estados pueden hacerlo bien con pequeños mercados domésticos, adquiriendo ventaja gracias a la globalización de la economía vendiendo sus productos a consumidores y empresas de otros países”.
Becker pone el ejemplo de la antigua Checoslovaquia, donde el futuro de su economía parecía muy oscuro cuando en 1993 se produjo la división del país entre la Rapública Checa y Eslovaquia. Algo similar ocurrió con Yugoslavia. Al final se ha visto como la ruptura de estos Estados no ha supuesto, ni mucho menos, un desastre para sus economías.
Además, Becker asegura que en los países pequeños los grupos de interés político tienden a ser más reducidos. “Esto es la consecuencia la homogeneidad que caracteriza a los países pequeños”.
Becker concluye su artículo señalando que “el crecimiento de la competitividad de los pequeños Estados en el mercado global es en buena parte gracias al crecimiento del número de países, desde 1950 (100 países) hasta ahora que son casi 200. Y el número de países independientes sigue creciendo”.