El independentismo catalán da ejemplo al mundo

Hace una década, los movimientos independentistas de todo el mundo tenían por referentes principales el País Vasco y Quebec, mientras en Cataluña se discutía el estatuto y había una cierta ‘vasquitis’. Pero hoy el independentismo catalán y escocés se han convertido en los puntos de referencia reconocidos, y esto ha hecho que muchas naciones del mundo hayan imitado la hoja de ruta catalana.

 

Kurdistán

Esta semana mismo el presidente del Kurdistán iraquí, Massoud Barzani, anunció que convocaría un referéndum sobre la independencia para que se supiera la voluntad del pueblo kurdo, aunque el resultado no será vinculante, y que se tomaría Cataluña y el 9-N de ejemplo. Previamente, muchos  medios kurdos ya habían hecho paralelismos históricos y culturales con Cataluña, como también habían resaltado el hecho de que los catalanes se hubieran convertido en un referente en las reivindicaciones pacíficas en las naciones sin Estado. El Partido Democrático del Kurdistán (KDP) felicitó las campañas independentistas y colgó una bandera en su oficina central en señal de respeto.

 

Quebec

Asimismo, el sábado pasado, el congreso del partido quebequés ‘Option Nationale’ decidió adoptar lo que han llamado ‘estrategia catalana’. Consistirá en aprobar una ley fundamental, como marco jurídico que sustituya a la constitución canadiense en Quebec; al mismo tiempo, iniciar un proceso constituyente para redactar una constitución de Quebec independiente mediante una gran participación ciudadana y, a continuación, someterla a la ratificación popular en un referéndum.

También en Quebec, y siguiendo la huella del proceso catalán, se creó el movimiento ‘Organizaciones Unidas para la Independencia de Quebec’ (‘OUI Quebec’), con el objetivo de federar partidos y grupos independentistas que quieren dar poder de decisión a la sociedad civil. Inspirándose en el caso catalán, proponen una consulta por la independencia y quieren copiar la coalición Juntos por el Sí para obtener el máximo número de diputados independentistas.

 

País Vasco

Más cerca, el País Vasco también se ha puesto como ejemplo a Cataluña en estos últimos años. En junio de 2103 se creaba ‘Gure esku Dago’ (‘En nuestras manos’), una plataforma cívica inspirada en la ANC que el verano de 2014 organizó una cadena humana por el derecho de decidir entre Durango y Pamplona. Además, el 13 de abril del mismo año se había hecho una consulta popular sobre la independencia similar a las catalanas en el municipio navarro de Etxarri Aranatz con una alta participación (43%). Y este año, las iniciativas en el País Vasco no se detienen: hay consultas populares convocadas al menos en 22 pueblos de Euskal Herria.

 

Tirol del Sur

El ejemplo catalán hace tiempo que es imitado. Hace cinco años, el partido Libertad Sur-tirolesa (STF) organizó una consulta popular sobre la autodeterminación en el municipio de Ahrntal, siguiendo el modelo catalán de las consultas populares, con la que pudo suscitar un debate en torno a esta cuestión. La participación fue del 31% (con un 95% a favor de la autodeterminación). Durante el 2013 se permitió votar al resto del país, donde más de 60.000 ciudadanos participaron, a pesar de la oposición del gobierno regional. Fueron observadores catalanes, como Quim Arrufat (en representación del CIEMEN), Anna Arqué y Joan Baptiste Vives y Solervicens.

 

Irlanda

En Irlanda, donde hay una frontera que separa el Estado independiente de la parte que aún permanece en el Reino Unido, también se hizo una consulta popular en dos municipios, a partir de la experiencia catalana. Son dos municipios separados por una frontera que no sienten suya, pero que tienen, a pesar de la proximidad, sistemas educativos, sanitarios, impositivos y monetarios diferentes. La sociedad civil, en la campaña ‘You Decide: A People’s Referendum’ organizó en 2013 una consulta popular sobre la reunificación de la isla en Crossmaglen y Creggan Upper, donde el ‘sí’ obtuvo un resultado abrumador. El jefe del grupo de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona, Alfred Bosch, uno de los dirigentes de la consulta popular de Barcelona, estuvo presente como observador internacional.

 

Véneto

Siguiendo la experiencia del 9-N, el Consejo Regional del Véneto aprobó dos consultas de independencia, que han sido suspendidas en espera de la decisión del Tribunal Constitucional. El presidente regional, Luca Zaia, aseguró varias veces que si Cataluña podía hacer una consulta, ellos también, y ha dejado claro que si Cataluña se independizaba, el Véneto podría seguir los mismos pasos. En cambio, sí que pudieron hacer un referéndum online, aunque poco transparente: el resultado fue de un 89% de votos a favor de la independencia con un 63% del censo; esto sirvió para crear debate y mostrar en una encuesta posterior de La Repubblica que un 55% de los habitantes eran partidarios  de la independencia.

 

Flandes

Incluso en un Estado como Bélgica, el proceso catalán ha tenido un fuerte impacto, lo que se ha manifestado hace pocos días. El ministro de Interior belga, el independentista flamenco Jan Jambon, aseguró que no reconocer una Cataluña independiente podría fracturar el gobierno belga. Asimismo, el presidente de Flandes, el nacionalista Geert Bourgeois, defendió que un Estado surgido de una secesión dentro de la Unión Europea debía convertirse en miembro de la misma automáticamente.

 

La CUP, también referente

A la hora de retratar el impacto que tienen las iniciativas independentistas catalanas fuera, también hay que destacar el referente de la CUP en varios partidos anticapitalistas e independentistas.

Antes del referéndum escocés, paralelamente a la campaña del ‘Yes Scotland’ se hizo la ‘Radical Independence Campaign’ (RIC), una campaña paralela para explicar que la independencia era una herramienta para conseguir una sociedad más justa, más bienestar, mejor vecindad, más democracia y una económica justa. Participaron miembros de la CUP, como los concejales Lluc Salellas, Jordi Masdeu, Raimon Ràfols o el exconcejal de Manresa Adam Majó.

A partir de las sinergias creadas durante la campaña se ha formado la alianza electoral RISE (Respect, Independence, Socialism and Environmentalism), principalmente en torno al Partido Socialista Escocés (SSP) y el Proyecto Escocés de Izquierdas, que han reconocido a menudo que la CUP les ha sido fuente de inspiración. Un ejemplo de esta relación es la presencia de la diputada Eulalia Reguant en la conferencia política de RISE en octubre del año pasado.

Más allá de Escocia, en 2009 se creó la Izquierda Independentista Bretona (Breizhstance-Independance et socialisme), un partido con simbología similar a la CUP, y que en las elecciones regionales de 2015 contó con la participación en la campaña electoral de María Rovira, concejal de la CUP en Barcelona.

Formaciones como Unidad Popular (Laike Enotika) -escisión de Syriza por la izquierda- han reconocido que la CUP había sido uno de los referentes, principalmente en la importancia que da a la movilización popular más allá de la política institucional.

También en España encontramos partidos soberanistas como el BNG, EH Bildu, Izquierda Castellana, Puyalón de Cuchas, Andecha Astur, Unidad del Pueblo, que -junto con ERC, Más por Mallorca y CUP-, firmaron en diciembre pasado el manifiesto ‘Los pueblos tenemos la palabra’ (http://www.puyalon.org/es/2015/12/los-pueblos-tenemos-la-palabra/), en defensa de procesos constituyentes y el derecho de decidir, términos habituales del lenguaje del proceso independentista catalán.

Si el caso escocés ha sido un referente por la actitud mostrada por el gobierno británico, la estrategia del independentismo catalán, en cambio, ha sido referente para todas aquellas naciones que tienen delante un gobierno central que no acepta las demandas nacionalistas y trata de enmudecerlas o menospreciarlas. Las consultas populares en los municipios, la consulta unilateral del 9-N, las grandes movilizaciones populares y el liderazgo de la sociedad civil a través de la ANC han sido tácticas innovadoras utilizadas en más naciones del mundo. De la misma manera que la coalición DEMOS en Eslovenia o la ‘Vía Báltica’ de Lituania, Letonia y Estonia son experiencias que han servido de modelo al independentismo catalán.

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