Ayer dijeron que ‘Billy el Niño’ se había muerto de Covid. Digo ‘dijeron’ porque Tom Clancy, por ejemplo, podría hacer una novela fantástica, de aquellas que nos hacen pasar un buen rato, especulando sobre su desaparición -¿qué momento mejor de hacer desaparecer un molesto criminal como éste puede haber que en medio de una pandemia donde no puedes abrir el ataúd para comprobar si el cuerpo que hay dentro corresponde a lo que te dicen o no?-.
Bromas aparte, o no, la muerte del conocido torturador de la policía franquista y postfranquista es significativa porque se ha ido, al final, sin que le quitasen ninguna medalla ni beneficio económico alguno. Y ya no digo sin que lo persiguieran para hacerle pagar los crímenes. Les recomiendo repasar este duro vídeo (1) donde una de sus víctimas, Chato Galante, lo describe desde la enorme dignidad de un luchador que sobrevivió a sus torturas y las puede explicar. Cuando hablamos de Antonio González Pacheco, que estos eran los apellidos reales del personaje, no tenemos ni tendremos nunca el derecho a olvidar que eso que Galante explica era su día a día, su ‘trabajo’.
Ayer una parte del gobierno español reaccionó a la noticia haciendo malabarismos. Pablo Iglesias pidió perdón a los ciudadanos por haberle dejado morir con todos los honores. Puedo entender que Podemos acaba de llegar al gobierno y que ésta no era la prioridad. Ahora bien, las filtraciones o disculpas que han llegado del PSOE no tienen nombre. El ministerio de Marlaska, conocido encubridor de torturas él mismo, ha filtrado que había en marcha un expediente para liquidar sus honores pero que Covid-19 ha corrido más. Que oportuno.
Qué oportuno, sobre todo, que sea justamente ahora, y no antes, cuando el PSOE quería condenar uno de los símbolos más preclaros de la dictadura aún vivo. Porque no será por falta de tiempo. El Partido Socialista Obrero Español llegó al poder por primera vez el 3 de diciembre de 1982 y estuvo hasta el 6 de mayo de 1996. Unos catorce años en los que no tuvo tiempo de afrontar la cuestión. El Partido Socialista Obrero Español volvió al poder el 17 de abril de 2004 y estuvo hasta el 21 de diciembre de 2011. Unos siete años más, que, sumados a los catorce, ya hacen veintiuno. Y el Partido Socialista Obrero Español llegó por tercera vez al poder el 7 de junio de 2018 y hasta ahora, todavía un par de años más, y ya son veintitrés. En cifras redondas, hablamos de unos ocho mil días. Ocho mil días en que no han tenido ni uno por prioridad limpiar al Estado de esta escoria. Se puede entender que no fuera la prioridad primera, ni la décima ni la que hace cien. ¿Pero ni la que hace ocho mil?
Pero no nos engañemos. Como no hubo ruptura con el franquismo no hubo limpieza. Y habrían podido pasar ocho mil días más, que no la habría habido. Porque el problema no era ‘Billy el Niño’ tan sólo, sino el Estado de ‘Billy el Niño’. El Estado que lo acompañaba y protegía.
Raymond Aron cuenta una cena con Kissinger que creo que ya he explicado alguna vez. Era durante el bombardeo estadounidense de Laos o Camboya, ahora hablo de memoria. En un momento de la cena sonó el teléfono y comunicaron a Kissinger la cifra de muertos del día. Civiles. Él colgó y continuó cenando, lo que consternó al civilizado y exquisito sociólogo francés. Aron, de hecho, no se pudo aguantar y explicó a Kissinger que él no podría cenar después de recibir una noticia así. A lo que el secretario de Estado norteamericano, una mala bestia como él solo, le respondió: ‘Por eso el secretario de Estado soy yo y no usted’. Y por si la cosa aún no había quedado clara, lo remachó: ‘Es seguro que en Francia tienen su Kissinger, porque ningún Estado puede sobrevivir sin gente capaz de cenar tranquilamente, pase lo que pase’. Esto era Antonio González Pacheco. Y esto es también, por más excusas baratas que nos quieran vender, su Estado.
(1) https://www.vilaweb.cat/noticies/video-chato-galante-torturat-pel-franquisme-com-es-pot-pensar-que-una-policia-politica-es-pot-convertir-en-democratica/
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