En dos anteriores capítulos de este blog hablamos de la ostentación ejercida por los reyes de Navarra en cuanto al ejercicio del caza mayor en cuyo caso, aparte de tener excelentes jaurías de perros, llegaron a tener hasta tigres para sus batidas de osos, jabalíes y lobos.
En cuanto a la caza menor mencionábamos el uso de la cetrería signo exclusivo de distinción de la monarquía y alta nobleza.
—————
Hoy, tras haber leído dos trabajos en Internet, mencionaré el boato de los reyes de la casa de Evreux en cuanto a su vida palaciega para mencionar a continuacion una creencia popular según la cual los reyes de Navarra de dicha dinastía podían curar enfermedades al imponer sus manos sobre quienes las padecían.
El boato de los reyes al presentarse en público.
El primer trabajo que leí fue el de Merche Osés Urricelqui que hizo su tesis doctoral (sobresaliente cum laude por la Universidad Pública de Navarra) investigando el ajuar de Carlos III de Navarra (1387-1425).
El palacio que Carlos III mandó construir en Olite era en si mismo un extraordinario escenario de ostentación por su peculiar estructura de esbeltas torres, lujosas estancias, balcones, jardines, bestiario, aves y animales exóticos que tenia en su interior.
El rey se rodeó de artistas, tejedores, sastres, orfebres y perfumistas encargados de tener a punto su ajuar de forma exclusiva y personal: vestimenta para las diversas ocasiones y ceremonias, joyas, vajillas, armas de lujo, tapices, alfombras, ropa de cama, ropa de casa,…
El Rey, figura cuasi divina.
La mayor parte de los navarros tenía pocas opciones de ver al rey. Cuando los monarcas viajaban, los habitantes de los lugares por donde pasaban podían contemplar su nutrida y vistosa comitiva a una distancia determinada, pero nada más.
Por su estudiada lejanía, por haber sido alzado en la catedral de Pamplona en ceremonia ante los Tres Estados y el Obispo, por la fama del lujo y boato de la Corte, el vulgo consideraba al rey como un ser poderoso al que atribuían un origen casi divino por estar por encima de todos los demás estamentos sociales del reino.
El Toque Real: Carlos II y Carlos III de Navarra lo ejercieron para curar enfermo.
Durante el reinado de Carlos III detectó que hay registradas otras once veces en que el rey impuso el también llamado “Toque Real” sobre varios enfermos de la plebe.
Este era un ritual que la dinastía de los Capetos solía oficiar en Francia donde el vulgo creía que los enfermos podían sanar si el rey los tocaba. (Carlos II de Navarra tenia ascendencia Capeta por vía materna).
Los reyes consentían ejercer esta ceremonia con tal de poder reflejar ante los más humildes y necesitados una visión portentosa de su persona.
El acto de la imposición de manos sobre enfermos entra dentro de las ceremonias de ostentación y poder que la Realeza necesitaba ejercer para demostrar ante el pueblo llano que su estatus rayaba en lo divino y era superior a todos los demás estratos del reino.
http://ujue-uxue.blogspot.com.es/2016/12/el-boato-de-los-reyes-de-navarra-reyes.html?spref=fb