El ADN antiguo descubre la verdadera historia de Rapa Nui

 

 

El análisis de los genomas de quince nativos de Rapa Nui conservados en el Museo del Hombre de París ha revelado que la población de la isla creció de manera sostenida desde que se instalaron los primeros habitantes hacia el año 1200 hasta la llegada de navegantes europeos en 1722. El descubrimiento desmiente la popular teoría del ecocidio (o suicidio ecológico), que culpa a los indígenas de haber sufrido un colapso demográfico por haber sobreexplotado los recursos de la isla, y apunta a que fue la colonización lo que causó su decadencia.

La investigación, que se presenta hoy en la revista científica Nature, también indica que los rapanui, que eran expertos navegantes, llegaron a América en el siglo XIV, antes que Cristóbal Colón. Además, identifica de manera inequívoca a las quince personas que acabaron en el museo de París como originarias de Rapa Nui, también conocida como la isla de Pascua, lo que abre la vía a repatriarlas.

El proyecto científico, coliderado por las universidades de Copenhague (Dinamarca) y Lausana (Suiza), se ha hecho de acuerdo con la comunidad de los rapanui.

Esas quince personas vivieron entre 1670 y 1950. Comparando sus genomas, los investigadores han podido deducir el parentesco entre ellas. Y comparándolos con los de individuos de otros territorios, han deducido su proximidad genética con poblaciones del resto del mundo.

Han descubierto así que el 90% del genoma de los rapanui procede de otras poblaciones de Polinesia, con un parentesco estrecho con los habitantes de las Islas Cook, Samoa, Niue y Tonga, y que el 10% restante viene de indígenas de América del Sur.

El análisis revela que los rapanui descienden de unos pocos cientos de personas que llegaron a la isla alrededor del año 1200. Desde entonces y hasta la llegada de los primeros europeos en 1722, la población aumentó paulatinamente hasta situarse en torno a 3.000 habitantes.

Este resultado es incompatible con la teoría del ecocidio, popularizada por el científico Jared Diamond, según la cual la población de Rapa Nui alcanzó los 15.000 habitantes, pero sobreexplotó los recursos naturales de la isla, lo que llevó a la hambruna, la violencia y el canibalismo.

“Creo que la idea del ecocidio forma parte de una narrativa colonial. Es la idea de que estas personas supuestamente primitivas no podían gestionar sus recursos, y que casi los habían destruido. Las evidencias genéticas demuestran lo contrario”, declara en un comunicado Víctor Moreno-Mayar, coprimer autor de la investigación, de la Universidad de Copenhague. La teoría del ecocidio concuerda con la visión de los colonos europeos, que consideraron a los rapanui como una comunidad miserable que debía ser cristianizada y que cambiaron el nombre original de Rapa Nui por el de isla de Pascua.

Los investigadores no cuestionan que los rapanui alteraran el ecosistema original de la isla y que talaran sus bosques para construir canoas. Pero demuestran que esta actividad no causó una caída demográfica.

“La demografía, y sobre todo los grandes descensos de población, dejan huellas muy claras a nivel genético; y en este caso no se ven”, explica Carles Lalueza-Fox, director del Museu de Ciències Naturals de Barcelona y especialista en genética de poblaciones. “El estudio desmiente el supuesto colapso de la población rapanui hacia el 1600.”

El análisis genómico demuestra asimismo que las poblaciones de la isla de Rapa Nui y de América del Sur se cruzaron hacia el siglo XIV, en un rango de fechas que abarca desde 1250 hasta 1430. Dado que los rapanui eran navegantes que habían llegado de islas lejanas de Polinesia, lo más probable es que fueran ellos los que cruzaran los 3.700 kilómetros que les separaban de América y no que los americanos llegaran a Rapa Nui. También en este caso se desmorona la narrativa colonial que pretendía que el contacto entre indígenas polinesios y americanos no había sido posible antes de la llegada de los navegantes europeos.

Los nuevos datos sustentan una narrativa alternativa según la cual los europeos, más que salvadores, fueron verdugos. “Tuvieron un impacto devastador, ya que mataron a habitantes locales e introdujeron patógenos mortales”, escriben en Nature los autores de la investigación. Además, en los años 1860 cazadores de esclavos de Perú capturaron a un tercio de la población. Posteriormente, una epidemia de viruela diezmó la población de Rapa Nui, que se redujo a 110 individuos”.

Los investigadores fueron a explicar el proyecto en Rapa Nui antes de iniciarlo y le presentaron los resultados allí antes de publicarlos. Los análisis han confirmado que los quince individuos preservados en París, de los que se han extraído cantidades mínimas de hueso o de diente, son todos de la etnia rapanui, algo que no se podía dar por seguro ya que en ocasiones los restos guardados en museos están mal catalogados. Una vez confirmado su origen, los investigadores defienden que los quince individuos sean repatriados tal como desea la comunidad local de Rapa Nui.

Josep Corbella

Periodista de La Vanguardia especializado en ciencia y salud desde 1990. Coordinador del canal de información científica Big Vang. Colaborador de LaSexta, TV3 y RAC1. Ha sido miembro del Comité Científico Asesor de Covid-19 de la…

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