Donostia-San Sebastián: proyectos estratégicos y patrimonio industrial

 


Durante los últimos días, asistimos nuevamente al debate político sobre la futura
construcción de las estaciones del TAV y de autobuses en San Sebastián así como las
posibles alternativas que se están manejando a tal efecto.

Es evidente que, para la capital donostiarra, el futuro desarrollo urbanístico del ámbito
comprendido entre la actual Estación del Norte, la nueva estación de autobuses y el
Centro Internacional de Cultura Contemporánea, Tabakalera, se plantea como un nuevo
espacio de oportunidad y centralidad urbana para la ciudad. Sin embargo, en todo este
debate, son muy escasas las reflexiones que ponen el acento sobre un aspecto que, desde
la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública, consideramos clave como
es el valor patrimonial que, en su conjunto, constituyen el paisaje, el urbanismo y las
arquitecturas ahora existentes en ese lugar.

Respecto a la Estación del Norte, es conocido que se trata de la única estación
ferroviaria de todo el Estado que aún conserva una marquesina salida de la factoría del
ingeniero francés Eiffel, lo que le ha posibilitado gozar de una protección municipal
parcial. Además, la fachada histórica al Urumea y su equilibrio compositivo con el
también centenario puente de María Cristina, ha mantenido una proporción y armonía
en la escala que, ahora, parece estar en peligro. Por ello, ya desde 2008 la AVPIOPIOHLEE
viene solicitando al Ministerio de Cultura la protección integral del conjunto
formado por la Estación, hotel y pórtico.

Así mismo, vinculado al proyecto cultural de Tabakalera, la Asociación siempre ha
apelado a los responsables políticos e institucionales al respeto máximo también para
este emblemático edificio a la hora de intervenir sobre él. Respeto que debe
manifestarse no sólo en el mantenimiento de su imagen externa en la ciudad, sino a los
indudables valores espaciales, constructivos y tecnológicos que sus espacios interiores
fabriles poseen, y que cualquier intervención arquitectónica culta y respetuosa debiera
tomar en consideración sin menoscabo alguno para los nuevos usos que, en cualquier
caso, debieran ser compatibles con la preservación de estos valores.

Por tanto, y pese a su evidente obviedad, la AVPIOP-IOHLEE reitera que la
conservación de la marquesina de una estación ferroviaria, privada del edificio terminal,
supone una absoluta descontextualización y devaluación de dicho elemento por pérdida
de integridad, señalando que la arquitectura, también la industrial, queda dibujada en los
alzados, pero también en las plantas y las secciones. En definitiva, la mejor intervención
sobre una arquitectura histórica suele ser, casi siempre, la que menos se hace notar y no
sólo para la mirada exterior.

Las ciudades, como tales, son entes en continua transformación y sus ciudadanos y
ciudadanas tienen, en cada momento histórico, derecho a reordenarlas urbanísticamente
y a planificar su futuro de manera sostenible para su propio bienestar. Pero cuando se
interviene sobre la ciudad histórica –y la ciudad histórica, en el siglo XXI, no es ya tan
sólo la parte vieja- debe hacerse con un bisturí de precisión. No sólo por una
motivación exclusivamente estética, sino porque es imprescindible conservar los
vínculos con el pasado para poder imaginar mejor el futuro.

Donostia–San Sebastián no debe estar al margen de estas reflexiones. Para saber a
dónde vamos, no debemos olvidar de dónde venimos. Así, como ciudad candidata a la
capitalidad europea de la cultura que es, con más razón si cabe, Donostia–San Sebastián
debe evitar su progresiva desconfiguración y velar por el mantenimiento de los valores
urbanos y patrimoniales que han hecho de ella una de las ciudades urbanísticamente
más bellas de todo el Estado. Y con los ya muy escasos testimonios de la
industrialización el celo debe ser aún mayor si cabe.

Bajo estas premisas, tenemos la seguridad de que una solución final que aúne pasado y
futuro es técnica y políticamente posible. Por ello, desde la AVPIOP-IOHLEE instamos
a las instituciones que van a tomar parte en las decisiones sobre el futuro urbanístico de
esa zona a que en sus decisiones respeten e integren con rigor e imaginación el paisaje
urbano y el patrimonio industrial y la obra pública heredada de nuestro pasado.

AVPIOP-IOHLEE
Bilbao, a 17 de Febrero de 2011.

 

Javier Puertas
Presidente/Lehendakaria