A los muchos problemas del mundo rural (envejecimiento, despoblación, peores servicios…) se añade ahora el de los incendios y es que, como suele decirse, “a perro flaco todo son pulgas”.
Las noches veraniegas en los pueblos se prestan a las reuniones y charlas vecinales, antiguamente se llamaba “salir a la fresca”, y estos temas surgen continuamente. Mi buen amigo y agricultor, Martín de Unssi, hombre inteligente, aunque siempre echa en falta haber podido estudiar más años, que ha conocido la siega a mano y ahora utiliza las modernas tecnologías, es capaz de resumir brillantemente todas las dudas y opiniones que circulan por el pueblo. Estos son algunos de los comentarios que se hacen en nuestro pueblo, San Martín de Unx:
a) Durante muchos años se ha despreciado al habitante rural. Eran los aldeanos, los paletos etcétera y, aunque hoy ya ha cambiado, la herencia que ha dejado ha sido muy negativa y ha favorecido el abandono de nuestros pueblos.
b) Si se habla de una pugna ciudad-pueblo, entiende Martín de Unssi que, a pesar de la globalización que llena las ciudades y vacía el campo todavía más, es la ciudad la que depende más del campo, que al revés. Todas las grandes infraestructuras necesarias para la vida urbana se encuentran en el medio rural: saltos de agua, centrales eléctricas, parques eólicos o solares, vertederos, embalses, etcétera y el medio rural no recibe su justa compensación. Por ejemplo, por San Martín de Unx pasa el gaseoducto, pero el utilizado en el pueblo es el GLP, que es más caro. En la sierra de Guerinda se instaló hace ya más de 25 años, el que era el mayor parque eólico de Europa, pero ¿qué aporta a los vecinos? Contribuimos a generar energía limpia, sufrimos los impactos de las instalaciones, pero pagamos la energía al mismo precio y no se ha generado ningún empleo ni asentado población en la zona.
c) Están siendo muchas las opiniones que van a enfrentar a ecologistas con el medio rural por el cuidado de los montes y el abandono de muchas zonas agrícolas y ganaderas. Esperemos que no acabe como en las películas del oeste las pugnas entre ganaderos y agricultores. Algunas opiniones que se han divulgado por el Estado van en esa dirección; pero de lo que se trata es de llegar a un acuerdo entre un ecologismo, que cada vez se ve más necesario, y una actividad primaria, que siempre ha sido y seguirá siendo necesaria. Y no podemos olvidar que, en general, los agricultores son los más interesados en mantener un buen medio ambiente y así lo han hecho, en general, durante años y generaciones.
d) Los agricultores no terminan de entender las subvenciones. Quieren que se les pague por sus productos lo que valen; incluso muchos no acaban de comprender una PAC, que no está muy claro a quién beneficia. Es probable que, después de los incendios de este verano, se aborden actuaciones para proteger el territorio, entre otras el fomento de la ganadería extensiva, que se terminen subvencionando. Me dice Martín de Unssi que si es por protección del medio ambiente, y éste es para toda la Comunidad, debe ser retribuido con su justo precio por el trabajo realizado. La subvención genera precariedad y una sensación de cierta inferioridad.
e) Apunta Martín de Unssi la contradicción que ve en la actuación de las diferentes administraciones con su apoyo a los pequeños pueblos en su lucha contra la despoblación y la actuación práctica, por ejemplo, en materia de vivienda. Mantener la vida en los pueblos requiere una política de vivienda totalmente diferente que en el entorno urbano, ver los problemas y analizarlos bajo otro punto de vista. Es preciso facilitar la recuperación de las múltiples viviendas vacías con otros criterios. En caso contrario conseguiremos tener unas maravillosas ruinas en unos pueblos abandonados. Si además en la comarca de Pamplona es el único lugar donde se construye (Etxabakoitz, Donapea…) ¿dónde obligamos a vivir a los jóvenes? ¿No constituye una verdadera contradicción apoyar al mundo rural y construir en Pamplona?
f) Comenta Martín de Unssi que tras los incendios se ha manifestado la buena voluntad de nuestros dirigentes, que rápidamente han acudido a los pueblos afectados y escuchado a sus habitantes, pero observa la dificultad para adoptar medidas rápidas. Los problemas extraordinarios e imprevisibles requieren soluciones rápidas e imaginativas y nuestra administración no es capaz de dar estas respuestas. Daniel Innerarity habla de la democracia y sociedad complejas y nuestra administración no se ha adaptado a esta realidad. Con ordenadores e internet, continua con mentalidad decimonónica.
g) Dice Martín de Unssi que, en la visita que, tras el incendio, realizó la consejera de Desarrollo Rural y Medio Ambiente a San Martín de Unx, se comentó la conveniencia de organizar una jornada sobre las actuaciones a desarrollar para la protección de los pueblos, los cultivos y el medio ambiente en la que participaran todos los actores involucrados y se le sugirió no realizarla en la capital, sino en alguna localidad afectada para lo que se ofreció San Martín de Unx. Constituiría una pequeña demostración de apoyo al mundo rural.
Termina el bueno de Martín de Unssi comentando la dificultad del mundo rural para subsistir, pero sin dudar que el esfuerzo de muchas localidades, como el que se lleva a cabo en San Martín de Unx, va a contribuir a este objetivo.
Por eso repite San Martín de Unx: Vívelo, bébelo, ¡siéntelo!
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