Denominación de los territorios vascones desde el punto de vista castellanohablante

Síntesis de este artículo.

1 Castilla, tras conquistar la Navarra occidental, es decir tras subyugar a Bizkaia, Araba y Gipuzkoa (año 1200), no podía llamar NAVARRA a aquellos territorios porque aún quedaba una Navarra independiente.

2 Y los habitantes de Castilla empezaron a diferenciar llamando vascos o “bizcainos” a los del territorio conquistado, y siguieron llamando navarros a los independientes. Hoy en día, y según la visión del que solamente habla en castellano, se sigue haciendo la diferenciación.

3 Olvidado nuestro euskara y al hablar en castellano (influenciados por el punto de vista de este idioma) hasta nosotros mismos (sin darnos cuenta) hacemos esa distinción que es fratricida y autodestructiva.
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El lenguaje, expresión de lo que se piensa.
El lenguaje humano es la forma de expresar el pensamiento. Los que dominan varios idiomas tienen claro que cada uno de esos idiomas que han aprendido contiene puntos de vista propios y exclusivos para denominar y explicar el mundo que les rodea.

Las frases hechas, los sobrenombres, apelativos, conceptos y refranes que cada idioma maneja, la manera de ver a “los otros” pueden ser distintos en cada habla, pues cada idioma está elaborado desde óptica y vivencias diferentes.
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Cómo nos ven.
Limitándonos a lo nuestro, los de fuera suelen mantener hacia nosotros tópicos de toda clase. Me abstendré de mencionar los estereotipos negativos y diré que nos ven como gente que come mucho, que levanta piedras enormes, que corta troncos, que habla una lengua ininteligible.

Cómo nos vemos. Qué tenemos en común.
Nosotros los euskaldunes (hablantes del euskara) para referirnos a quienes hablan otro idioma diferente que el euskara lo calificamos de erdaldún (media lengua)… o de koko… o de pardixe….

Mirándonos a nosotros mismos podemos definirnos como un pueblo con un habla (el euskara) y unas costumbres determinadas e idénticas: las costumbres o fueros que rigen la vida familiar, la casa, la forma de testar, el mayorazgo, la heredad indivisible, etc. Formas distintas de lo que es el Derecho Romano.
Tenemos una mitología común (Jaunagorri, Mari, Basajaun, Herensuge, lamias, intxixus, etc), como comunes son nuestro folklore, danzas, juego de pelota, los deportes rurales, el bertsolarismo… las canciones nacidas desde el euskara…

 

En cuanto a la cooperación colectiva, ahí está la manera de organizarnos desde antiguo para hacer trabajos en común (auzolán), en la celebración de batzarres (asambleas vecinales) para regir concejos municipales, anteiglesias, valles y hermandades. Modos que han pervivido siendo parte del Fuero o costumbre multisecular de organizarse tanto en el territorio de la actual Comunidad Foral de Navarra como en las zonas del territorio vascón que Castilla y Francia ocuparon.

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Seguidamente voy a tratar de explicar el motivo (a mi entender) por el que desde la lengua castellana se establece una división entre vascos y navarros.

Comencemos por nosotros mismos.

En nuestro caso y desde dentro del mundo de los hablantes del euskara no hay distinciones territoriales. Todos los hablantes, sean del territorio que sean, son euskaldunes (euskaldunak). Desde la perspectiva de un hablante del euskara, el territorio donde viven los euskaldunes es Euskalherria (la tierra, el pueblo del euskara) territorio por el que ampliamente se extendió el reino de Navarra.

Euskalherria es la tierra, los territorios donde se habla euskara. Navarra el nombre del reino que abarcó a los vascones. Los distintos reinos europeos contemporáneos del nuestro consideraron a todos los que vivieron dentro de la territorialidad que en cada momento tuvo el reino de Navarra como navarros.
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Tras la ocupación foránea comienza el retroceso del euskara en su propia tierra.
Desde el momento en que se olvida el idioma propio y se comienza a hablar en castellano o en francés, el nativo va tomando inconscientemente el punto de vista que estos idiomas dominantes tienen respecto a nosotros mismos.

Breve repaso histórico.
Hoy hay quien nos pregunta eso de “Vasco, ¿cómo se llama tu país?” “¿Eres navarro o vasco?”. (Por supuesto que nos lo preguntan en castellano, o francés).
Y nos aturden para que elijamos entre un montón de nombres que generalmente sólo son los nombres que los de afuera, y desde su perspectiva, nos han dado y nos siguen dando.
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Según los estudiosos, las palabras “vascón- Vasconia” con las que nos bautizaron los foráneos proviene del vocablo euskérico “eusko”. La palabra “Aquitania” posiblemente también venga de auski, posible variante de eusko.
Gascuña también es una palabra derivada de Vasconia. Así mismo, el nombre del idioma romance de esa región, el gascón, proviene de la palabra vascón.

Así nos vieron los romanos.

Como es sabido, la territorialidad vascona que reconocen los geógrafos romanos abarcaba el territorio de la actual Navarra hasta el Cantábrico, margen derecha del Ebro y desde las cercanías de la ciudad de Salduba (actual Zaragoza) hasta la Jacetania.
Hacia el oeste se extendían las tribus también vasconas de várdulos, caristios y autrigones.

Al norte, los romanos distinguieron la Aquitania como tierra distinta y de población distinta a las de las Galias.
Es interesante resaltar las numerosas aras y estelas con inscripciones de época romana en las que aparecen nombres euskéricos tanto en Aquitania como en la zona de la actuales Tierras Altas de la Cordillera Ibérica de las actuales Soria y La Rioja.

Así nos vieron godos y francos

Ya en tiempos del dominio de los francos al norte y de los godos por el sur, la denominación “vascones” (ojo, que estamos hablando de cómo nos denominan, de como nos veían los de fuera) tiene una amplitud mayor que la que describe Roma: abarca desde todo lo largo del Garona hasta el Ebro incluyendo también las tierras de las actuales Gipuzkoa, Bizkaia y Araba.

Las fuerzas vasconas de este amplio territorio mantuvieron a raya a los francos, por el norte, y a los godos por el sur, lo que supone que hubo una organización estable vascona que iba consolidando un poder propio. (Ver aquí).

Es entonces, en tiempo de los francos (unas veces supeditado a ellos, otras veces independiente) cuando comienza a funcionar el Ducado de Vasconia.

Los vascones independientes son conocidos como “nabarri”

El imperio carolingio siguió denominando vascones (wascones) a los que todavía tenía bajo su dominio.
Al mismo tiempo, comenzó a llamar “navarri” a los vascones que se constituyeron en reino independiente en tiempos de Iñigo Arista.

 

Así nos vieron los árabes.

Los textos en árabe del poder musulmán en la península Ibérica siguieron llamando “baskunis” a los habitantes del incipiente pero no pequeño Reino de Pamplona. Ellos advirtieron que hablábamos en “al baskiya” que les era incomprensible.

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Y así llegamos a finales del siglo XII y principios del XIII. Tiempos en que fueron desgajados del reino de Navarra territorios que todavía eran esencialmente monolingües en euskara.
Llegados a este punto, mencionemos que Navarra, mientras fue reino independiente, siempre reivindicó los territorios perdidos (Ver aquí)
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Para Francia “le Pays Basque” es solo una porción de uno de sus Departamentos.

Cuando un parisino o un marsellés oye las palabras “Pays Basque” la imagen que les viene a la memoria es la de los territorios que nosotros llamamos Iparralde que para ellos solo es un pedazo del Departamento de los Pirineos Atlánticos.

Denominación de los territorios vascones desde el punto de vista castellanohablante.

Es sabido que desde el siglo XII el inicial reino de Pamplona (llamado de Navarra a partir de 1134) fue perdiendo territorialidad. En el caso peninsular a manos de Castilla.

Bien, pongámonos en el punto de vista de un castellano. De un natural de Castilla que quiere referirse a los habitantes de esas tierras recién arrebatadas a Navarra.

El idioma del territorio arrebatado a Navarra, origen del nombre que se le da en Castilla

A partir de la invasión y ocupación de esos territorios hasta entonces navarros, ningún nacido en Castilla osará referirse a esos territorios llamándoles Navarra porque todavía existía una Navarra que, aunque empequeñecida, seguía siendo un reino independiente y distinto a Castilla.

Desde esa premisa, los castellanos denominarán a los habitantes de esos territorios que hasta entonces eran Navarra bajo un tamiz lingüístico: a todos les llaman “vizcaínos” y al euskara le llamarán “vizcaíno” también.
Todo por haber sido aquel territorio (Bizkaia, sin el Duranguesado) el primero en caer bajo la órbita del reino mesetario.

Hay mapas editados en Europa en el sigilo XVIII en que la palabra “Biscaia” abarca a Araba, Gipuzkoa y la misma Bizkaia. En este post podéis ver dos muestras. Si os fijáis en los mapas, Biscaya también ocupa gran parte de las actuales Cantabria y Rioja.

Como nos veían el los territorios de la Corona de Aragón.

Si desde Castilla se llama vizcaínos a los vascohablantes, en los territorios de la Corona de Aragón a todos los vascohablantes en general se les solía conocer como navarros.

Al final, el poder está en la corte de los Austrias y luego en la de los Borbones.
La literatura, el habla y el pensamiento que se impuso finalmente es el del castellano y su forma de pensar e identificar.
Y en Aragón ganó el imaginario castellano y se perdió esa forma de identificar a todos los vascoparlantes como navarros.

Desde el poder surgen las palabras “Vascongadas” y “País vasco” diferenciándolas de Navarra.
En el siglo XVI el territorio de la actual Comunidad Foral de Navarra (núcleo principal de la Vasconia que mencionaron los romanos, godos y mahometanos) era el más poblado de Euskalerria.
Durante el siglo XVI, más del ochenta por ciento de su población era euskaldún, es decir vascoparlante. Navarra era el territorio con más euskaldunes. Ver aquí.

Hasta el siglo XVII en la administración (que siempre funcionó en romance y luego en castellano) se emplearon las palabras “vascongado” (del latín “vasconicatus”) como sinónimo de vascoparlante o relativo a la lengua vasca y la de “romanzado” (del latín “romanicatus”) que significaba hablante de lengua latina.

 

Pues bien, a partir del siglo XVIII desde el punto de vista castellano, las tierras arrebatadas a Navarra en las que el idioma predominante era el euskara (las tierras en la que viven los alaveses, guipuzcoanos y vizcaínos) comenzaron a ser mencionadas como “vascongadas”.

Para un castellano, “las provincias vascongadas” sólo son los territorios de habla vascona en poder castellano.
Navarra tras quedar sometida a Castilla en 1512-22 jamás tuvo rango de provincia castellana, sino de reino diferente.
Las otras tres provincias siguieron siendo para Castilla sus provincias vascongadas”: Un cacho “de Castilla” donde hablan en vascongado.

Le Pays Basque

En el siglo XIX los franceses comenzaron a denominar como “Pays Basque” a las tierras de habla vasca que están bajo su dominio (Lapurdi, Basenafarroa, Zuberoa)

Miméticamente el poder español, heredero del poder y del pensamiento castellano, comenzó a llamar “País vasco” a las tres “provincias vascongadas” que en su tiempo fueron desgajadas de Navarra. Eran el “único país vasco” existente “dentro” de la corona de Castilla.
Navarra siguió siendo reino (subyugado, pero reino) hasta 1841.

En resumen:
Espero que quede claro que (según mi opinión) los distintos nombres que he mencionado fueron expresados para referirse a “las tres provincias vascongadas” y que dichas denominaciones nunca fueron elegidas por los respectivos territorios sino por el poder de quien los invadió, desgajó y los tuvo separados del reino de Navarra.

Inicialmente y desde la perspectiva de un castellano Araba, Gipuzkoa y Bizkaia no son Navarra desde el momento que caen en la órbita de Castilla.
El segundo paso desde el lenguaje castellano fue identificar como “los vascos” a los habitantes de esas tierras. O sea “a sus vascos” los únicos vascos supeditados a Castilla.
Así que desde la óptica del habla castellana, sólo son vascos “sus vascos” o sea los habitantes de esos tres territorios.

 

Al día de hoy no ha cambiado el modo de ver desde el castellano. Solamente siguen llamando vascos a los de los tres territorios separados por conquista de su matriz que es Navarra.

Y se maravillan de que en Navarra, la antigua Vasconia, se siga hablando vasco…

Lo grave del asunto es que cuando nosotros mismos hablando en castellano, seguimos la lógica castellana llamando “País Vasco” o “Vascongadas” a lo que sólo es una parte del territorio total del euskara.
Olvidamos que son parte del antiguo reino de Navarra, territorios desgajados de Navarra y sometidos a Castilla por invasión militar.
No nos damos cuanta que al hablar así aceptamos el punto de vista de quienes nos invadieron y que la conquista está acabando con uno de los últimos reductos que nos quedaba: nuestro mismo pensamiento.

Conflicto denominativo.

Actualmente, al sur del Pirineo, bajo los nombres oficiales de “Comunidad Autónoma Vasca” y “Comunidad Foral de Navarra” funcionan dos entidades administrativas distintas que por muy entes autónomos que sean, están supeditados al estado español y a su constitución.

 

El nombre oficial de ambas Comunidades sigue estando supeditada al viejo imaginario de la lengua castellana, a la que ahora denominan español.
Ambas comunidades son (según la legalidad actual del Estado, según sus élites y según los partidos políticos estatales) dos entes distintos cada uno con su nombre.
Por lo tanto desde el poder estatal, y sus medios de comunicación, tratarán de que los de una comunidad no se consideren navarros y los de la otra no se consideren “vascos”.

En cambio, ni nuestra historia ni el estatus actual son resultado de la evolución natural de los habitantes de los territorios que abarcó el reino de Pamplona y Navarra, sino resultado de la imposición ejercida tras sucesivas invasiones que lo fueron mutilando hasta hacerle desaparecer de entre los estados y reinos soberanos de Europa.

Nuestra historia es silenciada y si se habla de ella, generalmente se explica sujeta a la versión y a la perspectiva del lenguaje de quienes nos sometieron.

De ahí que es importante que, incluso en el lenguaje, sea el punto de vista navarro el que prevalezca entre nosotros.

De ahí que es tan importante saber nuestra historia y el origen del distingo nominativo que hicieron y hacen desde el habla castellana cuando se refieren al territorio de nuestras actuales comunidades (CFN y CAV).

De ahí que sea tan importante la aportación de esa nueva generación de investigadores que van descubriendo y sacando a la luz nuevos datos.

Por eso es tan importante descubrir que el reino de Navarra fue defendido por castillos situados en esos otros territorios que también fueron Navarra.
Por eso es importante conocer lo que va saliendo de nuestros archivos sobre la historia del euskera. Todo ello, porque son historias que anteriormente jamás nos contaron y que necesitamos saber.

¡A desconquistar!

Se utiliza la palabra “desconquistar” para definir al proceso mental que nos haga pensar desde nosotros mismos, es decir desde la perspectiva de que tuvimos un reino propio, nuestro, de los vascones (el reino de Navarra).

Reino o estado que fue desgajado en trozos por fuerzas ajenas y al que no se le dejó ser tras siglos de existencia independiente.

Para podernos desconquistar, lo primero que hay que romper son esas barreras mentales entre las cuales tenemos infiltrada esa visión desde la perspectiva del habla castellana que hoy hemos intentado explicar.
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