Foto: Teodoro Rada |
El periódico “Crónica de Badajoz” del 18 de enero de 1873 en su página 2 dice que:
“Rada pasó por San Martín de Unx, Ujué y Olite y se llevó no solo los dineros de la contribución sino también el de las bulas y cuenta que hay quien dice que Rada ha vivido largo tiempo con el canónigo Manterola y que se llevó de Olite 41.000 reales recogiendo además nueve caballos a igual número de vecinos”..
La Esperanza periódico monárquico, martes 11 de febrero de 1873
NOTICIAS CARLISTAS 1873
Ujué 2 de Febrero de 1873.
Sr. Director de LA ESPERANZA.
Muy señor mío: Como de este pueblo no se acordará nadie de comunicarle nada, y todo es necesario que se sepa, he tomado la pluma para darle noticias de lo ocurrido, que es lo siguiente:
El jueves, día 30 del mes de Enero, se presentó Rada con su partida, compuesta de infantería y caballería, perfectamente armada y equipada y uniformada, pero especialmente la última.
Llegó sobre las ocho de la noche. Sus soldados muy contentos, animados y llenos de regocijo daban gritos a España, a Carlos VII y a la Religión.
Los vecinos del pueblo disfrutaban también de la misma alegría e hicieron todo cuanto estaba de su parte por obsequiar a sus huéspedes. Y después que aquellos cenaron se retiraron a descansar unos, mientras otros se divertían cantando y bailando con las muchachas del pueblo.
Al día siguiente, cuando tocaron a misa de alba, se veían las calles llenas de gente. Desde el jefe hasta el último soldado subían presurosos a oír misa, y encomendarse a la Virgen Santísima de Ujué para que les protegiese. Después cobraron la contribución, y se marcharon sin molestar a nadie.
A eso de las 3 de la tarde apareció una columna amadeísta que iba en persecución de los carlistas, se racionó y quedó en el pueblo, y a la mañana siguiente se marchó por el mismo camino que el día antes habían emprendido los carlistas, cuando a eso de las nueve y media se presentaron otra vez los carlistas en el pueblo.
Los carlistas, a su vista, subieron a un alto cercano, se desplegaron en guerrillas, y les presentaron el ataque, al cual no quisieron responder los amadeístas que se retiraron. Entonces los carlistas corrieron al otro lado del pueblo, y viendo a los italianos prudentemente; se retiraron por otra parte, dejándoles con las ganas de disparar unos cuantos tiros.
Viendo los carlistas que nada podían hacer, se marcharon sin entrar en el pueblo a instancias de la gente de Ujué, que con las lágrimas en los ojos les suplicaban que se marchasen para no comprometer al pueblo, como así lo hicieron tomando el camino de Murillo, de donde según noticias han sacado algunos caballos y dinero, así como de Carcastillo y Santacara.
Convencidos los italianos de que ya no había peligro entraron en el pueblo apuntando a cuantos sin distinción de sexos ni edades encontraban, por las calles, rompiendo las puertas que encontraban cerradas.
Después cogieron presos al señor párroco y tres sacerdotes más, a los cuales sacaron por la tarde, reteniendo al primero hasta las nueve de la noche.
Esta mañana se han marchado los italianos y han dado orden de que no se toquen campanas, de manera que la mitad de la gente se ha quedado sin misa.
Una carlista.
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Murió en el hospital de Santurce el 30 de marzo de 1874 tras ser herido por una esquirla de granada en Somorrostro,
Tafalla 13 de mayo de 1875.
Llegó tan a punto que pudo impedir que se llevasen hacia Lumbier las raciones que tenían pedidas los facciosos (los carlistas) recogiendo al mismo tiempo más de cien cabezas de ganado vacuno y no menor de lanar”.
Fue uno de los 24 supervivientes de la célebre matanza que hicieron los carlistas en Cirauqui el 13 de julio de 1873.
Ingresó en la Guardia Foral navarra y a lo largo de toda la guerra acometió una acción continua teniendo como superior al general Moriones.
Una prueba manifiesta de la crueldad de esta guerra son las acciones del cojo de Cirauqui y las represalias con que respondió el general carlista Mendiry.
El general Mendiry dirigió al general Moriones una carta fechada el 6 de diciembre de 1874 donde le pedía que le entregase preso a Tirso Lacalle por haber fusilado fríamente a dos soldados carlistas en Murillo el Cuende.
Si no le entregaban a Lacalle, el general Mendiri amenazó con fusilar (y fusiló) a cuatro guiris prisioneros.
En el mes de enero de 1875 Tirso Lacalle volvió a cometer parecidas acciones en Larraga y en el camino de Miranda de Arga.
En esta ocasión, el liberal José López de Goicoechea consiguió que Mendiry no fusilara prisioneros en represalia.
Meses más tarde (29 de marzo de 1875) El cojo de Cirauqui pasó por las armas a ocho carlistas en San Martín de Unx tras conseguir que se rindieran bajo promesa de respetarles la vida.
El general Mendiry volvió a pedir que se le entregara Lacalle. Al no accederse a esta demanda, el día 7 de abril este general carlista fusiló en Estella a ocho prisioneros liberales, sorteados entre otros muchos, como represalia a lo efectuado por el cojo.
El cojo de Cirauqui acabó la guerra con el grado de capitán de caballería. El general Moriones fue destinado a Filipinas y Tirso Lacalle le acompañó llegando a ostentar cargo de orden publico, permaneciendo allí durante dos años.
Posteriormente Tirso Lacalle desempeñó diversos destinos fijándose en Valtierra en 1893. Casó con la viuda del general Moriones y participó, como liberal, en la Asamblea de Tafalla de 1917.