Crecen alarmantemente las emisiones de CO2

Según un estudio publicado por la Academia de Ciencias de Estados Unidos, entre 2000-2004 y a nivel mundial, las emisiones de CO2 han crecido a una velocidad tres veces más rápida que la conocida durante los años 1990. En general, la tónica es no hacer nada para reducir estas emisiones. Así, salvo excepciones, tanto los países desarrollados como los de en vías de desarrollo no mostraron ningún progreso en cuanto a reducción de gases de efecto invernadero se refiere.

Durante este periodo, la tasa de crecimiento de las emisiones de CO2 fue de un 3,1% anual acumulativa, frente a la tasa de crecimiento del 1,1% conocida en la década anterior. Estos aumentos suponen lo contrario de lo que deberíamos haber hecho. Nuestra tarea lógica y sensata debería haber mejorado nuestros niveles de ahorro y eficiencia energética, incrementado el uso de las energías renovables y reducido progresivamente el consumo de hidrocarburos fósiles como las gasolinas y los gasóleos.

Sin embargo, la triste realidad es que durante este periodo se ha constatado que ninguna región mundial hizo nada por descarbonizar su suministro de energía. Luchar contra esa dominante y peligrosa característica humana que resulta de la mezcla entre hipocresía, avaricia y estupidez, se ha convertido en el principal reto que tenemos en frente los seres humanos.

Poco importa si el panel de expertos sobre el clima nos advierte seriamente sobre los peligros derivados del calentamiento global. Las emisiones de CO2 -causante principal del cambio climático- siguen aumentando y cada vez lo hacen a mayor velocidad. El estudio constata que en muchas zonas del mundo, estamos yendo hacia atrás como el cangrejo. Euskadi es un ejemplo más de lo los países desarrollados que debemos contribuir con el ejemplo no deberíamos seguir haciendo.

Otra mala noticia es que el crecimiento de las emisiones globales de CO2 está siendo más rápido que los escenarios peores propuestos por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC). La tasa de aceleración de las emisiones de dióxido de carbón se debe al consumo de energía creciente y a la utilización de hidrocarburos para producirlo.

También influye que hayan aumentado la población y el PIB mundial y el hecho de que continuamos con un nefasto modelo de crecimiento económico tan asociado al consumo de energía y al despilfarro de bienes. La aceleración de las emisiones de CO2 está siendo mucho mayor en los países en desarrollo con economías en auge como es el caso de China, donde esta subida refleja el crecimiento del PIB per cápita. Los países en vías de desarrollo contribuyen aproximadamente con el 40% de las emisiones totales, pero son responsables de la mayor parte del crecimiento en emisiones de dióxido de carbón, entre 2000-2004 y seguirán haciéndolo ya que todavía emiten ocho veces per cápita menos que nosotros.

En 2004, casi tres cuartas partes del crecimiento de las emisiones provinieron de los países en vías de desarrollo del mundo pero representan el 80% de la población mundial. Los países desarrollados, incluyendo la ex Unión Soviética, contribuyen con el 60% de las emisiones totales, aunque los países ricos somos responsables del 77% de las emisiones realizadas desde la revolución industrial.