Durante el mes de agosto y comienzos de este mes de septiembre, por primera vez en la historia, dos cargueros alemanes han navegado con éxito desde el Pacífico al Atlántico, a través del Océano Ártico. Lo han hecho siguiendo la costa norte siberiana que, hasta este año, siempre había estado cubierta de hielos.
Los dos barcos partieron de Corea del Sur para dirigirse al puerto ruso de Vladivostok y, desde dicho puerto, enfilaron rumbo hacia el Estrecho de Bering para doblar hacia el oeste por el cabo Dezhneva y seguir caboteando, sin la ayuda de barcos rompehielos, por toda la costa norte de Siberia hasta entrar en el Océano Atlántico y, una vez allí, dirigirse hacia el mar del Norte.
Los dos buques mercantes, que fueron capaces de realizar este viaje por el legendario Paso del Nordeste, pertenecen a la naviera alemana Beluga Shipping GmbH —nombre que lleva en honor de la famosa ballena beluga del Ártico. Los buques pudieron realizar la navegación gracias a la reducción de la capa de hielo polar, como consecuencia del calentamiento global.
Niels Stolberg, presidente de la compañía naviera alemana, manifestó que se sentían muy orgullosos y encantados de ser la primera compañía marítima occidental que hubiera transitado con éxito por el legendario Paso del Noreste, lo que le permitirá entregar una carga sensible de módulos de maquinaria pesada en el puerto holandés de Rotterdam.
El carguero ‘Beluga Fraternity’ y su compañero, el carguero ‘Beluga Foresight’ salieron del puerto ruso de Vladivostok, donde habían recalado varios días. Llevaban fundamentalmente carga que habían recogido en Corea del Sur con rumbo a Holanda. Hace unos seis días, echaron ancla en el puerto siberiano de Yamburg, antes de iniciar sus últimas singladuras hasta el puerto de Rotterdam.
La ruta del Paso del Nordeste recorta 4.000 millas náuticas —7.400 km— frente a las 11.000 millas náuticas que representa el recorrido habitual por los barcos que vienen del Pacífico, rumbo el mar del Norte, a través de la ruta del Canal de Suez. De este modo, la naviera Beluga, gracias a este nuevo rumbo, ha obtenido un ahorro sustancial de combustible fósil y su consiguiente reducción de emisiones de CO2.
La gran tragedia es que todas estas ganancias pueden convertirse rápidamente en ‘víctorias pírricas’ porque serán a costa del calentamiento global y de un irreversible cambio climático con consecuencias graves para la vida del planeta.
La compañía tenía autorización de las autoridades rusas para que sus barcos cargueros fueran los primeros barcos comerciales, no-rusos, que navegaran a través de la ruta del Paso de Nordeste, durante los meses de agosto y septiembre.
En el pasado, submarinos y rompehielos rusos habían utilizado esta ruta pero no ha sido, hasta este año, cuando ha quedado abierto al transporte marítimo comercial sin necesidad de utilizar rompehielos. La dificultad de otros años se debía a que habían muchas áreas del Paso del Nordeste que aún tenían grandes placas de hielo que impedían la navegación.
Sin embargo, este año no ha sido así y los cargueros alemanes aprovecharon la ocasión para navegar con éxito a través del Océano Ártico de las costas siberianas .
El verano pasado, imágenes de satélite revelaron que el hielo cada vez era menos espeso y se estaba derritiendo muy deprisa y que, de seguir con el calentamiento global, existían grandes probabilidades de que este año se abriera en los hielos un pequeño corredor que podría permitir la navegación comercial por el Paso del Nordeste, como así ocurrió
El año pasado, la naviera alemana Beluga manifestó el deseo de que sus barcos situados en el Océano Pacífico con rumbo al Atlántico, navegaran a través de la ruta del Paso del Nordeste durante el verano. Los datos de este año eran buenos y, en este sentido, las previsiones acertaron plenamente.
Durante un periodo de tiempo que podría oscilar entre seis y ocho semanas, durante todo agosto y parte de septiembre, se preveía que se podría producir el deshielo total del Paso del Nordeste. Ello ocurriría cuando las temperaturas de la región ártica alcanzaran los 20ºC o más, suficiente como para abrir un corredor a través del hielo.