Año 778, entonces aparecen los Nabarros (I)

El pueblo del euskara, Euskal Herria, sabemos que somos vascones desde la conquista romana. Un nombre gentilicio que los conquistadores latinos aplicaron a las gentes que ocupaban la cubeta del Iberus Flv., HERRIBEHERA, al que su geografía de ocupación colonial denominó como AGER VASCONUM. Por encima, hasta las montañas, situaban el SALTUS VASCONUM, un territorio que comprendía los valles altos de AUÑAMENDI, BORTUETA, su Pyrenæus latino.

En un tiempo de confusión inducida por el constructo latino resulta que vascos parece que sólo somos las gentes de un territorio periférico occidental y los originarios vascones han pasado a ser NAVARROS, con V bien marcada. En el siglo pasado se acuñó un nuevo gentilicio propenso a seguir confundiendo la realidad antropológica con la doctrina del divide y vencerás. Así fue como mi abuelo paterno, nacido en Biana, era vasco-navarro y, yo mismo, tengo que reconocerme bien como vasco, o bien optar elevando el listón para afirmar con coraje (junto a Mikel Sorauren y otros nabarros) que NABARRA ES EL ESTADO DE LOS VASCOS. Pero, ¿desde cuándo entran en la historia de Euskal Herria los navarros como gentilicio? Y, ¿por qué se escribe con /V/ si en origen los cronistas del siglo VIII escribieron nabarri, con /B/?

La fecha del año 778 está señalada en la historia por la expedición de Carlomagno, al frente de un poderoso ejército, dirigiéndose a Cæsaraugusta. En la primavera del año 778, después de superar las cumbres de AUÑAMENDI, BORTUETA, Pyrenæus, Carlomagno se apoderó de IRUÑA, Panpelvn. El itinerario descendente desde IRUÑA hacia Medina Saraqusta (Zaragoza), debía seguir por Olite, HERRIBERRI, paso obligado de los carolingios, atravesando el territorio de los Banu Qasi.

Las crónicas de este tiempo son muchas. En los Annales Regii (año 778) se dice: Carlomagno entra en Hispania por dos caminos diferentes; él mismo llega a Zaragoza pasando por Pamplona, mientras otro ejército, con soldados de Burgundia, Austrasia, Baviera, Provenza, Septimania y Lombardía, se le unen en Zaragoza. Carlomagno recibe rehenes de Ibinalarabi, Abutauro y otros sarracenos (Ibinalarabi et de Abutauro et de multis Sarracenis), destruye Pamplona (Pampilona distructa), somete a los hispanos, wascones, y también a los nabarros, y se vuelve a Franconia (Hispani, Wascones sugiugatos et etiam Nabarrii, reversus in partibus Franconiæ). Los textos reconocen un itinerario inequívoco de Carlomagno con el grueso de su ejército, mientras el segundo cuerpo de su armada hacía la tenaza entrando en la Península por los Pirineos-Orientales.

La crónica cita a Hispani, Wascones y Nabarri, tres gentilicios que definen por su lugar de origen a un conjunto de personas que forman colectividades diferenciadas para el historiador franco. Son gentilicios bien definidos. Primero sitúa a los Hispani, en el territorio más oriental de la Girona mediterránea por donde avanzaron las tropas de refuerzo; luego lleva su referencia al camino principal recorrido por Carlomagno a través del país de Wascones y Nabarri, por donde en sentido inverso regresará a Franconia. Para el cronista franco estaba claro que los vascones estaban localizados en la región septentrional de AUÑAMENDI, BORTUETA, Pyrenæus. La Vasconia que los nietos de Carlos Martel habían reducido, desde el LOIRA hasta la cuenca del río DORDOÑA en el año 769, era sabido que tenía su continuidad en la Península. En el pensamiento germano del cronista carolingio los Hispani eran otras gentes, pueblos situados en territorios más orientales limítrofes con el mar Mediterráneo.

El itinerario descendente de Carlomagno en su dirección hacia Zaragoza forzosamente tuvo que atravesar el territorio de los muladíes Banu Qasi. Era «el territorio de la gran llanura próxima a los montes», NABA HERRI, NABARRI, como corresponde al pensamiento original de las gentes de Euskal Herria. Sin otra referencia que la expresión propia del euskara, los cronistas francos difícilmente podrían haber recogido el gentilicio que identificaba a sus habitantes como nabarri. Sin duda, una identidad facilitada por los rehenes musulmanes, población autóctona islamizada. Gentes que hablaban la lengua funcional, el euskara de la población indígena de HERRIBEHERA, propio del legado histórico de un idioma normalizado entre las comunidades de la gran cubeta del IBAIBEHERA. Sin duda, con expresiones de la lengua espacial, manteniendo la continuidad léxica de las descripciones toponomásticas, pensamiento vivo que se expresaba en euskara con la lengua funcional de los muladíes islamizados.

En el territorio de HERRIBEHERA propio de los nabarri, Carlomagno no encontró resistencia a pesar de que los Banu Qasi, maulas de los Omeyas, mantenían su fidelidad al emir Abd al-Rahman de Córdoba. Ni en la historiografía de las fuentes carolingias, como tampoco en las crónicas musulmanas, existe reseña alguna que contemple algún choque en territorio de los muladíes. Sin embargo, es con la relación espacio-temporal del contacto de los francos con los muladíes donde se da, por primera vez, la aparición en las crónicas francas del apelativo nabarri. Se refiere a las gentes del siglo VIII, habitantes del AGER VASCONUM, aspecto importante y significativo por lo que representa para la extensión del euskara como lengua funcional en HERRIBEHERA. Esta denominación fue recogida de manera directa por alguien que tuvo contacto presencial con personas de la región mientras Carlomagno se dirigía hacia Medina Sarakusta.

El mismo trayecto tuvo que seguir a su vuelta de Medina Saraqusta (Zaragoza), para dirigirse a IRUÑA/Panpelvn. El itinerario obligado después de su fracasada expedición cuando, Carlomagno, recorrió con un cuerpo de ejército más numeroso al recoger las mesnadas que habían penetrado por Girona. Regreso donde perdió los rehenes recibidos en su viaje de ida, al atravesar NABA HERRI: en aglutinación NABARRI, la «depresión de terreno entre dos vertientes». Con seguridad aquellos rehenes recibidos de Abutauro, cuando bajó de IRUÑA en la primavera, que fueron quienes ilustraron al cronista franco confirmándole su condición de NABARRI, habitantes de la gran cubeta del IBAIBEHERA.

ITINERARIO DESCENDENTE DESDE IRUÑA

» ITINERARIO DE CARLOMAGNO AL FRENTE DE 7.500 GUERREROS DESPUÉS DE CONQUISTAR IRUÑA EN LA PRIMAVERA DEL 778.

۩ Olite, HERRIBERRI, PASO OBLIGADO DE LOS CAROLINGIOS EN SU MARCHA HACIA Medina Saraqusta, Zaragoza

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AÑO 778, ENTONCES APARECEN LOS NABARROS (II)

Jon Nikolas Lz. Ituiño

Como dice J. M. Lacarra (“La expedición de Carlomagno a Zaragoza y su derrota en Roncesvalles”, 1981): Son los “Anales menores”, los que saben más detalles del viaje de Carlos a Zaragoza, a diferencia de los que podemos llamar oficiales. En su trabajo establece con rigor los pasos y el camino que siguió Carlomagno hasta llegar a Saraqusta (Zaragoza). Allí se encontró con las puertas cerradas por la negativa musulmana a cumplir el pacto de Paderborn sellado el año anterior. En resumen, la conclusión de J. M. Lacarra está documentada y es convincente: Un análisis detenido de los Anales carolingios nos permite distinguir tres etapas:

a) Llegada a Pamplona y sumisión de la plaza (et adquisivit civitatem Pampeluna). Después de dejar una guarnición de francos en IRUÑA, Carlomagno siguió el itinerario dirigiéndose con sus mesnadas hacia HERRIBEHERA.

b) Presentación de Abu Tauro a Carlos, entregándole rehenes; han llegado, pues, a tomar por primera vez contacto con los musulmanes. Fue en su descenso hacia el *IBAIBEHERA, Ibervs Flv., wãdĩ Ibru, donde, forzosamente, tuvo que alcanzar Olite, HERRIBERRI, nabarrorum oppidum, plaza fuerte del nabarri musulmán. En esta etapa fue cuando se hizo presente la realidad euskalduna de las gentes que vivían en HERRIBEHERA; gentes del AGER VASCONUM de los romanos, vueltos NABARRI por el pensamiento expresado en euskara. Así es como aparece el gentilicio nabarro unido a la presencia de la autoridad de los Banu Qasi islamizados en la cubeta del *IBAIBEHERA, Ibervs Flv. latino, wãdĩ Ibru árabe.

c) Llegada del ejército de Carlos a las puertas de Zaragoza.

Por el orden en que se recorrieron las tres etapas se confirma una cronología y un trayecto del itinerario inequívoco que siguió Carlomagno tras la conquista de IRUÑA, ciudad donde dejó una guarnición de francos. La importancia de que, por primera vez, el ejército de Carlomagno tomase contacto con los muladíes nabarri cuando avanzaba hacia el IBAIBEHERA demuestra que IRUÑA era ciudad de los vascones. Más abajo, en el inicio de la cubeta de HERRIBEHERA, estaba la ciudad de Olite, HERRIBERRI, nabarrorum oppidum, solar originario de los Banu Qasi. La entrega como rehenes del hijo y el hermano de Abu Tawr al poderoso ejército invasor es la constatación de la alarma y la prudencia de los nabarri ante la evidencia de la fuerza armada de Carlomagno.

Sin el legado histórico del euskara y su valor descriptivo para encontrarnos en la memoria de Euskal Herria, no tendríamos un presente para avanzar hacia un horizonte con futuro. El euskara/eskuara es lengua espacial y documento vivo que arrastra consigo la descripción toponímica, conservando el valor significante en el idioma funcional de Euskal Herria.

Hasta que los euskaldun(es) autóctonos de Herribehera no se hicieron musulmanes en el siglo VIII no existían documentos de las gentes del nabarri (con /B/), en euskara: NABA HERRI, tierra de la llanura, toda la cubeta del gran río de cuyo nombre en euskara, IBAIBEHERA, los romanos sacaron su IBERVS FLVVIVS. Hidrónimo que se utilizó para nombrar toda la geografía de la Península: IBERIA, según reconoce Plinio en sus escritos. Vasconia es el cauce de la historia en la Alta Edad Media ante una Euskal Herria, invisible en las crónicas, mientras se afirma en el euskara/eskuara. La manifestación natural del ESTADO DE LOS VASCOS.

Desde la Europa anterior a la invasión musulmana la identidad fronteriza de Vasconia se destaca como la región de origen del conde Casius; el patriarca de los Banu Qasi de la cubeta del IBAIBEHERA, territorio de los muladíes euskaldun(es). Vasconia se presenta como territorio fronterizo frente al avance carolingio. Frente a la subordinación que nunca existió de Vasconia/Æquitania –según sostiene el juicio de Jules Michelet (1798-1874), creador de la Biblioteca y Archivo General de Francia– cuando dice que fue una lucha desesperada de gentes de la frontera del LOIRA al GARAUNE, que no pudieron resignarse a ser sometidos por los francos: el pueblo (de los vascones o aquitanos) descendiente intacto de las profundidades del neolítico.

NABA HERRI, según el pensamiento expresado en la lengua funcional, nabarri en aglutinación, el territorio donde nació el moro Muza en el año 788, hermano uterino de Eneko Haritza considerado primer rey de Pamplona pero no de Nabarra. El moro Muza era euskaldun aunque su familia Banu Qasi hubiese adoptado la religión del Islam. Como lo eran todas las gentes autóctonas que quedaron bajo la influencia política del emirato de Córdoba.

El exponente más representativo de todos nosotros, los vascos, es la lengua. La conocida expresión Lingua navarrorum figura en el documento del año 1167, conservado en la Catedral de IRUÑA. La entidad de NABARRA es la designación que adoptó el viejo reino de Pamplona con Sancho VI el Sabio, como referencia a la lengua extendida a todos los lugares del nuevo Estado pirinaico.

En nombre de UPN (UNIÓN DEL PUEBLO NAVARRO) Navarra separada de sus hermanas vascongadas es cuestión de Estado, pidiendo que desaparezcan la transitoria 4ª constitucional que sitúa a Navarra en Euskal Herria. ¿Negando la historia creen que puede desaparecer la realidad de un pueblo milenario capaz de mantener su identidad, contra romanos, visigodos y francos en el pasado y en circunstancias de cambios geoestratégicos en el presente?

Los representantes del régimen del 78, herederos de Mola en retroceso, no son tan ignorantes. Cuando se ven tan acosados por su propio desprestigio político y personal no tienen otros argumentos que gritar su españolidad: envueltos en la bandera de Navarra, pretendiendo ocultar que NABARRA ha sido una realidad como Estado europeo, con su unidad territorial, lingüística y política en el pasado. Un Estado que deberá ser lo que la mayoría democrática puede llevar al ejercicio de su soberanía desde el derecho a decidir. Incluso con la opción de reconocer la identidad política de su realidad forjada en el nuevo mestizaje de un pluralismo de respeto a la historia.

Porque, sin duda, los nabarros del presente conocen las palabras grabadas en piedra en el Monumento a los Fueros: gu gaurko euskaldunak… que reclaman la vigencia de Euskal Herria también en el presente.