Adegi y el Puerto de Pasajes

ESTOY cerca de cumplir los 64 años, soy ingeniero industrial y he desarrollado (y lo sigo haciendo) casi toda mi carrera profesional en el entorno de la construcción naval.

Con esos antecedentes, me considero experto en casi nada pese a lo cual quisiera expresar en estos tiempos de debate mi modesta opinión sobre las declaraciones realizadas hace unos días por el presidente de Adegi acerca del nuevo gobierno de la Diputación de Gipuzkoa. En las mismas ha defendido la importancia de los proyectos estratégicos en marcha, el Puerto exterior de Pasaia entre ellos.

El actual puerto de Pasaia viene a mover unos 4-5 millones de toneladas anuales y en el mejor año de su historia (2003) no llegó, por poco, a los seis millones. De ese tráfico el 30%-40% corresponde a productos siderúrgicos (tanto importados como exportados) y otro tanto, más o menos, a chatarra (esta última siempre importada y ligada en buena medida a los productos siderúrgicos exportados). Por otro lado, alrededor de un 15% del tráfico corresponde al carbón, producto ligado casi en su totalidad a la central térmica de Pasai Donibane cuya concesión, y consecuente cese de actividad, caduca en 2022. Es decir, el grueso principal del tráfico se concentra en unos productos que, o bien van a desaparecer a plazo fijo (el carbón), o bien lo van a hacer paulatinamente por el desplazamiento hacia países emergentes de la actividad de fabricación (el acero). Casualmente son las molestias (totalmente ciertas) de la manipulación de graneles pulverulentos (chatarra y carbón fundamentalmente) las que se exhiben como justificación para la construcción del puerto exterior.

En ese sentido, resulta difícil de justificar una inversión de 765 millones de euros que planteó en junio de 2010 el presidente de la Autoridad Portuaria tras proponer una disminución significativa en las dimensiones del nuevo puerto (que ahora “solo” podría mover doce millones de toneladas al año). A esa inversión hay que añadir el coste de las infraestructuras de acceso por tren y carretera, plataformas logísticas, etc., ligadas al nuevo puerto y cuya valoración económica desconozco.

El propio Ministerio español de Medio Ambiente (¿estará también “contaminado” por los antisistema de los que hablan estos días?) acaba de indicar hace solo un mes que el puerto exterior es “económicamente insostenible, además de que alteraría significativa e irreversiblemente el ecosistema protegido del monte Jaizkibel”.

Por mi trabajo me toca desplazarme de vez en cuando al puerto de Santurtzi-Zierbana, donde se ha construido hace muy pocos años un puerto descomunal. Invito a los lectores (defensores o detractores del puerto exterior de Pasaia) a que lo visiten y comprueben la imagen de desolación que traslada un superpuerto prácticamente vacío.

Hace unos días en un debate televisivo oí a un participante decir “azpiegitura erraldoiak egiteko inoiz ez da dirurik faltatzen baina alokairu sozialeko etxebizitzak egiteko inoiz ez dago dirurik”. Pues eso. El puerto exterior de Pasaia es un gran negocio para las empresas que lo vayan a construir, por supuesto a cuenta del dinero de los ciudadanos (aunque estoy totalmente convencido de que no se construirá) y, consecuentemente, es una auténtica ruina para esos mismos ciudadanos.

En definitiva, se trata del mismo planteamiento de las cuatro centrales nucleares que nos quisieron imponer los poderes fácticos (bancos, monopolios eléctricos, etc.) con la ayuda inestimable de algunos políticos hace ya unos cuantos años. El negocio de las centrales estaba en su construcción, mucho más que en su explotación. Por supuesto, ni entonces ni ahora se les ocurrió preguntarnos a los ciudadanos en qué queríamos que se gastase nuestro dinero.

Y no vale decir que en el caso de las centrales la inversión era privada porque el dinero nos lo sacaban (y lo siguen haciendo) vía recibos de la luz, al precio que se les ponía y se les pone en las narices.

Por favor, dejen de marear la perdiz con lo del puerto exterior. Ye les vale

 

Publicado por Noticias de Gipuzkoa-k argitaratua