Tercera crónica del ciclo de primavera en el Monasterio de Pedralbes. Esta vez una reflexión en torno a las nuevas perspectivas sobre el agua, territorio y sociedad.
‘Nuevas perspectivas sobre agua, territorio y sociedad’ es el título del tercer diálogo del ciclo de primavera que ha preparado el Monasterio de Pedralbes bajo la coordinación del historiador Pol Serrahima. Ya en el ecuador del conjunto de sesiones organizadas, quien ha ido siguiendo las charlas lleva una mochila de conciencia medioambiental bastante saturada con la información recogida durante las últimas semanas. Datos difíciles de asimilar, que, sin embargo, ya conocíamos y que nos han recordado amablemente.
La semana pasada oímos las palabras de la catedrática de la Universidad Politécnica de Valencia, Maria José Viñals: “el suelo ya está dañado, pero tenemos que salvar el agua” —puede recuperar la crónica, aquí (1)—. Este martes Pedralbes nos ofrecía un nuevo diálogo justamente sobre el agua entre Lucia Alexandra Popartan, doctora e investigadora del Laboratorio de Ingeniería Química y Ambiental de la UdG, y Carme Miró Alaix, arqueóloga y responsable del Plan Barcino (2).
El agua es y ha sido fundamental por la vida humana. De hecho, su distribución en el medio físico es uno de los aspectos que ha determinado el desarrollo de las sociedades y el reparto de sus asentamientos. Precisamente, éste fue el foco de la conversación, con especial atención a la sociedad romana como un momento ejemplar en su trato. También se analizó la gestión barcelonesa del recurso, con sus retos y conflictos, hasta llegar a la situación actual.
“Para los romanos, el agua no era un deber sino un derecho”, sentenciaba Carme Miró. Uno de los elementos que caracterizó la civilización romana fue la preocupación por la gestión del agua, y en este sentido la gran sistematización hidráulica que vertebró todo su imperio. “Es cierto que los romanos no fueron los primeros, ya los íberos o mesopotámicos tenían sus propios mecanismos de acumulación del agua. Sin embargo, eran hechos aislados y no era una cuestión de tanta relevancia como lo representó por los romanos”, justificaba la arqueóloga. Las conquistas romanas no eran azarosas, sino que los enclaves siempre eran escogidos en miras al posible futuro abastecimiento de agua. Un buen ejemplo de esa estrategia es Barcelona. “Los romanos situaron a Barcino, donde encontramos hoy Barcelona, porque era un lugar privilegiado, tanto desde un sentido comercial y marítimo como de control y dominio del territorio”, concluía Miró.
Pero volviendo a la primera afirmación de Miró, en relación con el derecho que suponía el agua para los romanos, es necesario prestar atención a ciertos cambios. “En los siglos VIII-IX con la construcción de las acequias se produjo un cambio social y económico. El agua que hasta entonces había sido gratuita y no concebida como un producto con el que comercializar, ahora se convertía en propiedad del Rey y la Iglesia”, explicaba Miró. Este hecho propició el uso de los pozos, que hasta entonces habían tenido una escasa presencia entre los barceloneses. Esta situación se agravó con la Revolución Industrial que transformó completamente el abastecimiento de agua, sumando la contaminación que la industrialización estaba causando —efectos colaterales fueron algunas epidemias, como el tifus.
Acto seguido, Lucia Alexandra Popartan puso el foco en el tratamiento del agua a partir de finales del siglo XIX e inicios del XX, momento postindustrialización. “El agua pasó de ser un derecho a convertirse en una fuente de capital”, explicaba la doctora, y añadía: “Es interesante darse cuenta del tipo de narrativa dominante porque nos da muchas pistas sobre los valores del momento”. Con la Revolución Industrial y la intensificación de la actividad económica, las ciudades y la demografía crecieron y, en consecuencia, la demanda de agua también. Aquí comenzaba su negocio.
“Fundada en 1867 en Liège, AGBAR fue la primera gran empresa en gestionar el agua y ya en 1900 se implementó en Barcelona”, explicaba Popartan. De hecho, hasta entonces quienes habían tenido el control en la ciudad habían sido los servicios municipales y pequeñas empresas catalanas, pero a raíz del colapso que supuso el tifus en 1914 los servicios catalanes perdieron credibilidad y AGBAR tomó el dominio total de la administración. Ciertamente, durante la Guerra Civil la empresa se colectivizó, pero con la llegada de Franco, y concretamente durante la época del desarrollismo, la gestión volvió a la antigua normalidad. Esta vez con el detonante de una escasez del recurso.
Por un lado, por tanto, existe el control neoliberal del agua. Ahora se le añade su déficit. ¿De dónde sacarla? Y no sólo eso, también sumar la contaminación creciente que exigía nuevos procesos de potabilización más precisos para evitar enfermedades e intoxicaciones. Una situación que no mejoró con la presencia de los Juegos Olímpicos, la masificación turística y el aumento demográfico de la ciudad. El agua que tradicionalmente se había tomado de la zona de Moncada y Reixach, el río Llobregat —entonces ya contaminado, a pesar de la potabilización realizada en Sant Joan Despí—, ahora ya no era suficiente, por lo que había que buscar alternativas más lejanas, como el Ter.
Actualmente, la crisis de obtención de agua sigue sin una solución definitiva. Los intereses privados no se llevan bien con los intentos de remunicipalización. El agua es a día de hoy un grave conflicto.
Más allá del problema económico diagnosticado, la preocupación se sitúa en medio de una carencia de agua. Un buen momento para recordar las palabras de Viñals: “el suelo ya está dañado, pero debemos salvar el agua”. Hemos envenenado el agua y es necesario revertir esta situación. “Es necesario encontrar nuevas estrategias de reaprovechamiento”, especificaba Popartan y añadía que “de hecho, ya se está haciendo a través de la economía circular, la sensibilización y otras nuevas medidas, pero no es suficiente”. En esta línea, el diálogo reivindicaba el improrrogable debate en relación al tipo de ciudad que queremos, así como su modelo económico.
Si desea recuperar el diálogo, aquí (3).
(1) https://www.nuvol.com/llibres/assaig/de-moment-tot-va-malament-259892
(3) https://www.youtube.com/watch?v=WcHeLEArpLw
NÚVOL