El pensador vasco acaba de publicar un libro en el que defiende que no denunciar el nacionalismo español y francés de los partidos democráticos es uno de los mayores errores que se pueden cometer
El escritor Joxe Manuel Odriozola (Altzo, Guipúzcoa, 1948) ha reflexionado sobre el nacionalismo en el libro publicado en Elkar ‘Nazionalismoaren alde eta aurka’ (“A favor y en contra del nacionalismo”). El autor afirma que el problema más grave en el País Vasco es “el problema nacional”, y no “el problema de Estado”.
— Dice que el nacionalismo es patriotismo. ¿Existe alguna diferencia?
— De jóvenes, hacíamos una distinción entre ambos términos. El patriotismo era positivo mientras que el nacionalismo era negativo. Para nosotros, el patriotismo expresaba su adhesión a unos valores lingüísticos, sociales y culturales, mientras que el nacionalismo era propio de otras naciones que querían dominar. Pero, después, me di cuenta de que en Estados Unidos los republicanos se definían como patriotas, y pensé que no íbamos bien encaminados, porque esta distinción no existía a nivel mundial en relación con el nacionalismo. En el mundo académico, casi todas las referencias llevan al nacionalismo; por eso decidí utilizar los términos “nacionalismo” y “patriotismo” como sinónimos.
— Los nacionalistas españoles han identificado a los patriotas vascos como ‘nacionalistas’ y a sí mismos como ‘no nacionalistas’. ¿Vale la pena que los patriotas vascos tengan que soportar el peso negativo asociado al nacionalismo?
— Las invasiones, las colonizaciones… El nacionalismo tiene connotaciones negativas, vinculadas a los imperios, y es verdad: en el País Vasco, la gente, en general, prefiere el término “patriota”. Sin embargo, los patriotas han tardado en romper este campo de juego. Por ejemplo, todavía utilizan el término “unionismo” para referirse al nacionalismo español. Pero los españoles y los franceses son sobre todo nacionalistas, y representan las peores acepciones del nacionalismo. Definirse como patriotas y a la vez nombrar a unionistas a los españoles sin mencionar su nacionalismo es un error.
— En la era del nacionalismo, algunos nacionalistas parece que prefieren no definirse así.
– El mundo se organiza a partir del nacionalismo. La nación es la organización fundamental hoy en día. Se habla mucho de globalización, pero es el nacionalismo quien manda en la geopolítica. Ucrania, Gaza… En todos los conflictos está la peor versión del nacionalismo: el imperialismo. El término más adecuado para designar a los españoles y los franceses es “nacionalistas”, en su peor definición, por cierto. Quizás ellos se consideran no nacionalistas, pero son nacionalistas. Existe un nacionalismo liberador y un nacionalismo opresor. El patriotismo es nacionalismo, y el nacionalismo español y francés también lo son, pero el primero es liberador, mientras que los otros dos son opresores. El origen de España y Francia proviene de ahí, del imperialismo.
— ¿Han fallado los partidos patriotas vascos en la didáctica de los términos y acepciones?
— Yo diría que sí. Hay una lucha entre naciones, y esto no se ha explicado bien estos últimos años. El nacionalismo está presente en todos los ámbitos de la vida, no sólo en el ámbito de la identidad. Está presente en toda la vida socio-económica.
– Sobre el eje izquierda-derecha, el nacionalismo siempre se ha asociado a la derecha, y el internacionalismo, a la izquierda. ¿Está de acuerdo?
— En España y Francia hay una tendencia fuerte a asociar el nacionalismo con la derecha, y en el País Vasco la izquierda abertzale también tiene esta tendencia. Vox y más grupos extremistas son las expresiones más violentas del nacionalismo, pero no son los únicos. El nacionalismo opresor no es únicamente cosa de Vox y Le Pen. De hecho, las versiones más efectivas del nacionalismo español y francés no se encuentran en la extrema derecha. El nacionalismo institucionalizado es el más efectivo; está naturalizado. En Cataluña, estos últimos años han visto lo peligroso que es el nacionalismo español de Pedro Sánchez. En cuanto a la asimilación, este nacionalismo español es mucho más efectivo, esto es evidente. La derecha tiene una tendencia a recurrir a la represión violenta, provocando una reacción contraria.
— Sin embargo, es más fácil denunciar la violencia que denunciar una estrategia de asimilación gradual.
— Pero es un enorme error asociar el nacionalismo sólo con estrategias de fuerza; no pueden limitarse los nacionalismos español y francés únicamente a la extrema derecha. No denunciar el nacionalismo español y francés de los partidos democráticos es uno de los mayores errores que se pueden cometer, y tanto la derecha como la izquierda en el País Vasco cometen ese error; es incomprensible.
— ¿Quiere decir que los socialistas vascos o navarros son más efectivos que UPN, PP y Vox a la hora de favorecer la asimilación española?
— Sí, por supuesto. En cuanto a la asimilación y la integración, la estrategia del PSOE es mil veces más efectiva. No crea grandes antagonismos, pero tiene objetivos claros, como se ha visto en Cataluña. Han dejado de lado los medios de represión y trabajan con recursos ideológicos para asimilar a los patriotas vascos. La Eurocopa de fútbol es un claro ejemplo. Los progresistas españoles son los más peligrosos, nacionalmente hablando.
— Seguramente, el PNV y EH Bildu no estarán de acuerdo, con lo que dice…
— No, seguramente no. La izquierda abertzale dirá que la izquierda española es antifascista y que es la extrema derecha, a quien debe detenerse. Y hay que detenerla, por supuesto; pero también hay que darse cuenta de la trampa que esto comporta… Es un gran error no ver que la izquierda española es más efectiva en términos de asimilación. Los pueblos oprimidos caen en la trampa sin darse cuenta, y esto es lo que ocurre en el País Vasco desde que entramos en este nuevo ciclo. Sin apenas confrontación, España nos va engullendo en relación con la lengua, la identidad y la cultura.
— También subraya que hay que distinguir entre patriotismo e independentismo.
— El independentismo tiene objetivos políticos, es decir, la construcción del Estado vasco, pero, para mí, son más medios que objetivos en sí. A menudo, los independentistas no hacen esa distinción de forma adecuada. El tema es que existe una nación lingüístico-cultural en peligro de desaparición; y la recuperación de esa nación debería ser el objetivo principal. Cuidado, el problema más grave es el problema nacional, no el problema de tener un Estado. Porque se necesita un Estado en la medida en que este estado sirva para construir la nación vasca.