Xabier Irujo Ametzaga Director del Centro de Estudios Vascos de la Universidad de Nevada
Ha sido uno de los tres coordinadores de un estudio comparativo en inglés sobre el independentismo vasco, catalán y escocés, resumen de un congreso celebrado en la Universidad de Barcelona
Xabier Irujo, con un ejemplar del estudio publicado por el Centro de Estudios Vascos de la Universidad de Nevada, en Reno. Patxi Cascante
El historiador Xabier Irujo es una firma conocida del Grupo Noticias, por sus crónicas desde Estados Unidos, país donde reside hace dos décadas. Nacido en Caracas en 1967, debido al exilio de los Irujo Ametzaga, a la muerte de Franco la familia regresó a Navarra.
El contexto de Xabier Irujo es de los que dejan huella. El suyo, recuerda, fue el sexto exilio en la historia de la familia en cinco generaciones, desde la primera Guerra carlista. Catedrático de Estudios de Genocidio, en la Universidad de Nevada, en Reno, se muestra “convencido”de que Israel está cometiendo un genocidio “de manual” en Gaza.
Irujo también es director del Centro de Estudios Vascos de dicha Universidad. La semana pasada presentó en Pamplona el libro ‘Pro-independence movements in the Basque Country and Catalunya’, ensayo publicado por la editorial de este Centro, CBS Press. El texto es el resumen de un congreso organizado por el propio Center for Basque Studies en la Universidad de Barcelona en 2019, en el que una docena de especialistas analizaron los movimientos independentistas vasco y catalán, con atención también al escocés.
Antiguo secretario de Eusko Alkartasuna, el hoy catedrático ve “una mayoría muy estable” independentista en la CAV. Asimismo asegura que la fuga de votos que aqueja al PNV se debe a su “cambio de rumbo” respecto a los tiempos de Ibarretxe. En cuanto a Catalunya, considera que el espacio aún está “sin cuajar”, tras un “cambio de rumbo” de la CUP; Junts y ERC. El libro, coordinado por el propio Irujo, y por Antoni Segura y Queralt Solé, también historiadores, subraya su afán divulgativo, y se puede encargar en cualquier librería, además de en Amazon.
El libro aúna tres culturas políticas, sus similitudes y diferencias.
–Con muchas cosas en común, pero diferencias obvias. La razón del congreso fue el caso catalán, que junto al caso vasco y al escocés están unidos históricamente a partir del lustro que fue entre 1997 y 2002, cuando Ibarretxe puso en marcha un proceso, y eso dinamizó a los tres nacionalismos.
En Escocia en 2014 se materializó el derecho a decidir que reivindica el independentismo.
–Sí, con un 45% de apoyos, estuvo muy reñido. Escocia siempre había tenido el caso vasco como referente, porque no tuvo ni siquiera parlamento hasta 1994. Desde 1934 hasta 1997 el SNP pidió la ‘devolución’, lo que en el contexto vasco sería la reintegración foral plena. Después de ello, Escocia nos miró a nosotros, sobre todo por nuestras competencias fiscales, caso único en el mundo.
Escrito en inglés, el público destinatario es anglosajón o con alto conocimiento del idioma.
–El libro comienza repasando qué significa la independencia a día de hoy, qué son los derechos históricos, las eurorregiones, y entramos a discutir las raíces históricas del conflicto en Catalunya y en Euskal Herria con referencias a Escocia, a la situación actual y en los últimos capítulos algunas prospecciones de futuro.
En cuanto a la génesis…
–Por ejemplo en Navarra teníamos un partido carlista y uno liberal. El liberal construido a imagen del partido jacobino francés, mientras que el carlista defendía el statu quo. Del partido carlista surge la reintegración foral plena, y de ahí el independentismo vasco. Del centralismo absoluto sigue el centralismo actual, sea de izquierdas o de derechas. Y del posibilismo carlista o liberal surgen el autonomismo o la descentralización, federalismo, etcétera.
¿Y el catalán y el escocés?
–Son paralelos y comienzan a principios del siglo XVIII con la Ley Sálica y el Tratado de la Unión, mientras que aquí el conflicto realmente surge en 1841. Y las primeras expresiones de independentismo vasco se dan en Iparralde. También de protección del euskera y de la cultura vasca. Todo eso empieza en Iparralde porque allí se empieza a perder unas décadas antes.
El estudio se inserta en la actividad del Centro de Estudios Vascos que dirige en Reno.
–Es probablemente el primer libro académico sobre este tema en literatura política anglosajona, al menos que trate tan a fondo y tan de dentro estos procesos. No había un estudio de la historia del independentismo vasco, y una de las ideas del texto constata la diferencia notable que existe en el origen de los conflictos.
La competencia entre Junts y ERC está muy marcada por las consecuencias del ‘procés’. La del PNV y EH Bildu se dilucida más en la gestión, con ambas fuerzas participando activamente en la gobernabilidad del Estado.
–Sí, pero una vez más lo que tensa la situación es la posibilidad. A los escoceses se les dio, o en Canadá, pero la política española, su cultura política, no tiene tradición de eso. Pero es muy posible que si esto fuera un Estado británico tampoco nos hubieran dado el referéndum, como está ocurriendo en Escocia, porque hay una mayoría. Hoy día muy poca gente pone en tela de juicio que un referéndum en Bizkaia o en Gipuzkoa probablemente saldría un ‘sí’. Como que en Navarra saldría un ‘no’.
El Reino Unido ahora rechaza un nuevo referéndum en Escocia. Independientemente del Brexit, parece que no es factible.
–Londres no va a ceder, en vista de la mayoría de las encuestas conocidas estos dos últimos años, que dicen que el Partido Nacional Escocés ganaría.
En Catalunya la cuestión económica late de fondo.
–En el libro hay un capítulo dedicado a qué se debe el desastre económico allí. Uno de los autores, Antoni Segura, tiene muy claro que es por la incapacidad de Catalunya de gestionar sus propios fondos y confrontarlos de una manera autónoma con los retos económicos que hemos tenido. Fue una de las principales exigencias cuando se negoció el Estatut en 2006. Sin embargo, Catalunya no tienen esas herramientas de defensa. Y aquí sí.
Todo apunta a que Carles Puigdemont volverá a Catalunya. ¿Cómo lo valora?
–Es una noticia positiva, más o menos esperada, pero el escenario que se abre sigue siendo incierto. Llama mucho la atención la postura del PP denominando terroristas a Puigdemont y a otros participantes en el ‘procés’. Se les llama literalmente así. Es algo absolutamente absurdo. El PP y Vox van a hacer todo lo posible para que esto sea una carrera de obstáculos y se dilate en el tiempo lo más posible dando lugar a un debate agrio en torno a la unidad del Estado y la constitucionalidad del proceso. La situación es muy difícil e incierta.
¿Ese regreso fortalecería al independentismo o al PSC?
–Clarísimamente al socialismo. Es muy posible que en las próximas elecciones el impulso de las fuerzas independentistas se pare y que el número de votos baje; que la gobernabilidad sea impracticable o que se llegue a una situación como la actual, pero con un Partido Socialista más fuerte.
Esa es una debilidad. Contra el PP al independentismo le va mejor.
–Lo que ha debilitado al ‘procés’ y a estos partidos es la propia carrera política. Era obvio que el artículo 155 se iba a aplicar. Lo hizo el PP pero lo habría hecho el Partido Socialista también, creo yo. A partir de 2017 hubo una disrupción interna de Junts, Esquerra y la CUP, y una falta de coordinación y de planificación entre ellos. No es que no tengan claro el objetivo, sino que a día de hoy cada uno de estos partidos y de sus sectores tiene su propia agenda. Eso hace muy difícil aunar voluntades. Dentro de Junts hay dos corrientes bastante claras, y diría que también en Esquerra: una fuertemente independentista que reclama seguir en la misma línea, y otra más pactista, que reivindica construir más base nacional e incluso atraer a votantes del PSC. A nivel personal, a alguien que ya ha sufrido prisión, por ejemplo Oriol Junqueras, es fácil que le cueste más entrar otra vez en una dinámica de confrontación.
Usted habla de una mayoría independentista vasca. Pero soberanismo y derecho a decidir no siempre equivale a independentismo.
–No es lo mismo, pero creo que el independentismo vasco es mayoritario en Bizkaia y en Gipuzkoa. No podemos ser categóricos, pero hasta que no se haga un referéndum no lo sabríamos. También sabemos que no todo el mundo que vota a Bildu o a EAJ es independentista. Y hay gente que vota a Podemos o incluso al Partido Socialista de acuerdo con que se celebre un referéndum, aunque luego votaran que no. Al respecto creo relevante que Urkullu vaya a estar tres días en Bruselas en un foro sobre naciones sin Estado y el derecho de autodeterminación. También acudirá Pere Aragonès, y se pretende hacer una propuesta inspirada en el modelo de Canadá. Es un cambio inesperado en el PNV, yo no pensaba que ocurriría de forma tan rápida. Quizás los últimos acontecimientos políticos y resultados electorales han tenido que ver, pero es un avance.
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